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Monseñor Helizandro Terán: “Descalzo mi corazón para agradecer a esta tierra bendita de Guayana que me acogió como su pastor”

El obispo saliente de Ciudad Guayana se congregó con la feligresía guayanesa en una misa de despedida, pues fue designado como arzobispo coadjutor de la Arquidiócesis de Mérida. Afirmó que este tiempo en Guayana ha sido de enseñanza y madurez.

@joelnixb

Luego de cuatro años y medio presidiendo la Diócesis de Ciudad Guayana monseñor Helizandro Terán se despidió de su feligresía local para asumir el cargo que le encomendó el papa Francisco como arzobispo coadjutor en la Arquidiócesis de Mérida.

Con este nombramiento el obispo saliente se convertirá en el sucesor de Baltazar Enrique Porras Cardozo en sus funciones como arzobispo de Mérida una vez que el sumo pontífice apruebe el retiro del también cardenal.

El sábado 14 de mayo guayaneses se concentraron en la catedral San Juan Pablo II para darle la despedida a monseñor Terán. Más de 150 feligreses de las distintas parroquias que conforman la Diócesis de Ciudad Guayana estuvieron presentes para decirle hasta luego al obispo saliente.

Hermanos no dejen nunca de rezar el santo rosario, se los pide un obispo devoto, llévenlos siempre en las carteras, en los vehículos, eso es símbolo de que están en unión con Cristo a través de María (…) no me olviden por favor, los llevo en el corazón y me confío en sus oraciones”

En entrevista con Correo del Caroní monseñor Terán expresó que esta misa de despedida es una acción de gracias a Dios por estos años de ministerio en Ciudad Guayana, por la fe que el padre a través de Jesucristo les dio al clero y a él para dirigir la diócesis local.

“Esta ha sido una experiencia maravillosa, ha sido mi primera diócesis y mi primera vez como obispo residencial, aprendes algunas cosas, a veces también cometes errores y ha sido una verdadera escuela de aprendizaje guiada por el espíritu santo”, comentó.

También dijo que su nuevo cargo como arzobispo coadjutor significa muchos cambios como mayor responsabilidad, mayor trabajo y otra escuela para aprender. Afirmó que este tiempo en Guayana ha sido de enseñanza y madurez porque estrenarse como obispo no es fácil, pero que gracias a la oración de los feligreses pudo entregarse como pastor.

“Me llevo en mi corazón el amor y cariño de tanta gente que me lo ha manifestado, he procurado recorrer todos los rincones de la diócesis y aunque siempre queda un pueblito sin visitar, en ese acompañamiento sientes el cariño, el amor y el fervor de los guayaneses”, expresó.

“Descalzo en mi corazón para pisar esta tierra bendita” 

La misa de acción de gracias inició a las 5:30 de la tarde, el obispo subió al presbiterio escoltado por el clero diocesano guayanés entre aplausos de los feligreses y cánticos entonados por el coro de la Catedral San Juan Pablo II. 

Ahora la ciudad tendrá un administrador diocesano hasta que se designe otro obispo | Foto William Urdaneta

Inició la eucaristía poniendo en manos de Dios su acción de gracias y la vida de cada uno de los presentes, el presbiterio de la diócesis para que manteniéndose fiel a Cristo puedan seguir siendo una iglesia local, viva y animada por el soplo del espíritu. Agradeció a los asistentes y afirmó que gracias a sus oraciones y acompañamientos él pudo cumplir con su misión en Guayana.

Recordó que el 7 de octubre de 2017 en una eucaristía tomó posesión como quinto obispo de la Diócesis de Ciudad Guayana y en la homilía de hace cuatro años expresó “descalzo en mi corazón para pisar esta tierra bendita con el compromiso de seguir arando en ella el surco para que la semilla del reino germine, crezca y siga dando frutos de vida para toda la feligresía guayanesa”, palabras que fueron el inicio de su ministerio episcopal en la diócesis y con las que se quiere despedir.

Afirmó que hoy más que nunca, al contemplar tantas injusticias y pecados en la región y en Venezuela, se deben amparar bajo la fe esperanzadora, como la que invitó Isaías en las santas escrituras para materializar un reino de amor justicia y paz en medio de tanta adversidad, tormentas y fracasos.

A la vez que pidió no cerrar los ojos ni los oídos al sufrimiento del prójimo y a incentivar la fraternidad como hijos de Dios. Y entregarse al amor de Dios para que nazca la fe que mueve montañas, que salva y que hace cambiar las realidades.

“Que el tiempo de interinidad dure poco” 

En su discurso les pidió a los sacerdotes que se mantengan fieles a Cristo, no descuidar sus ministerios, vivir como consagrados. Además les ofreció disculpas por “todo aquello en lo que no haya sabido estar a la altura de las circunstancias”.

Informó que dentro de unos días, al tomar posesión de arzobispo coadjutor en la Arquidiócesis de Mérida, según el derecho de la Iglesia se nombrará en Guayana un administrador diocesano.

“Deseo de corazón que el tiempo de interinidad dure poco, eso le pido al Señor, y que pronto puedan ustedes alegrarse por la llegada de un nuevo obispo para Ciudad Guayana. Pidamos desde ya al Señor que envíe a esta diócesis un obispo santo y que sea acogido por todos ustedes como aquel que viene en el nombre del Señor”, dijo.

“Una grey marcada por el entusiasmo, la alegría y la fe” 

Expresó gratitud hacia los religiosos, dijo que su presencia y las labores que realizan dentro de la diócesis son muy importantes. Y también agradeció a los laicos, miembros de cofradías y demás movimientos. “Son una grey marcada por el entusiasmo, la alegría y la fe… Perseveren siempre en el amor a Cristo”.

En la tribuna grupos de las iglesias católicas de la ciudad escucharon la eucaristía reunidos y con pendones o afiches que los identificaban. En la parte superior central un nutrido grupo de feligreses de la Parroquia Nuestra Señora del Valle estaban emocionados por desearle éxitos a monseñor en este nuevo camino.

“Era de esperar todo este cariño para un obispo que es dado al pueblo, es sencillo y es cercano (…) estamos reunidos acá para mostrarle nuestro cariño y para pedirle al Señor que lo siga guiando allá en Mérida”, expresó María Mendoza de Naveda, representante del ministerio de música de la iglesia Virgen del Valle.

Integrantes del grupo del Camino Neocatecumenal de la Parroquia Nuestra Señora del Carmen, de Vista al Sol participaron en la misa y Luis Martínez, miembro de la parroquia afirmó que “Para el grupo es importante estar aquí mostrándole nuestro apoyo al obispo porque él nos lo brindó a nosotros”.

Elis Berrueta, integrante de la Parroquia Santísima Trinidad, comentó que “la misa estuvo espectacular, obispo como este sin igual, él nos fue llevando con errores y aciertos por un buen camino de la mano de Dios”.

Para cerrar la eucaristía el obispo pidió a los presentes amar a María Inmaculada, afirmó que esta lo trajo como obispo a tierras guayanesas y ahora lo lleva a Mérida donde también es patrona.

“En manos de la Inmaculada me pongo y también los pongo a ustedes. Hermanos no dejen nunca de rezar el santo rosario, se los pide un obispo devoto, llévenlos siempre en las carteras, en los vehículos, eso es símbolo de que están en unión con Cristo a través de María (…) no me olviden por favor, los llevo en el corazón y me confío en sus oraciones, que Dios los bendiga”, finalizó monseñor Terán.