Para la primera quincena de 2019, Hidrobolívar estima culminar con el plan de trabajo diseñado a partir de la reciente contingencia que por dos semanas afectó a gran parte de Puerto Ordaz. “¿Tenemos problemas? Sí, pero hay un equipo que está trabajando para resolver esos problemas”, afirmó Gustavo Imeri, presidente de la hidrológica.
Desde el 31 de octubre, las parroquias Universidad, Cachamay y parte de Unare estuvieron sin el suministro de agua potable. Imeri adujo la falla a un motor dañado en PT1 de la estación de rebombeo en Toro Muerto, la cual alimenta a Golfo 7. Además, admitió que este acueducto está saturado, su diseño es para 1.850 litros de agua por segundo, y el consumo actual en la ciudad es de 2.600 lts/seg.
“Como el Acueducto Toro Muerto está saturado, al fallar una bomba el sistema se desequilibra completamente, aunado a que el 1 y 2 de noviembre hubo dos fallas eléctricas que sacaron de servicio a la estación por seis horas diarias. La condición de arranques y paradas de los motores produce una falla en los sistemas eléctricos y que saca una bomba más fuera de servicio en Golfo 7. Se sacaron los equipos fuera de servicio para llevarlos a los talleres y repararlos, pero una válvula dañada en PT1 ocasionó que no solo se dañara el motor sino la bomba. Por eso tardamos en restablecer las condiciones de operatividad”, explicó.
Agregó que en los acasos de los acueductos Macagua, Industrial y el de la UD-128, “el problema es mantenimiento y atención en algunos elementos que hay que invertir: válvulas, repuestos, motores y elementos de control y potencia”.
En el caso de Toro Muerto, que asiste a los sectores Castillito, Villa Colombia, Villa Bolivia, Villa Brasil, Villa Central, y parte de los campos de Ferrominera, reiteró que quedó corto en su diseño por lo que -afirmó- “cualquier falla ocasiona un desequilibrio en el área de distribución del agua. En años anteriores se venían manejando con maniobras, que no es que cierro y abro válvulas en las calles, sino en los tanques que están en Golfo 7, 8 y 9, en función de cómo un tanque se descompensa y se vuelve a llenar, eso se hace en un período de cuatro a seis horas. Sin embargo, a veces es difícil porque el comportamiento es irregular”.
Imeri atribuyó este comportamiento irregular a la construcción de grandes centros comerciales, piscinas en residencias y campos de fútbol que no estaban dentro del diseño de la ciudad. Hizo mención al caso de Ciudad Mineros en el Campo B de Ferrominera, del que se investiga la permisología dada, para una zona que -aseveró- es un sitio residencial y no deportivo.
“Eso hace que la red se vaya complicando. Además, esta apertura y cierre de los tanques crea en la red un tema de corrimiento o movilización de sólidos de suspensión, o sedimentos, en las tuberías, y por la misma calidad del agua, estos sólidos se desplazan dentro de las tuberías y se alojan en válvulas, que no son diseñadas para abrirlas dos y tres veces al día, y se han bloqueado, se han dañado”, añadió.
Rediseño en vinculación de acueductos
El presidente de Hidrobolívar indicó que el Acueducto Toro Muerto está saturado y cualquier falla produce un desequilibrio completo en el sistema | Foto William Urdaneta |
Por ser el acueducto Puerto Ordaz el de mayor incidencia, la hidrológica inició con un proyecto de desarticulación de algunas redes en el caso de Golfo 8, que permitiría mejorar la condición de un tanque de 5.000 metros cúbicos, y que asiste a Castillito, Villa Central, Villa Brasil, Villa Colombia, Villa Granada y Cambalache.
La idea es crear un acueducto que dé autonomía a Cambalache, mediante una Unidad Potabilizadora Autónoma. Así desvincularía al sector del acueducto Toro Muerto.
A su vez, Imeri informó que desvincularán del acueducto Toro Muerto a los sectores Lomas del Caroní, Las Peonías, Terrazas del Atlántico, Caujaro y Curagua, para vincularlos al acueducto industrial, el cual -indicó- está siendo subutilizado. Con ello se ganarías 500 lts/seg de agua.
“Para los planes de estabilización en los distintos golfos, 8 y 9, estimamos que en la primera quincena de enero deberíamos tener ya terminada la obra en Cambalache, y en esa misma escala de tiempo hacer las dos aducciones en Atlántico y Paseo Caroní, que ya pasó de ingeniería conceptual a fase de proyecto”, estimó.
Por otra parte, confirmó que las estaciones de rebombeo están solas, no hay operadores, y dependen de que vaya una persona para abrir y cerrar la válvula de los tanques. Calculó que entre 15 a 30 días reconstruyan las cabinas de control y tengan a operadores en tiempo real las 24 horas.
“Ataque meramente político”
La falta de agua o suspensiones constantes en el suministro no son las únicas quejas de los ciudadanos, también han denunciado la calidad con que esta llega a los hogares. Su color amarillento crea suspicacia y hace varias semanas, trabajadores del Acueducto Macagua indicaron que las plantas de tratamiento estaban fuera de servicio por lo que no estaba siendo potabilizada.
Al respecto, Jonathan Montilla, vicepresidente de operaciones, desmintió que en Hidrobolívar no se estén cumpliendo con las normas sanitarias de potabilización del agua, y aseveró que es en esta hidrológica donde tienen la mayor potabilización.
“Cuando un trabajador sale de esta manera es sancionado y penado, porque debe tener muchas pruebas y evidencias. Es más fácil para nosotros paralizar el acueducto y no mandar el agua, nos reguardamos cuando no tenemos gas cloro, hipoclorito, y sulfato”, declaró Montilla.
Para Imeri, las denuncias sobre la condición del agua se toman como ensayo político para desmeritar la gestión de un gobierno.
“Garantizamos la potabilidad del agua, podemos ir al sitio, conversar con los operadores que pueden dar fe de esto. El ataque es meramente político”, puntualizó el presidente de Hidrobolívar.
La falta de agua en gran parte de Puerto Ordaz no solo afectó a zonas residenciales y comerciales, algunas escuelas como la UEB Roraima en el sector Los Monos se vio obligado a suspender clases por la falta del servicio para el aseo de los baños y el consumo en niños y personal. Vecinos protestaron el lunes exigiendo respuestas a Hidrobolívar, y advirtieron que zonas en San Félix han estado con el problema por meses y hasta años.