Las comunidades indígenas del estado Amazonas fueron excluidas de la primera fase de vacunación masiva contra la COVID-19 para personas entre los 18 y 59 años de edad, pues ningún centro de salud cercano a las comunidades en los siete municipios de la entidad ha sido acondicionado para la jornada de inmunización, denunció la organización defensora de derechos indígenas Kapé Kapé.
Aunque la autoridad única en Salud del estado Amazonas, José Gregorio Moreno, informó que aspiran vacunar a 145 mil habitantes a diciembre de este año, las comunidades indígenas fueron discriminadas en la primera fase.
Las estrategias de inmunización por ahora no toman en cuenta las dinámicas específicas de los pueblos originarios, sobre todo en las formas de registro en las plataformas Patria y del Ministerio de Salud y la dotación de módulos cercanos a las comunidades.
Al no estar abastecidos los módulos cercanos, los indígenas dependen de las visitas esporádicas del Ministerio de Salud o deben movilizarse hacia donde encuentren atención médica. “Si no tienen atención en su municipio les toca venirse vía fluvial, a canalete, porque gasolina no hay. O sino, se van a Colombia. Pero en el caso de la vacunación, en los municipios del interior es mucho más difícil”, manifestó el vocero de Kapé Kapé en Amazonas, Simeon Rojas.
“Otra cosa es el sistema Patria, si la asignación es por sistema Patria, en muchas comunidades no hay cobertura de telefonía celular o no todos los indígenas tienen teléfono, y por lo tanto no se pueden dar por enterados”, agregó.
Rojas propone que se habiliten de uno a dos módulos para la vacunación anti COVID-19 en cada eje carretero: norte, sur y suroeste, donde habitan las comunidades indígenas.
El proceso de vacunación para esta fase masiva está centralizado en Puerto Ayacucho, capital del estado Amazonas, que concentra 63% de la población de la entidad. La jornada se realiza en los ambulatorios Monseñor Segundo García, Clínica Popular José María Vargas y Hospital José Gregorio Hernández.
En los municipios del interior del estado, el acceso a la vacunación es todavía más difícil, al igual que en los ejes carreteros.
Por lo general, como mínimo algunos recorren hasta más de 40 kilómetros a pie para hacer diligencias en Puerto Ayacucho, por lo que la organización exige que se garantice el acceso de todas las comunidades indígenas a la vacunación. Esta es una población vulnerable por su histórico acceso restringido a salud, agua, saneamiento y alimentación.
Recientemente autoridades regionales y el gobernador del estado, Miguel Rodríguez, publicaron un video en el que vacunaban a indígenas yanomamis de la comunidad de Maroa, municipio Maroa de Amazonas, “pero que haya un plan sistematizado, una jornada planificada, no. Sigue sin anunciarse”, denunció Rojas.
El boletín 23 de la organización Wataniba, con un análisis de data hasta el 23 de mayo, indicaba que de los tres estados de la Amazonía venezolana Amazonas registra el mayor incremento en el número de nuevos contagios y la letalidad más alta.
“Contar con planes claros y adecuadamente difundidos de atención y vacunación, con respeto a las tradiciones y costumbres de los pueblos indígenas, es una necesidad. La situación alrededor de la Amazonia venezolana no es particularmente alentadora cuando observamos lo que sucede en los estados de Amazonas y Roraima brasileños. El mantenimiento de las medidas preventivas, la defensa de los territorios de grupos externos y el plan de salud es clave para evitar una escalada de la enfermedad hacia las comunidades más aisladas”, advertía la organización.