Gremio de enfermeras y miembros de la comunidad de Guaiparo, en San Félix, protestaron a las afueras del Centro Pediátrico Menca de Leoni para exigir al Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS) y a la Gobernación del estado Bolívar la recuperación y el resguardo de sus instalaciones.
Tras casi tres años abandonado por la negligencia del Estado, en el ala pediátrica del Hospital Dr. Raúl Leoni (Guaiparo), que antes atendía a 60% de la población infantil del estado Bolívar y pacientes procedentes de Monagas y Anzoátegui, solo quedan escombros.
“No hemos perdido solo una infraestructura, aquí se están perdiendo vidas porque, ¿dónde está esa cantidad de niños (más de 150) que antes atendíamos aquí? ¿A dónde están yendo ahora si no tenemos dónde recibirlos?”, denunció Demilse Garnier, enfermera del recinto.
“Hacemos un llamado al gobierno central a que vengan a ver cómo el hospital está completamente destruido. Se han llevado puertas, aires acondicionados, techos rasos, pocetas, insumos médicos, todos robados”, protestó por su parte Mirella Salazar, miembro de la comunidad de Guaiparo y testigo del deterioro del otrora hospital pediátrico más importante de Bolívar.
Una promesa que nunca se cumplió
Con la promesa de restituir los servicios afectados a la brevedad posible, el 8 de abril de 2018 el Ministerio de Salud a través del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS) ordenó el cierre de sus puertas para sanear un bote de aguas negras que inició por el área de Emergencia, y progresivamente se extendió a las áreas de Observación, Rehidratación, Cirugía menor, habitación de médicos, entre otras.
“Así se fue cerrando todo. Las demás áreas tenían fallas que con una intervención oportuna se podían solucionar y así continuar nuestro trabajo, ¿pero ahora?”, cuestionó la enfermera Demilse Garnier.
17 días después del cierre, el gobernador del estado Bolívar, Justo Noguera Pietri aseguró que el Ejecutivo nacional con Minsalud, como brazo ejecutor, aprobó un presupuesto de cien millones de bolívares para iniciar las reparaciones del centro asistencial lo antes posible.
Fundación Lala y otras organizaciones también invirtieron en el proyecto, pero a tres meses de iniciar las reparaciones, la obra se detuvo y continúa paralizada.
“Es un choque para nosotros llegar y ver las condiciones en las que se encuentra el pediátrico, comenzamos con un problema de aguas negras, pero desvalijaron la infraestructura, no resguardaron los equipos, se llevaron todo”, dijo la licenciada.
Una población pediátrica huérfana
Mientras las autoridades dejaron que el Menca de Leoni se sumergiera en aguas residuales y quedara a merced del hampa, la población pediátrica de Ciudad Guayana quedó huérfana.
Tras el cierre, la emergencia pediátrica del Hospital Uyapar colapsó, y los pacientes y personal sanitario del Menca de Leoni fueron reubicados en un ala en remodelación de medicina interna en el piso tres del hospital de Guaiparo con una capacidad de entre 15 y 20 cupos o menos.
Lo que supone una disminución drástica de la capacidad de atención a los niños, especialmente aquellos en estado crítico, pues el pediátrico tenía una capacidad de atención y hospitalización de 150 pacientes, con un flujo de ingreso de entre 20 y 30 pacientes diarios.
“¿Cómo es posible que existiendo un pediátrico que años atrás funcionaba, donde había médicos especializados, jornadas de vacunación, cirugía… hoy esté cerrado y los niños padeciendo?”, cuestionó Salazar.
Después del cierre, y para el 22 de octubre 2018, morían en promedio cuatro niños diarios solo en el Hospital Uyapar, desde entonces colapsado. Esa misma semana, el servicio de pediatría del Uyapar cerró por falta de insumos y personal médico. En un día, siete niños murieron y eso provocó que el personal sanitario tomara las calles de Alta Vista en señal de protesta.
En 2021, los hospitales de Ciudad Guayana se mantienen sin servicios funcionales de pediatría, Terapia Intensiva Pediátrica (Uciped) y Terapia Intensiva Neonatal (UCIN). “Ya no podemos atender pacientes que ameriten ventilación mecánica porque no contamos con personal, ni material tampoco. No podemos avanzar cuando el paciente ya requiere una ayuda más grande”, explicó la enfermera Garnier.
Mireya Pinto, miembro de la comunidad de Guaiparo, es testigo de cómo a diario niños de su comunidad quedan sin atención médica, especialmente quienes están en condiciones graves. “Los niños que llegan graves al piso tres de Guaiparo los mandan para Ciudad Bolívar (Ruiz y Páez), y muchos se mueren porque no tienen ni el pasaje para irse para allá. Cuando este hospital (el Menca) tenía de todo”, reclamó.
En una entrevista concedida a Correo del Caroní el año pasado, la neonatóloga intensivista del hospital Ruiz y Páez, Sairet Palmare, informó que casi todos los recién nacidos críticos que llegan desde Ciudad Guayana hasta allá tienen desenlace fatal. “Los pacientes llegan por sus propios medios, tardan 3 o 4 días en llegar aquí”, agregó.
“Perdimos la infraestructura y con la infraestructura se perdió todo”
El hospital con tres pisos de altura tenía emergencia, un área de rehidratación para atender a niños con cuadros diarreicos y de vómitos con capacidad para ocho cupos, una Uciped de cinco cupos, aunque en los últimos años contaba con respiradores artificiales y monitores dañados.
También había un quirófano para cirugía menor. El pediátrico tenía dos retenes, uno patológico y otro para bebés prematuros, tenía áreas de observación, hospitalización, vacunación, consultas, maternidad, obstetricia y un lactario.
En sus últimos años de funcionamiento, el Centro Pediátrico Menca de Leoni enfrentó una grave crisis de insumos y equipos que en su momento Justo Noguera prometió subsanar con inmediatez, aunque el asunto compete directamente a Minsalud y al IVSS.
Sin embargo, seguía contando con una infraestructura capaz de brindar buena atención a los pacientes si se les dotaba de insumos adecuados, señala el personal.
“Pero perdimos la infraestructura y con la infraestructura se perdió todo. Ahí donde lo ves, el lactario fue un logro muy importante, teníamos mucho tiempo luchando por eso, porque era necesario para que los recién nacidos se recuperaran…lo perdimos”, dijo Garnier.
Aunque el Menca de Leoni cerró sus puertas oficialmente en abril de 2018, la terapia intensiva neonatal entró en paro técnico un mes antes por falta de insumos, así lo informó el neonatólogo José Ángel Chavero.
En enero de 2018, la pediatra Dorcas Lyon informó a TalCual que entre el 18 y 21 de enero de ese año, murieron en el Menca 14 niños por falta de insumos.
Por más que el personal pidió insumos y equipos para el pediátrico, porque los que se tenían estaban superando su vida útil, ni Minsalud ni el IVSS ni la Gobernación atendieron el llamado de los pacientes, el gremio médico y el gremio de enfermería.
El bote de aguas negras solo terminó de cerrar las puertas del Menca de Leoni con la promesa de un mientras tanto que se prolongó tres años. El transcurrir del tiempo reveló que nunca se tuvo voluntad política para auxiliar a la población pediátrica de la ciudad.
“Nos sentimos de manos atadas porque vemos que nadie quiere ayudarnos con el hospital. Por favor, agradecemos al gobernador, alcalde, que vengan al pediátrico, lo necesitamos activado para que nuestros nietos, hijos, todos los niños puedan tener atención médica digna”, manifestó Pinto.
La mortalidad infantil aumenta conforme aumenta el deterioro de los recintos médicos que quedan en pie, y se puede percibir, aunque el Estado pretenda ocultar cifras oficiales.