jueves, 18 abril 2024
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“Los callaoenses tenemos más cultura que sangre en las venas”

Para un callaoense, el Carnaval es mucho más que un desfile de comparsas, es amor y compromiso con su cultura y con toda la historia que representa cada uno de los elementos que conforman la celebración.

En 2016, la Unesco declaró al Carnaval de El Callao Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Ese reconocimiento acentuó el compromiso de los callaoenses por mantener viva su tradición cultural, que más que una fiesta, es la oportunidad de mostrar con orgullo todos los elementos que conforman los carnavales y su significado ancestral.

La cronista de El Callao, Frayma Orsini, relató a Correo del Caroní la historia de cómo se originó la primera comparsa callaoense. Cuenta que anteriormente “salían unas madamas vestidas de mamarracho, que se tapaban la cara con una mascarita, cubierta con un cedazo como las telas metálicas. Se metían a las casas, hacían un simulacro como si iban a barrer, y les daban dinero”.

“Pero cuenta la leyenda, que se metían en casas específicas, porque había mujeres que les pagaban para ver si el hombre estaba metido en casa de la segunda”, agrega Orsini.

En El Callao se recuerda que aproximadamente en 1890, en Nueva Providencia, sector que hoy se conoce como Caratal, hubo un toque de tambor y un canto de protesta de los negros. Estos no eran esclavos, eran mano de obra calificada que venía con sus empleadores y traía a las madamas de las Antillas Mayores y Menores para que prepararan la comida y fueran como las ama de llaves.

“Se dice que fue un canto de protesta porque parece que la paga era muy poca, y posteriormente empezaron a salir grupos. Que se recuerde con firmeza, con comparsas, instrumentos, disfraces alegóricos, exhibiendo el traje de madama que es nuestro emblemático traje, se dice que a partir de 1954, más o menos, sale la comparsa tradicional Lucía Isidora Agnes, que nosotros conocemos como nuestra querida Negra Isidora, que no solo fue una cultora, sino una líder social porque batalló y luchó por 20 mil reivindicaciones. Cuando se quemó el hospital fue a donde el presidente de turno, Luis Herrera Campin; conseguía becas a los estudiantes”, destaca la cronista.

 

La gente piensa que los carnavales de El Callao son solo ron, bacanal y relajo. No, esto es mística, disciplina, organización, trabajo y amor por lo nuestro. Los callaoenses fuimos forjados en duro cuarzo porque tuvimos que pasar muchas penurias para llegar a donde estamos, pero tenemos un corazón de oro”

 

Luego se comenzaron a hacer innovaciones dentro de las comparsas y Kenton St. Bernard inventó el primer carro de comparsa. Orsini detalla que era un carrito muy pequeño con dos cornetas tipo megáfonos. Fue después cuando le fueron adicionando otros instrumentos como guitarra, cuatro y bombos.

“Isidora nos representó en muchísimas partes, como la Feria de San Cristóbal. Aquí hay grupos como The Same People, que estuvieron en Italia, Francia, Alemania y que han ido regando por todo el mundo lo que es el calipso de El Callao”, resalta.

En los carnavales de El Callao confabulan madamas, medio pinto, el minero tradicional, las fantasías que adicionaron en los últimos tiempos, voces, bumbac, tambor, rayo, charrasca, gastronomía, religión y toda una idiosincrasia.

“Los que queremos a El Callao, y lo seguimos respetando, tenemos un compromiso grandísimo con la Unesco y con todas las fallas y limitaciones, aquí hubo gente que dejamos de estrenar en diciembre para ponernos nuestro alegórico traje de madama”, sostiene.

La cronista Frayma Orsini es descendiente de franceses. Sus abuelos paternos fueron de los primeros que llegaron a El Callao. Por su familia materna, su abuelo era francés y su abuela nació en Nueva Providencia, hoy Caratal (El Callao), pero su bisabuela venía de Martinica. “Me honro al decir que tengo sangre de madama francesa y de madama criolla”.

El traje de madamas y su significado 

El traje de la madama de El Callao no es un disfraz, y es una ofensa para los callaoenses referirse así a este emblemático vestuario.

“Es un traje elegante, con muchas influencias francesas e inglesas”, detalla Yudday Delgado, un joven que se ha especializado en estudiar la historia de El Callao, incluyendo su gastronomía e idiomas.

A partir de 1954 sale la comparsa tradicional Lucía Isidora Agnes, conocida como la negra Isidora | Foto William Urdaneta

El traje de madama lo conforman una bata y un turbante, que es “un paño amarrado a la cabeza para evitar que corriera el sudor a la cara, porque en la jornada diaria las mujeres trabajaban fuertemente”.

Debajo de la bata va la enagua, o lo que se conoce como fondo. “La ropa interior de las madamas no se solía lucir, pero acá se le dio la particularidad de que la madama se recoge la bata para mostrar la enagua. La versión más fiel es que se recogían sus trajes para no ensuciarlos porque sus calles eran de tierra”.

La parte trasera del traje, o el bam bam, se refiere a lo voluptuoso. “Se ha tornado una parte fantasiosa en el foráneo y ponen relleno al vestido, pero basta con recoger correctamente los moños del traje, para que se vea el bam bam pronunciado”.

El fulá era una prenda de lujo. Se suele utilizar de hombro a hombro o terciado. “La raíz fidedigna es que era un pañuelo para secarse el sudor. La idea era llevar el hombro descubierto para exhibir sus joyas, que originalmente eran prendas de oro. Ahora por seguridad y la merma de la orfebrería, se usan de fantasía”.