Los productores agropecuarios de la población de El Palmar, en el municipio Padre Pedro Chien, están padeciendo los estragos del hampa y la falta de seguridad policial. El último caso resultó en el asesinato del ganadero Gustavo Rodríguez, de 31 años, en el fundo El Hatillo el pasado domingo en horas de la noche.
En el lugar fue asesinado uno de los tres antisociales cuando el padre del productor respondió disparando su escopeta, según la versión de allegados. Este martes la Guardia Nacional anunció la captura y puesta a orden del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas de dos presuntos involucrados en el homicidio.
No se trata de un caso aislado. El fundo El Hatillo queda a escasos 500 metros del módulo de la Guardia Nacional Bolivariana. A pesar de ello, según el ganadero Héctor Arévalo, ni la GNB ni la Policía tienen unidades para hacer los recorridos y brindar la protección a los dueños de finca y trabajadores, mucho menos a los animales y tierras. “Estamos desprotegidos”, señaló.
Julio Malavé, presidente de la Asociación de Ganaderos en El Palmar (Asogapa), dijo que tienen dos años denunciando la grave situación de inseguridad y que no han sido atendidos: “hemos tenido atropellos, amenazas, nuestras fincas están desoladas. Las instituciones no tienen los vehículos para hacer el recorrido”.
“Las patrullas están desmanteladas. Llamas a los cuerpos de seguridad y tienes que cubrir todos los gastos. Como tenemos derechos también tenemos deberes, pagamos nuestros impuestos, le damos de comer al estado, al país y no tenemos ninguna garantía de que sigamos nosotros en el proceso de producción”, denunció.
A pesar que declaró que muchos funcionarios han estado en la disposición de apoyarlos y cuidar los patrimonios, indicó que son los ganaderos los que tienen que mover sus carros, pues “no tienen cauchos, tienen problemas con los carros, no cuentan con los equipos adecuados”, señaló.
Pérdidas millonarias
En una noche, en una finca de la zona se pueden robar de 5 a 8 reses. Malavé asegura que lo más grave son los peligros a la vida de las personas, “amarran a los obreros, a los mismos propietarios”.
La Federación Nacional de Ganaderos (Fedegana) registró en 2019 la pérdida de 700 mil cabezas de ganado por robo o fugas a través de trochas fronterizas. Para enero se calculó que en el país haya tan solo 8 millones de reses, 50% menos que hace 10 años atrás.
El robo de instalaciones, piezas de carros y animales en sí han significado peligros que algunos ganaderos no están dispuestos a sufrir. “El productor del campo está abandonando sus predios de producción por miedo a esto (robos)”, comentó el presidente de Asogapa.
Malavé expuso que, prácticamente, están en un paro técnico pues la producción en los últimos cuatro años se ha visto reducida entre 55 y 60% en leche y carne. “No tenemos ni la maquinaria necesaria ni los productos para seguir creciendo y que se mejore nuestro rebaño”, afirmó. Además los costos de producción son muy elevados comparados con las ganancias.
El presidente de Fedegana, Armando Chacín, indicó que el 2019 fue el año de la dolarización precaria ya que en Venezuela se vendió el kilogramo de carne entre 40 y 60 centavos de dólar muy por debajo de los precios internacionales, y dejando más que todo pérdidas por la importación de insumos que en Venezuela no existen.
Las pérdidas son irrecuperables y de miles de dólares, ya que una novilla puede promediarse entre 400 y 500 dólares. “En mi finca me robaron 47 reses entre el mes de octubre y diciembre”, comentó Malavé, además de esto advierte que los gastos de inversión en el animal tanto de alimento como vacunas son altamente costosos.
Otro productor agropecuario, José Gascón, indicó que un frasco de vacunas para 50 animales puede llegar a costar por medios externos hasta 50 dólares, y este tan solo serviría para una aplicación. Agregó que de una persona tener 300 animales tendría que gastar alrededor entre 600 y 800 dólares.
Agropatria fue creado luego de la expropiación de Agroisleña, y desde hace una década ha sido encargada de la compra y distribución de insumos agrícolas por parte del Estado. Sin embargo, de acuerdo con Malavé, hace mucho tiempo dejaron de venderles productos para la producción, cuidado de sus tierras y animales, agravando de peor forma la situación de los ganaderos. Transparencia Venezuela en su informe El hambre como negocio, vinculó a Agropatria con hechos de corrupción, burocracia y militarización.
Desvalijamiento
Gascón es otro de los productores agropecuarios afectados. Con 29 años en la zona, semanas anteriores fue víctima de atracos en su propiedad cercana a El Palmar. Los animales y las herramientas de trabajo también fueron robadas. “Me sustrajeron muchísimas cosas de mi depósito, llevaron mi carro, me golpearon”, contó.
“Nosotros tenemos una inseguridad bárbara, no tenemos con quién contar”, exclamó con indignación, señalando a su vez que los antisociales prácticamente cargan con todo lo que hay en los fundos. “Nosotros reponemos un transformador, reponemos un cortacorriente, y entonces mañana van por la guadaña, van por la bomba, por el filtro”.
A pesar de tener casi tres décadas como productor denunció que jamás en todo este tiempo había visto al pueblo y a los ganaderos pasar por una situación tan crítica. “Los animales es lo primero porque es lo que se come, se están comiendo hasta los caballos de trabajo, se están comiendo los burros…”, comentó, porque lo suman a la carne de res, para aumentar los kilos que ponen en venta.
Las cercas están desapareciendo por el alto costo de los alambres de púas… hasta eso ha empezado a ser robado. Los hampones incluso han empezado a cargar con bombillos, láminas de zinc y hasta robado el aceite de los vehículos y máquinas.
El panorama para 2020 sigue pareciendo mucho más preocupante y no se ven índices de mejora. Según la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios (Fedeagro), del 70% de la producción de alimentos ahora tan solo se cubre con el 25% de la demanda. Para 2019, su presidente, Aquiles Hopkins señalaba que cumplían 12 años de caída sostenida en la producción nacional.