12 láminas de acerolit le robaron al patio central de la Escuela Básica Bolivariana Bachiller Felipe Hernández ubicada en El Roble, San Félix, la noche del jueves.
Maestros y estudiantes han perdido la cuenta del número de robos de los que ha sido víctima la institución. Bombonas, materiales didácticos y canaimitas son algunos de los bienes que se han llevado impunemente del colegio, recuerda Lucía Rojas, abuela de tres de los 820 matriculados en la institución educativa.
“La preocupación es que se lo sigan llevando (el techo)”, comentó Aidé Fonseca, trabajadora administrativa del plantel. Además de los robos, vándalos también han destruido ventanales y parte del cableado eléctrico.
Miembros del consejo comunal reportaron a funcionarios de seguridad, pero nunca llegaron al centro educativo a tomar la denuncia. “La gente tiene miedo de denunciar”, señaló Rojas al referir que representantes de la institución se sienten indefensos y resignados de conseguir alguna solución.
Autoridades del colegio han optado por resguardar por su cuenta los insumos del Programa de Alimentación Escolar (PAE) y las bombonas -que son prestadas- en casa de algunos representantes que viven cercanos a la escuela para así continuar con el suministro de los alimentos a los estudiantes.
Fonseca indicó que el colegio no cuenta con vigilante debido a que es una responsabilidad que el Ministerio de Educación tiene que resolver en el municipio. Espera que no continúen los hurtos porque dejaría sin condiciones al plantel para que niños de la comunidad puedan seguir estudiando.
En abril también robaron 4 bombonas de la Unidad Educativa Fe y Alegría Caroní, ubicada en la UD-146 de San Félix, que utilizaban para preparar los alimentos del PAE. La Policía en ese momento tampoco atendió los llamados de la institución. Vecinos y representantes del sector tuvieron que reparar parte de la estructura violentada.
En Ciudad Guayana los colegios bajo la responsabilidad del Estado no cuentan con garantías de seguridad. Autoridades del colegio no han garantizado el resguardo de los centros educativos por la falta de vigilancia interna y los pocos recorridos de los funcionarios de seguridad. Aunque directores han solicitado mayor vigilancia de las escuelas, no han sido atendidos por las autoridades educativas a nivel estadal.