El delegado de la Asociación de Productores de Cacao de Venezuela (Asoprocave) Sucre, Álvaro López, señaló en un extenso análisis de la realidad del cultivo de Teobroma que nuestro país, y el estado Sucre, no escaparon de la crisis que vive el comercio mundial del rubro debido a los problemas climáticos y los relacionados con plagas.
López explicó que para el país y la economía estadal, el comercio del cacao tiene una gran importancia por ser el principal rubro de la oferta agrícola exportable a mercados internacionales como Estados Unidos, Europa y Asía.
Precisó que Venezuela experimentó una baja considerable en su producción de 24 mil 300 toneladas a unas 19.5 toneladas en esta temporada 2023/2024, y el estado Sucre, principal productor del país, con un aporte de 53% de la producción nacional no escapó de esta realdad.
“Nuestro país aporta 0,64% de la producción mundial, el 1,21% de la superficie cultivada en el mundo y 0,3% aproximadas de la molienda internacional. La producción nacional puede ser considerada insignificante, pero la respuesta está en su calidad genética y por su rol histórico, cultural y ancestral, para la cual nuestro cacao está clasificado como tipo cacao fino de aroma, cultivado bajo reforestación, lo cual lo hace formar parte de una elite mundial que lo distingue en la elaboración de los mejores chocolates en todo el planeta”, explicó el experto.
En baja
López aportó datos como el descenso de 12% en la producción mundial de cacao, hasta los 4,5 millones de toneladas. “La predicción es que se producirá un déficit de 370 mil toneladas esta temporada. Ghana alcanzó en 2021 un millón de toneladas en grano, desde entonces ha experimentado una tendencia descendente y se prevé que produzca unas 490 mil toneladas en esta temporada 2023/2024, un descenso del 27% con respecto al año anterior y 40% menos de lo esperado. En el caso de Costa de Marfil el descenso previsto es de 20%”.
López señaló que los principales organismos reguladores estatales atribuyen este descenso mundial en la producción a la crisis climática global, adversa al cultivo; ausencia de políticas agrarias y de mitigación para contrarrestar los impactos negativos de la crisis ambiental; plagas y enfermedades, los reglamentos del mercado, bajos salarios, factores relacionados al entorno político y económico de cada región, envejecimiento de las plantaciones, debilitamiento de los suelos, deforestaciones, contrabando y minería ilegal.