El actual gobierno del estado Trujillo ha comprado nuevos motores y bombas para el Acueducto Metropolitano de Valera durante este 2022. En una reciente entrevista para Diario de Los Andes, el gobernador Gerardo Márquez aseguró “aunque no lo crean” se han invertido 7 millones de dólares para mejorar el sistema y en consecuencia el servicio que reciben más de 200 mil personas entre los municipios Valera y Carvajal.
No obstante, para ingenieros expertos en el tema de distribución de agua potable, estas son soluciones momentáneas ante el inminente colapso de un acueducto construido hace más de medio siglo y cuyo funcionamiento se proyectaba apenas para 30 años.
Estos cambios son respuestas al deterioro del sistema manejado por la Hidrológica de los Andes (Hidroandes) y que los gobiernos regionales no han podido frenar por completo. El ingeniero Luis Artigas, exgerente de Hidroandes hasta principios del 2000, explicó que la compra de equipos son mejoras transitorias y no soluciones sostenibles a largo plazo.
De acuerdo a Hidroandes, la Planta Potabilizadora de Valera maneja un suministro de 900 a 1.100 litros por segundo, que se redirecciona a la red de los dos municipios por medio de un sistema de 11 bombas. Aunque Artigas reconoce que esto ayuda a corregir la presión del agua a través de la red, no contribuye en brindar estabilidad a la ciudadanía.
“El sistema ha mejorado porque se han comprado equipos nuevos, solución que nosotros habíamos propuesto, pero esos son paños de agua tibia. Un sistema de abastecimiento de agua potable tiene varios subcomponentes y si estos no trabajan armónicamente, este va a colapsar”, expresó el también miembro de las mesas técnicas del agua organizadas por la Red Comunitaria de Derechos y Ciudadanía y el Observatorio Ciudadano de Políticas Públicas Municipales La Gente Propone, del Centro de Animación Juvenil (CAJ).
Estos subcomponentes a los que hace referencia el ingeniero son siete tanques de almacenamiento ubicados en Valera. Sin mencionar otros dos inoperativos en el municipio San Rafael de Carvajal. Igualmente la operatividad de las fases del sistema de la Planta de Tratamiento de El Cumbe.
“Resaltaría la prioridad que se debe tener en la rehabilitación y puesta en funcionamiento de los tanques de almacenamiento, porque un acueducto que no se maneje por zonas de presión va a generar un problema operativo”, dijo Artigas sobre una de las opciones planteadas por la sociedad civil organizada por el CAJ.
Esta se basa en que hasta los momentos la distribución se ha manejado de manera empírica y no de forma técnica, debido a la extrema dependencia en el bombeo y racionamientos por sectores con movimientos de llaves.
“Otra de las propuestas es mejorar la calidad de agua y las obras de la captación, porque los desarenadores no están trabajando como debe ser, los filtros tampoco y no garantizan la potabilidad del agua”, afirmó Artigas, quien desestima que el agua recibida por los trujillanos sea buena, debido a que les llega con color y olor a sus hogares.
De acuerdo a un estudio realizado por las comunidades en abril de 2021, el nivel de PH del agua estaba en 5 (7 es el adecuado) y presentaba 3 PPM de cloro (0,3 PPM es el normal). En marzo de este año, Gerardo Márquez afirmó que el agua era verdaderamente potable, tras haber invertido en arreglos del sistema.
Sin embargo, las dudas sobre la potabilidad del agua no son el único problema para los integrantes de las mesas técnicas del CAJ. Andrés Hoyos, miembro de esta institución, detalló que las propuestas de solución han sido llevadas a todos los entes gubernamentales competentes: ministerios, Hidroandes, gobierno local, regional y nacional. Esto sin obtener la retroalimentación pertinente. Las comunidades organizadas se sienten ignoradas.
Hoyos reconoce que ha habido mejoras, pero no hay agua de manera continua, especialmente en el norte de la ciudad. Los pobladores reciben agua dos días, luego pasa una semana sin tener el suministro.
“Se ha mejorado en algo en la comunidad de Santa Cruz, pero algunas etapas siguen sin agua. La comunidad que más sufre es Las Lomas, conformada por La Bolivariana, El Pescado, Valle Alto, donde no llega agua y, de paso, el camión cisterna no puede pasar por falla en la vialidad. Incluso, hay sectores que tienen sistemas de captación de lluvia. Eso no está potabilizado y padecen de enfermedades”, expresó Hoyos.
Suministro deficiente en Carvajal
Situación similar viven las 17.609 familias del municipio San Rafael de Carvajal, donde la distribución de agua no es continua. El ingeniero Luis Vásquez, exdirector de Ingeniería Municipal, explicó que cada ciudadano de dicha localidad debería recibir 130 litros diarios, para un total de 12.590.500 litros de agua por día para toda la población. No obstante, el suministro actual apenas llega a 3.147.625 litros por cada dos días y medio.
“El suministro es altamente deficiente. Es un suministro de un lapso de 2 días y medio con un intervalo de entre 8 a 10 días. En conclusión, es irregular, ineficiente e inadecuado”, detalló Vásquez, quien también llegó a ocupar cargos en el Sistema Hidráulico Trujillano.
La solución definitiva
En referencia a estos problemas, el ingeniero Artigas mantiene su postura ante la necesidad imperativa de construir un nuevo acueducto metropolitano, que no sea dependiente de las bombas, sino de la gravedad. “El proyecto de construir un nuevo acueducto está más vigente que nunca”, resaltó el profesional. Sobre esto, el gobernador Gerardo Márquez expresó que se necesitarían 80 millones de dólares, con los cuales no se cuenta. Por ello se enfocan en reformar el actual.
Artigas aseguró que pese a la intervención gubernamental, la producción de la planta está en 70%, con base al promedio normal de 1.200 lps. En consecuencia, encuentra un tanto propagandístico los anuncios de inversiones para la región en materia de servicio de agua potable, que se basa en la ampliación del sistema de bombeo con equipos nuevos.
Según publicaciones oficiales, particularmente en beneficio de Valera y Carvajal, se han instalado dos bombas para el sistema de Las Acacias y otra para La Beatriz en la estación de Santo Domingo. Igualmente siete bombas en El Cumbe, tres para Carvajal y cuatro para Valera.
“Lo que propongo en el proyecto es eliminar las dependencias del sistema de bombeo. Estaríamos como La Puerta y los demás acueductos, el problema es la falta de voluntad política”, opinó el experto.
La obra, que no costaría ni 100 millones de dólares, sería una nueva planta de tratamiento, en un punto más alto, reactivar los tanques de almacenamiento para evitar el manejo indiscriminado de llaves, también en activar los pozos subterráneos del eje vial Valera-Trujillo y reparar las grietas de los tanques. El proyecto tomaría un año y tendría una vida útil de tres décadas.