Alrededor de 25 dólares, el equivalente a 940 bolívares, podría costar la lista de útiles escolares que solicitan las escuelas públicas en el municipio Gran Sabana del estado Bolívar, de acuerdo con un promedio establecido a partir de los presupuestos de varias de las papelerías establecidas en Santa Elena de Uairén.
Ese monto equivale a 120 reales brasileños, la moneda de uso local en la última ciudad venezolana hacia el sureste. La opción para los padres es cruzar a Pacaraima, la localidad en el lado brasileño de la frontera donde la papelería y algunos otros insumos son más económicos aunque en ese caso hay que sumar el valor del pasaje en carro por puesto, moto taxi o de la gasolina.
“Tampoco la calidad es la misma, los útiles venezolanos son más caros porque tenemos marcas de muy buena calidad”, alegó una de las fuentes consultadas, y precisó que en Venezuela hay lápices de grafito, marcadores, colores y libretas cuyos precios superan a sus similares brasileños, al igual que su rendimiento y durabilidad. Por eso hay clientes que siguen pagándolos.
La lista, tomada como referencia, incluye lápiz, borrador, sacapuntas, colores, creyones de cera, cuatro cuadernos, una pintura al frío, una cartuchera, media resma de hojas blancas tamaño carta, media resma de hojas de examen, dos marcadores de pizarra, un marcador permanente, un silicón líquido, una barra fina de silicón, un papel bond o cartulina, un papel crepé o seda, una pega blanca, una lámina de foami.
El cálculo no incluye los productos de limpieza solicitados por la escuela (cloro, cera y desinfectante) y el medicamento para el botiquín escolar de primeros auxilios, en este caso acetaminofén.
“Lo que hacen los padres es que vienen, piden precios y después van allá y preguntan y se quedan con lo más barato”, expresó una comerciante. “Hay personas que compran allá para iniciar y luego compran aquí”, dijo otra, refiriéndose a las reposiciones eventuales de lápices, borrador, sacapuntas y cuadernos, que son los útiles que más usan.
Agregó que, a pesar de que ya termina la primera semana de agosto, apenas tiene una lista en sus manos. Anteriormente los padres y representantes pasaban por su negocio, solicitaban presupuesto, dejaban el listín de requerimientos y luego volvían para retirar los materiales. “El año pasado la gente compró faltando dos días para las clases, puede que este año hagan lo mismo”, afirmó.