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Escasez de combustible y tarifas bajas acabaron con 60% de la flota de transporte público en Caroní

De 1.300 unidades de transporte disponibles para trasladar usuarios, sobrevivieron 450 a gasoil por autogestión y con la amenaza de dejar de rodar por la escasez de combustible. 850 vehículos a gasolina se paralizaron desde hace 10 meses.

@mlclisanchez 

Durante 2020 y parte del año en curso, 60% de las unidades de transporte público en Ciudad Guayana se paralizaron por escasez de combustible y porque la tarifa del pasaje impuesta por el Gobierno nacional no cubre el costo operacional de las unidades. Así lo advirtió el gremio de transportistas de Caroní.

Desde hace más de un año, los transportistas han solicitado ante el Instituto Municipal de Transporte Terrestre (IMTT) y la Alcaldía de Caroní el aumento del pasaje a diez u 11 centavos de dólar, lo que equivale a 176.876 bolívares a la tasa del dólar paralelo de este 29 de enero.

Los transportistas exigen que, si se les sigue imponiendo una tarifa oficial de 30 mil bolívares para la ruta urbana, las autoridades deben restituir el subsidio mensual que promete el Ministerio de Transporte para el mantenimiento preventivo y correctivo de las unidades, cuyos insumos ya están valorados en dólares.

Si no, insisten en que es necesario que se les dé la oportunidad de autogestionarse con una tarifa de pasaje ajustada a los costos operacionales de las flotas. “Porque eso es lo que nos atropella, que todo está cotizado en dólares”, manifestó Fabiola Medina, dueña de Orincar, una flota de 40 autobuses.

Los transportistas no reciben insumos desde hace más de dos años, y cuando llegaban, cubrían apenas 20% de la demanda de la flota. Por ejemplo, si un autobús necesitaba ocho litros de aceite, el gobierno entregaba cuatro y de forma irregular.

Juan Rivas, otro transportista, explicó que mantener un microbús implica un presupuesto de 500 dólares mensuales. Las unidades de transporte requieren un mantenimiento preventivo que comprende cambio de filtros y aceite, eso cuesta entre los 150 y 180 dólares. 

Trabajar para comer

Un frasco de aceite para motor está valorado en cuatro dólares cuando, dependiendo del modelo, una unidad de transporte requiere entre ocho y 20 frascos. Los cauchos están entre los 290 y 90 dólares, dependiendo de dónde se consigan y si son nuevos o usados.

“Ahorita trabajamos para comer, y nos alcanza para el mantenimiento solo si no ocurren inconvenientes. Si a la unidad se le daña algo, lamentablemente queda parada por varios meses”, dijo Rivas.

Las tarifas del transporte público urbano y suburbano no se han anclado aún al petro, a diferencia de la ruta interurbana. Esa tarifa es insostenible para los transportistas urbanos desde el momento en que fue anunciada.

Conforme suben los precios en el mercado, los transportistas seguirán cobrando entre 50 mil, 80 mil y hasta 100 mil bolívares, dependiendo de la ruta. “Nosotros armamos una estructura de costos valorada en 11 centavos de dólar que, de paso, solo es para cubrir costos operacionales y en un escenario en el que se nos garantiza el combustible”, señaló Rivas.

El monto impuesto por el gremio también es difícil de costear para los usuarios en un contexto de alza del dólar -casi llegando a los dos millones de bolívares-, mientras el salario mínimo se mantiene en 1.400.000 bolívares. Eso sin mencionar la escasez de efectivo y una digitalización del pasaje que parece viable, pero del que no se tiene mayor información.

Sin combustible la ciudad no se mueve

Al proceso inflacionario y la tarifa irrisoria se sumó la escasez de combustible que lapidó más de la mitad de las flotas que por autogestión se mantenían activas en la ciudad. Sobre todo las unidades que funcionaban con gasolina.

De acuerdo con el gremio, actualmente hay un aproximado de 850 vehículos a gasolina paralizados en Ciudad Guayana. Rivas relató que los dos vehículos con los que trabajaba son a gasolina y están paralizados desde el 19 de marzo de 2020, la última vez que logró surtir gasolina con cierta regularidad. Aunque aclara que los transportistas que utilizan unidades a gasolina trabajan a media máquina desde septiembre de 2019.

Las flotas a gasolina no pueden funcionar porque solo pueden surtir unos 50 litros por unidad una vez al mes, que alcanzan solo para media jornada laboral. Para buses grandes es insostenible comprar ese combustible en el mercado negro, porque cuesta entre los dos y cuatro dólares por litro, y para trabajar todo el día las unidades requieren entre 80 y 100 litros de gasolina a diario. “Eso no permite que la flota se active”, dijo.

En general, de 1.200 unidades de transporte disponibles en la ciudad para trasladar usuarios, han sobrevivido 450 a gasoil. La escasez de gasoil no es tan intensa como la escasez de combustible en Bolívar, pero desde hace dos semanas se agudizó todavía más, aseguran los afectados.

Diariamente la flota de transporte público en Puerto Ordaz puede surtir entre 50 y 70 litros de gasoil, solo en la estación de servicio Express Roraima, y el suministro depende de la cantidad de gasoil que lleve la gandola de Pdvsa ese día.

En San Félix, solo 35 vehículos pueden surtir gasoil en la semana de flexibilización y solo en la estación de servicio PDV Chirica. En la semana de cuarentena radical, solo 25 vehículos pueden abastecerse. Por eso la opción más viable para muchos es comprar gasoil en el mercado negro, cotizado en 250 mil bolívares por litro en efectivo.

“Esta situación del gasoil nos está llevando a un paro, nos postulan para surtir uno o dos carros al día, esto se pone cada vez más difícil”, expresó el presidente de la línea La Piña, Marco Rivero.

Rivero tiene una flota de 18 carros, cuatro son a gasolina y 14 a gasoil. Diariamente solo dos de sus autobuses a gasoil pueden surtir combustible y, por lo tanto, podrán trabajar solo seis horas.

Cada vehículo puede surtir una vez a la semana y con restricciones en la cantidad de litros a surtir pese a que, en teoría, para este sector no habría limitaciones según el régimen. Los carros a gasolina de su flota también están paralizados. “¿Y dónde están los propietarios de esos vehículos? Bueno, andan de colectores”, lamentó.

Una pequeña flota de 15 unidades de transporte público de San Félix optó por instalar el sistema dual de combustible para trabajar con Gas Natural Vehicular (GNV), sin embargo, esta flota también se paralizó desde hace tres semanas porque en la única estación de servicio en la que podían surtir, la estación Cachamay, se averió el surtidor.

Por ahora la flota de transporte público urbano en la ciudad sobrevive por autogestión y rogando que las unidades no sufran una avería que se escape del presupuesto de mantenimiento preventivo, que ya es cuesta arriba realizar.

La merma de transporte público es una de las razones por las que las pocas unidades que aún ruedan, vayan hasta rebosar de pasajeros en tiempos de pandemia, en un escenario en el que el proyecto de transporte urbano de TransBolívar que prometía descongestionar el sistema se extinguió por la desinversión del Estado.