La organización Médicos Sin Fronteras (MSF) se mantiene en el estado Amazonas para fortalecer el sistema público de salud, junto a las autoridades locales, en áreas de agua y saneamiento, rehabilitación estructural, protocolos de prevención y control de infecciones y acompañamiento al personal de salud para optimar sus capacidades técnicas y mejorar la calidad asistencial.
Durante el primer semestre de 2022, 16.717 pacientes fueron atendidos con apoyo de MSF en la entidad.
“Nos enfocamos en el acondicionamiento de estos centros de salud que reciben a personas no solo de la zona, sino en ocasiones de localidades rurales que están mucho más lejos. A veces vemos pacientes que caminan durante horas para llegar al ambulatorio”, dijo Daniel Hernández, gestor de actividades médicas de MSF en Amazonas.
“Además de fortalecer las capacidades estructurales de los centros de salud en los que estamos presentes, para nosotros es primordial robustecer las capacidades técnicas del personal, para que los pacientes puedan recibir una asistencia médica oportuna y de calidad”, señaló.
Entre enero y junio de este año, la organización realizó 36 capacitaciones, para fortalecer las herramientas técnicas de 361 personas que conforman el equipo sanitario.
Médicos Sin Fronteras trabaja en el estado Amazonas desde el año 2019 y actualmente tiene actividades en los ambulatorios urbanos de El Escondido y San Enrique y en el ambulatorio rural de Samariapo. Tienen un área de cobertura de aproximadamente 25% de la población de Puerto Ayacucho y sus alrededores.
Estos ambulatorios además reciben insumos y medicamentos de MSF. “En los últimos meses vemos que las consultas generales han aumentado. Las personas de la comunidad se enteran de que el ambulatorio está funcionando bien y que cuenta con insumos y medicamentos. Entonces comienzan a venir a sus chequeos médicos”, explicó la doctora Andreina Medina.
Lailyn es una de las pacientes atendidas en el ambulatorio de El Escondido. Tiene 18 meses de embarazo y esta es su tercera gestación. Estaba preocupada porque es consciente de que sus antecedentes médicos podrían significarle un embarazo de alto riesgo. Explica que afrontar gastos relacionados con la atención sanitaria en un país que atraviesa una crisis económica como la de Venezuela, es casi imposible.
Por esta razón no pudo hacer seguimiento a su embarazo anterior, pero ahora supo de los servicios gratuitos del ambulatorio y asistió a la consulta. Además recibió vitaminas y ella y su pequeño hijo de 11 meses fueron vacunados contra la hepatitis y el tétanos. Regresará dentro de un mes para el próximo control y cuando esté lista para dar a luz, será referida al servicio de alto riesgo de la maternidad estadal.