jueves, 28 marzo 2024
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Venezuela perdió 28% de sus bosques en la Amazonia desde 2016 por el cambio climático

El Instituto Latinoamericano de Investigaciones Sociales (Ildis), organizó un seminario con varios especialistas para conocer las implicaciones en el país, los retos y cómo contribuir para disminuir estos efectos e impactos.

El cambio climático ha impactado de forma negativa en Venezuela, especialmente en suelos, aguas, bosques y en especies de flora y fauna de ecosistemas terrestres y acuáticos en los últimos años.

Para abordar este tema y las consecuencias del cambio climático en el país, el Instituto Latinoamericano de Investigaciones Sociales (Ildis), que es la oficina de la Fundación Friedrich Ebert (FES) en Venezuela, organizó un seminario con varios especialistas para conocer las implicaciones en el país, los retos y cómo contribuir para disminuir estos efectos e impactos.

Tina Oliveira-Miranda, representante del Programa de Monitoreo Socioambiental  de la Amazonia Wataniba, afirmó que solo entre 2016 y 2020 en el país se perdieron 28% de los bosques de la Amazonia, en esa misma zona, pero entre 2011 y 2015 se había perdido 7%, y entre los años 2006 y 2010 se había perdido 18%; lo que más impacta en el efecto del cambio climático en el país es la velocidad con la que este proceso está teniendo lugar; lo que afecta a la cantidad de carbono que se pierde.

Agregó que la expansión e intensificación de la deforestación en las cabeceras de las cuencas no solo va a afectar las emisiones actuales de carbono, sino la capacidad de los bosques para mantener el equilibrio de fijación y liberación, por la pérdida en la capacidad para captar agua con todas las consecuencias que implica. Sin embargo, Oliveira-Miranda dice que por la integridad del ecosistema que aún existe es posible hacer algo.

Agricultura y cambio climático

Pese a que la agricultura genera gran cantidad de gases con efecto invernadero, que son responsables del cambio climático, también se ve afectada por los impactos adversos de la alteración del clima; ya que se reduce la productividad y se incrementan los riesgos de seguridad alimentaria.

Rafael Javier Rodríguez, profesor de la Universidad Centro Occidental Lisandro Alvarado y asesor de Inameh, explica en resumen que el cambio climático “va a reducir la productividad agrícola, la estabilidad de la producción y, en consecuencia, los ingresos de los productores del campo”.

De la misma manera, el especialista detalló que las variaciones de los patrones de temperatura y precipitaciones que se estima se producirán en el país hacia mediados del siglo, con un aumento de la temperatura entre 1,5 y 2 grados centígrados y una disminución de las precipitaciones de entre 15 y 20% van a alterar los períodos de siembra, favorecerán las condiciones para el ataque de plagas a los cultivos y fisiológicamente van a significar un estrés para los cultivos y para la ganadería.

El cambio climático también traerá lluvias extensas o sequía, inundaciones, crecida de ríos, pérdida de la fertilidad del suelo.

Ante estos escenarios, Rafael Javier Rodríguez recomienda “adoptar medidas preventivas bajo un plan de corto, mediano y largo plazo que establezca estrategias que fortalezcan el agro venezolano e incrementar la resiliencia ante el cambio climático”.

Arquitectura y sostenibilidad

El arquitecto venezolano especialista en diseño sostenible Domingo Acosta expone que el cambio climático ya está produciendo grandes perturbaciones y eventos climáticos extremos como sequías, disminución de la producción de alimentos, subida del nivel del mar, aumento de incendios forestales, entre otros.

Para acosta, solo se puede hacer algo trascendente hasta el año 2030 para prevenir lo peor del cambio climático y sus más extremas consecuencias, pues dice que no se sabe con exactitud lo que ocurrirá después de sobrepasar el umbral de 1,5 grados.

El arquitecto Domingo Acosta dice que para contribuir en esta materia es necesario: combatir la desigualdad y la pobreza, cambiar el modelo económico predominante, tener diseño y tecnología para la regeneración, intensificar las políticas ambientales y abordar con urgencia los más graves problemas ecológicos del entorno.