Con pancartas, consignas y envases de agua potable vacíos, los vecinos de Campo A2 de Ferrominera -parroquia Cachamay- en Ciudad Guayana realizaron una protesta para solicitar a las autoridades solucionar las irregularidades del servicio de agua en dicho sector que vienen ocurriendo desde hace cinco años aproximadamente.
La concentración se registró este martes 11 de abril con la participación de residentes de las calles Boconó, Motatan y Betijoque, quienes denuncian que deben “cazar el agua de madrugada porque durante el día no hay”.
De acuerdo a las declaraciones de los manifestantes, en tres de las trece calles del sector la situación es aún más crítica, debido a que el agua solo llega por las mañanas; ante ello manifiestan malestar y preocupación, debido a que adultos de la tercera edad y niños con distintas discapacidades también padecen.
El 9 de abril la empresa Hidrobolívar emitió un comunicado vía redes sociales, en el cual se anunciaba la reactivación del Acueducto Puerto Ordaz, “restituyéndose gradualmente el suministro de agua potable hacia los distintos sectores que conforman las parroquias Cachamay, Universidad y el 60% de la parroquia Unare”.
Como contraparte, el ciudadano Manuel Gamboa refutó que este martes “el agua sigue fallando, no hay agua, y la cisterna que mandan trae agua contaminada”.
La señora Teresa declaró a Correo del Caroní que “los vecinos estamos en pie de lucha desde el año 2018, tratando de que Hidrobolívar nos solvente la gravísima situación que tenemos con el agua. Ellos nos han engañado desde un principio, dicen que este es un problema de bomba de tubería, que este es un problema de las alturas de la calle, pero esta es una urbanización pionera de la Orinoco Mining Company, aquí siempre había agua”, lamentó.
“No somos camellos”
Como antecedente, los afectados explicaron que las deficiencias en el servicio iniciaron en el año 2018, “supuestamente ellos estaban reparando algo en ese entonces. ¿Qué estaban reparando? No sé, porque hasta el día de hoy no nos han ayudado”, dijo, añadiendo que han recibido falsas promesas, “nos quieren engañar, dicen que falta una bomba, que ya se hizo la inversión, que viene en camino. Aquí una señora que tiene una niña especial y hubo que comprar agua para que ella pudiera hacer sus necesidades básicas…”.
Pasadas más de ocho horas de la manifestación en la parroquia Cachamay, la empresa hidrológica no se ha pronunciado al respecto. La señora Teresa finalizó su comentario con la siguiente frase: “nos tratan como si fuésemos camellos. El agua es un derecho universal, y de todos”.
