Un estudio elaborado por la Red de Acción en Plaguicidas de Europa, por encargo del grupo de los Verdes en la Eurocámara, alerta de que aguas superficiales de una decena de Estados miembros de la Unión Europea (UE), incluido España, están contaminadas con el herbicida glifosato.
El informe se presentó antes de que el próximo octubre el club comunitario tome una decisión sobre si renueva la autorización para usar el glifosato en la UE para un período de quince años.
Para elaborar el estudio se tomaron muestras de aguas superficiales en 12 países de la UE (Austria, Bélgica, Bulgaria, Croacia, Francia, Alemania, Hungría, Países Bajos, Eslovenia, España, Polonia y Portugal) a finales de octubre de 2022, después de la temporada agrícola.
Se recogieron 23 muestras de ríos y arroyos y 5 muestras de lagos y se analizó si contenían glifosato o AMPA, el metabolito que surge cuando el herbicida se degrada en el medioambiente.
Por encima del límite de seguridad
El informe recuerda que el límite de seguridad del agua potable para las sustancias activas de los plaguicidas y sus metabolitos pertinentes es de 0,1 microgramos por litro (μg/L), si bien en el estudio se analizó si se superaban los 0,2 μg/L.
De las 23 muestras de ríos u arroyos, 17 (el 74%), en once de los doce países, tenían niveles de glifosato o AMPA por encima de los 0,2 μg/L.
Como las muestras se tomaron después de la temporada agrícola, el metabolito del glifosato AMPA, fruto de la degradación del herbicida, se detectó con mayor frecuencia en las muestras del río que el glifosato en sí.
Así, el AMPA se detectó en 17 muestras, mientras que el glifosato estuvo presente en cinco de ellas. La mayor concentración de AMPA se detectó en aguas de Polonia (3.9 μg/L), mientras que la de glifosato tuvo lugar en Portugal (3 μg/L).
Muestras con residuos detectables
De las muestras que tenían residuos detectables de AMPA, aproximadamente el 22% mostró mediciones superiores a 1 μg/L. Además, cinco de las veintitrés muestras (22%), recopiladas en Austria, España, Polonia y Portugal, contenían glifosato a niveles que superaban 0.1 μg/L, el límite para el consumo humano.
En España, el agua recogida en San Pedro del Pinatar (Murcia) presentaba niveles de AMPA de 0,8 μg/L, mientras que los restos de glifosato eran inferiores a 0,2 μg/L.
En la Rambla del Albujón, el AMPA llegaba a 3,4 μg/L, la segunda mayor concentración detectada en el estudio, en tanto que el glifosato se situaba en 0,4 μg/L.
El tercer lugar en el que se tomaron muestras en España fue el pantano de Utxesa (Lérida), donde el AMPA se situaba en los 0,5 μg/L y el glifosato, en los 0,2 μg/L.
Las muestras de Eslovenia no superaban los 0,2 μg/L de AMPA o glifosato. Además, en las muestras de los lagos no se encontraron residuos de glifosato ni de AMPA.
“Creemos que el glifosato debería ser prohibido”
La autoridad europea de seguridad alimentaria concluyó el pasado julio, tras evaluar el impacto del glifosato en la salud de los humanos, los animales y el medioambiente que no se han identificado áreas críticas de preocupación en el uso del herbicida, aunque el informe admitió que algunas cuestiones no pudieron ser evaluadas.
Ese examen servirá a la unión para decidir si renueva o no la autorización de su uso. Por el momento, el glifosato está autorizado hasta el 15 de diciembre.
La Organización Mundial de la Salud calificó el glifosato en 2015 como “probablemente cancerígeno para los humanos”.
En una rueda de prensa virtual, Gergely Simon, de la Red de Acción en Plaguicidas de Europa, consideró que la falta de datos que mencionó la EFSA en su evaluación “serían un área crítica de preocupación”: “Creemos realmente que el glifosato debería ser prohibido”, aseguró.
El eurodiputado alemán de los Verdes, Martin Häusling, subrayó que renovar la autorización para quince años del herbicida “sería catastrófico” y advirtió de que el glifosato tiene “un impacto muy negativo en todos los organismos vivos”.