Uno de los primeros aprendizajes en los niños es la señal de la cruz, el misterio que revela que hay un Padre creador, un Hijo redentor y un Espíritu. Desde la primera edición impresa de Correo del Caroní, encomendamos la tarea del periodismo, del gentilicio, de la lucha por la democracia y por la verdad a la misericordia de Dios Padre, de Dios Hijo y de Dios Espíritu Santo.
La Santísima Trinidad, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, tres personas en un solo Dios verdadero, es la solemnidad litúrgica que la Iglesia Universal celebra este domingo 30 de mayo.
El papa Francisco en 2013 al explicar a unos niños las tres personas de la Santísima Trinidad les dijo que “el Padre crea el mundo, Jesús nos salva ¿y el Espíritu Santo qué hace? Nos ama, nos da el amor”, destaca la agencia ACI Prensa.
El catecismo de la Iglesia Católica recuerda que “el misterio de la Santísima Trinidad es el misterio central de la fe y de la vida cristiana. Es el misterio de Dios en sí mismo. Es, pues, la fuente de todos los otros misterios de la fe; es la luz que los ilumina. Es la enseñanza más fundamental y esencial en la jerarquía de las verdades de fe. Toda la historia de la salvación no es otra cosa que la historia del camino y los medios por los cuales el Dios verdadero y único, Padre, Hijo y Espíritu Santo, se revela a los hombres, los aparta del pecado y los reconcilia y une consigo”.
“La Trinidad, el amor del que procedemos”
El papa Francisco rezó -este domingo- la oración mariana del Ángelus desde la plaza de San Pedro en el marco de la fiesta de la Santísima Trinidad, el misterio del único Dios en tres Personas: Padre e Hijo y Espíritu Santo.
Asomado desde la ventana del Palacio Apostólico del Vaticano junto a los fieles que acudieron a la cita dominical, el Santo Padre explicó que estamos ante un misterio inmenso que no es fácil de entender, reseña Vatican News.
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En este sentido, el Papa hizo hincapié en que al ser puro amor “Dios, aunque es uno y único, no es soledad sino comunión entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo”.
“Porque el amor -afirmó el Papa- es esencialmente donación, y en su realidad original e infinita es el Padre quien se da a sí mismo generando al Hijo, que a su vez se da al Padre, y su amor mutuo es el Espíritu Santo, vínculo de su unidad. No es fácil de entender este misterio pero todos nosotros podemos vivirlo tanto”.
El obispo de Roma también subrayó que la fiesta de este domingo, “nos hace contemplar este maravilloso misterio de amor y luz del que procedemos y hacia el cual se orienta nuestro camino terrenal”.
Por tanto, en el anuncio del Evangelio y en toda forma de misión cristiana -dijo el pontífice- no se puede prescindir de esta unidad invocada por Jesús; la belleza del Evangelio requiere ser vivida y testimoniada en la concordia entre nosotros, que somos tan diferentes, reseña Vatican News.
Que la Santísima Trinidad nos siga acompañando, iluminando y dando fortaleza, en medio de la pandemia.
Claves para comprender el dogma
Esto representa al Espíritu Santo que procede del Padre y del Hijo (“que yo os enviaré”). Las funciones exteriores de las personas de la Trinidad reflejan sus relaciones mutuas entre sí. También puede decirse que el Espíritu Santo procede del Padre por medio del Hijo. (Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en National Catholic Register) |