Ahora más que nunca, en el estado Apure es vital fijarse por donde se camina. Poner en alerta los sentidos y recordar el estribillo de la canción de Juanes, intérprete colombiano, Fíjate bien, grabada en 2000. “Fíjate bien donde pisas, fíjate cuando caminas no vaya a ser que una mina te desbarate los pies amor”. Apure es ahora territorio de minas antipersonales.
Minas antipersonas, sembradas en el potrero de trabajo de Emil Rojas y su sobrino Jhonatan Rojas, ocasionaron la muerte instantánea de los campesinos cuando iniciaban su jornada laboral, a primera hora del lunes, 31 de enero.
Bombonas
Sin embargo, las minas asesinas de estos trabajadores de la vereda Santa Rita, cuyos restos tuvieron que agrupar para hacer las honras fúnebres, no son las primeras sembradas en los campos de la parroquia Urdaneta, municipio Páez del estado Apure.
El año pasado, durante la guerra FARC-FANB, los campos minados de La Victoria fueron la tumba de varios militares y en la guerra de guerrillas de este año, en la misma zona, los disidentes de las FARC han reconocido el uso de estos explosivos de contacto para resguardar su perímetro de seguridad.
Más aun, han circulado audios por WhatsApp, con los cuales alertan a sus colaboradores sobre la siembra de estos explosivos en Caño Claro, Caño La Colorada, Matapalo y Picas de Orichuna, áreas rurales de la parroquia El Amparo de Apure, ubicada al margen del río Arauca.
Así las cosas, era solo cuestión de tiempo que la población civil de la zona, que nada tiene que ver con el conflicto, cayera en esta trampa mortal como en efecto ocurrió con los dos campesinos altoapureños.
Los productores agropecuarios del estado Apure están consternados por estas dos muertes y aterrados por la suerte que, de aquí en adelante, puedan correr con esta nueva modalidad de infundir pánico, implantada por los grupos irregulares.
Los ganaderos de los municipios Rómulo Gallegos, Pedro Camejo, Achaguas, Biruaca, Muñoz y San Fernando, agrupados en Agapure, temen por la vida de sus colegas de La Victoria y del resto del municipio Páez, agremiados por la Asociación de Criadores del Alto Apure (Asocria).
“Rechazamos estos hechos en contra de la población civil”, recalca Colmenares con cierto tono de impotencia al saber que su rechazo abierto a esta situación, no tendrá eco en los que han convertido los campos de trabajo en zonas de guerra.
“Ya no defendemos la producción sino la vida”
“En estos momentos de lo que se trata no es de incrementar la producción porque no encontramos cómo hacerlo, sino más bien, de salvar nuestras vidas y que la producción siga en caída libre como va en este momento”, expresa el productor Mario Zelaya.
El también vicepresidente de la Asociación de Ganaderos del estado Apure (Agapure) asegura que el sector agropecuario nunca, como ahora, había vivido un momento tan crítico, en el que, además, no confían en la Fuerza Armada Nacional ni en la militarización como vía de solución a esta guerra de los irregulares contra el sector campesino.
“En estos momentos la zona fronteriza está convertida en un escenario de guerra y los productores no tenemos, por parte del gobierno, ninguna protección, ninguna seguridad. Y esto último, que están apareciendo minas dentro de nuestras fincas, es un riesgo grandísimo porque, antes, uno se cuidaba de los ladrones y de las víboras y si se cuidaba bien, podía salvarse, pero de una mina no, porque no tenemos experiencia, no las conocemos y caemos inocentemente en esa situación”, reflexiona Zelaya.
El productor Rubén Morillo, director de Agapure, afirmó: “Nuestra solidaridad irrestricta y comprometida con nuestros colegas de Páez”.
Morillo añade que: “Además de los problemas de producir sin dinero con la angustia de no saber qué mercado va a recibir nuestra producción, ni a qué precio, ahora no sabemos por dónde pisar en nuestras fincas. Antes le huíamos a una serpiente, ahora le huimos a una mina. Eso es criminal, abominable”.
El también economista no tiene empacho en señalar al Gobierno venezolano como el responsable de lo que está ocurriendo.
Guerrilla infunde temor en resto del estado
Pese a que la siembra de minas hasta ahora, o por lo menos es lo que se conoce, solo se ha registrado en la frontera de Apure con Arauca, estos mismos grupos guerrilleros que se enfrentan en Páez, no han dejado de infundir temor en el resto del estado llanero con otras formas de violencia.
“Están en todo Apure y aunque con menor intensidad y dramatismo que en la frontera, aquí en los municipios del bajo Apure también están”, señala Morillo.
Colmenares secunda a Morillo, al señalar que el año pasado el ELN y las disidencias de las FARC saquearon todas las fincas del eje Biruaca-Achaguas y de las sabanas del Capanaparo en los municipios fronterizos Rómulo Gallegos (frontera con Arauca) y Pedro Camejo (frontera con Vichada), donde mataron personas y violaron mujeres.
Actualmente los productores de Agapure también temen el traslado a tierras apureñas del secuestro que ha repuntado en el estado vecino de Barinas.
“También vemos con preocupación el tema del secuestro. Van varios productores de Socopó, que están en cautiverio”, revela Colmenares.
Componenda con funcionarios de cuerpos de seguridad
En estos municipios los guerrilleros de ambos grupos actúan en componenda con “mafias indígenas” de la zona y funcionarios de los cuerpos de seguridad del Estado.
La práctica más usual son los saqueos de fincas. “Hemos tenido agremiados que se han tenido que ir”, sostiene el presidente de Agapure.
Colmenares recuerda la anécdota de un productor que el año pasado, tras ser saqueado, fue visitado 8 días después, por funcionarios de un organismo de seguridad que le pidieron 12 mil dólares por la recuperación de lo sustraído por los irregulares.
El hombre, por temor a represalias, no había denunciado el robo, ni dado a conocer su situación ante una instancia pública, por lo que nunca supo cómo se enteraron estos funcionarios de seguridad.
La situación reflejada por los ganaderos apureños es corroborada por Luis Lippa, exgobernador y excandidato a gobernador de Apure por la MUD en las pasadas elecciones del 21 de noviembre.
El político opositor declaró, el 1 de febrero, al periodista Jesús Chúo Torrealba que: “Apure tiene miedo, las FARC y el ELN están en La Candelaria, en Guachara, en Elorza, en El Amparo, en Pedro Camejo, actúan a su antojo”.
La denuncia de Torrealba la reflejó en su cuenta de Twitter.
Temen expansión del terror hacia la frontera de Apure con Vichada
Extraoficialmente llegó a Crónica.Uno la información que, en la población de Puerto Páez, en la frontera de Apure con el departamento de Vichada, “las FARC han comprado todas las bombonas pequeñas que han podido, incluso algunas medianas. No dejan bombona de gas allí que ellos no compren”.
La guerra FARC-FANB el año pasado demostró que los cilindros de gas doméstico los adecuaron para tener mayor o menor radio de acción, eran los artefactos explosivos usados por el frente 10 Martín Villa.
Por esta razón se presume que, con este importante pertrecho de bombonas, las FARC están minando también la frontera de Apure con el municipio colombiano Puerto Carreño, capital de Vichada, al extremo contrario de la zona limítrofe con Arauca.
Toda la franja sur de Apure que incluye a los municipios Páez, Rómulo Gallegos y Pedro Camejo, es fronteriza con Colombia y teatro de la confrontación.
En esta franja que representa 64% del territorio del estado se calcula que hay más de 15 mil fincas. “La mayor cantidad de fincas se encuentran entre los municipios Páez, Rómulo Gallegos y Achaguas”, precisa el presidente de Agapure.
Nada más en el municipio Páez, con una extensión de 12.820 kilómetros cuadrados, de los cuales 1.975 corresponden a la parroquia Rafael Urdaneta, hay alrededor de 9 mil fincas, revela José Aguilera, presidente de Asocria.
FANB desactiva minas en La Victoria
Tras el fallecimiento de los campesinos, el general Domingo Hernández Lárez, comandante Estratégico Operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (Ceofanb), informó sobre las operaciones implementadas en la frontera para desactivar estas minas.