domingo, 12 enero 2025
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Cecodap exige investigación inmediata de denuncias de violencia sexual contra menores perpetradas por artistas venezolanos

Entre el 23 y 26 de abril, cuatro miembros de cuatro bandas venezolanas fueron acusados de cometer violencia sexual, acoso y estupro contra mujeres y adolescentes según testimonios publicados en la red social Twitter.

@mlclisanchez

A propósito de la ola de testimonios expuestos por la red Twitter de casos de abuso sexual y acoso contra menores de edad cometidos por miembros de bandas musicales venezolanas, el Centro Comunitario de Aprendizaje (Cecodap) exhortó al Estado venezolano a investigar las denuncias emitidas a través de las redes sociales para establecer responsabilidades, aunque se deba acudir a instancias del derecho internacional público, según sea el caso.

La organización manifestó la importancia de tratar con tolerancia cero a cualquier forma de agresión sexual, y expresó su rechazo rotundo a cualquier forma de violencia contra niños, niñas y adolescentes.

Uno de los pasos necesarios para el proceso terapéutico de las víctimas, sobrevivientes y sus familiares es la justicia, pero el primer obstáculo para obtenerla es precisamente reconocer el delito. La organización exigió una mayor sensibilización en los órganos que son receptores de denuncias.

 

Las víctimas necesitan confiar en las instituciones y saber que sus victimarios serán sancionados. Por eso, el abordaje debe ser el adecuado y tener una celeridad que garantice el acceso a la justicia para las víctimas de abuso sexual”, explicó la organización en el comunicado publicado.

 

En medio del proceso, los principios establecidos en la Convención sobre los Derechos del Niño deben ser el faro para orientar las investigaciones: la no discriminación, prioridad absoluta, interés superior del niño y corresponsabilidad. Cecodap, además explicó los pasos básicos para identificar la violencia sexual, prevenirla y denunciarla.

¿Qué sucedió?

Entre el 23 y 26 de abril, cuatro miembros de cuatro bandas venezolanas fueron acusados de cometer violencia sexual, acoso y estupro contra mujeres y adolescentes a través de testimonios publicados en la red social Twitter.

Los señalados como presuntos autores de los delitos son Alejandro Sojo de la banda Los Colores; Leonardo Jaramillo de la banda Okills; Daniel Landaeta, baterista de Le’ Cinema y Tony Maestracci, baterista de Tomates Fritos.

En principio, las denuncias contra los demás artistas comenzaron a publicarse luego de las acusaciones contra Sojo. Todo llegó a la palestra pública luego de que un grupo de víctimas abrió una cuenta de Instagram con el nombre de usuario @alejandrosojoestupro con la intención de hacer públicos los testimonios de las personas afectadas y resaltar que tomarán acciones legales en contra del artista.

La cuenta compiló al menos seis testimonios de abuso sexual en su contra. Las víctimas en el momento del abuso (desde el año 2013) tenían 14, 15 y 16 años de edad, de acuerdo con las declaraciones. Como respuestas, el artista publicó un comunicado escueto en el que admitió haber cometido el delito. La disquera La Reu Records rompió relaciones con el artista tiempo después.

Posteriormente, una joven (@mereqtengue) relató en la red social que el guitarrista de la banda Okills, Leonardo Jaramillo, le pedía desnudos y también le enviaba fotos íntimas no solicitadas cuando ella tenía 17 años y él 23. La muchacha bloqueó su cuenta luego de testificar públicamente.

Jaramillo admitió las acusaciones, y la banda Okills lo desligó de sus proyectos futuros. A través de un comunicado la banda, ahora residenciada en Ciudad de México, manifestó:

“Desde Okills estamos al tanto de las acusaciones que se han hecho contra Leonardo Jaramillo, miembro de la banda desde el año 2010 y no queremos hacer caso omiso. Estamos discutiendo acciones a tomar al respecto. Leonardo no seguirá desempeñando ninguna tarea dentro de la banda (…) El acoso y el abuso no forma parte de nuestra filosofía como banda y cualquier situación que ataque, ofenda o signifique un agravio contra cualquier persona no será tolerada de nuestra parte”.

Los músicos Alejandro Sojo, Leonardo Jaramillo, Daniel Landaeta y Tony Maestracci fueron acusados de violencia sexual, acoso y estupro | Foto William Urdaneta

Luego, dos mujeres, Isa Seijas (@isatrap_) y Angie Pérez (@anshie_perez), denunciaron haber sido víctimas de abuso sexual y acoso por parte del baterista de la banda Le’ Cinema, Daniel Landaeta. Pérez, guitarrista y dibujante, reportó en la red social que fue víctima de abuso sexual continuado durante casi tres años (entre 2016 y 2018). Tenía 16 años cuando todo comenzó. Seijas también denunció haber sido víctima de abuso sexual por parte de Landaeta en 2018.

A raíz de lo reportado, la banda Le’ Cinema anunció que disolvería el proyecto musical que sostenía con el artista, y que estaba paralizado desde noviembre de 2020.

Otras dos usuarias de Twitter, acusaron de forma anónima a Tony Maestracci, baterista de Tomates Fritos, de abuso sexual en 2019. Maestracci negó las acusaciones en su contra y renunció a la banda para no involucrarla en el delito del que se le acusa.

La banda comunicó:

“Exhortamos a las autoridades a asistir a la denunciante, permitiendo también que se respete el legítimo derecho a la defensa. Reiteramos nuestra solidaridad y empatía con las víctimas que han decidido denunciar y hacemos votos porque exista una conducción del debido proceso en todos los casos”.

De acuerdo con los testimonios, estos artistas se valieron de su posición de poder y fama para manipular y abusar a las mujeres y adolescentes afectadas. Ante la ola de testimonios, el portal digital especializado en música, Cusica, también se pronunció en apoyo a las víctimas y para exigir el esclarecimiento de los hechos.

Cecodap se dirigió a la sociedad civil para orientar sobre el tema del abuso sexual perpetrado contra menores de edad.

Creer a la víctima, ante todo

La organización señala que lo más importante en estos casos es creer a la persona afectada. “Las familias tienden a ocultar o no creer a los niños por lo doloroso que es admitir la presencia de un abusador en el seno familiar o en su entorno”, explicó.

Cecodap consideró que esta ola de testimonios debe activar automáticamente las denuncias de acoso y abuso. “Es preferible acompañar al niño, niña o adolescente a denunciar que no hacerlo. Es una forma de demostrar que los padres estarán dispuestos a apoyarle en el proceso”, indica el documento.

Cecodap resaltó que la única forma de romper con la incidencia del abuso sexual y acoso infantil es educar y hablar al respecto, pues es eso lo que rompe la barrera del silencio sobre la sexualidad en las familias.

Destaca en ese aspecto tres puntos fundamentales: enseñar a los menores de edad a decir “no” cuando una situación los incomode sin juzgarlos por sus decisiones, enseñarles sobre autoprotección, y enseñar la importancia del reporte y la denuncia, así como saber qué hacer y a dónde acudir.

¿Cuándo hablamos de abuso sexual infantil?

Cuando ocurre una acción en la que una persona con más influencia, poder y fama se vale de ello para utilizar a una persona menor de edad para su satisfacción sexual personal. Se puede hacer bajo amenaza, violencia o engaño a cambio de beneficios como comida, dinero, u algún privilegio.

Cecodap señala tres factores principales para identificar la violencia sexual infantil: la coerción para someter o dominar, la asimetría de edad (el agresor suele ser significativamente mayor que la víctima y no necesariamente mayor de edad), y las relaciones de confianza (el agresor suele ser cercano al entorno de la víctima y entabla confianza y comunicación continua para mantenerse cerca y engañar).

Asimismo, la organización también compartió una guía para denunciar en caso de ser víctima de abuso sexual.

“Esto se trata de un delito que no puede ser resuelto a través de conciliación o negociación con el victimario”, resaltó.

Aida Rojas, activista de la agrupación Les banderes, expresó a través de una transmisión en vivo de Instagram que es imprescindible seguir acudiendo a las redes sociales para romper el silencio, y luego acompañar la denuncia pública con el debido proceso jurídico que conlleva.

“Solo así vamos a romper la cultura de violación, también tenemos que educar sobre las red flags, para que otras mujeres sepan identificar qué está mal y qué no es normal”, dijo.

Representantes del movimiento feminista expresaron en la red social que esta solo es la punta del iceberg de la violencia de género que se esconde detrás de la industria musical.