El Centro de Capacitación Laboral (Cecal) de la parroquia San Buenaventura de El Roble, en San Félix, abrió nuevas oportunidades de formación para interesados en aprender oficios que permitan la pronta incorporación al campo laboral.
La parroquia informó que ya están disponibles las nuevas opciones de capacitación en el Cecal, entre los que destacan los cursos de refrigeración, primeros auxilios, manicura y reparación de bombillos. El presbítero Jorge Carreño afirmó que “se busca dar más opciones de formación en aspectos de la vida cotidiana”.

Los demás cursos disponibles son: farmacia y laboratorio, administración, panadería y repostería, contaduría, corte y costura, peluquería y medicina comunal.
El presbítero Jorge Carreño, párroco de San Buenaventura, expresó que este servicio social que brinda la parroquia se extiende a todos, sin importar su religión, posición económica o creencia.
El costo de las capacitaciones que ofrece la parroquia depende de la capacidad de pago de persona que lo curse. Aunque el valor mensual para inscribirse es entre 3 y 5 dólares como máximo, indicó que no se le niega la formación a quien no pueda cancelarla.
La matrícula y duración de los cursos es distinta para adolescentes y adultos. A pesar de que cada formación tiene una duración de seis meses, hay programas de formación que duran 30 o 60 días. Durante las capacitaciones se imparten materias de fe, valores, ética y moral, mientras que existen otras en las que se dicta matemáticas, emprendimiento, lingüística y biología.
Jesús Jiménez, coordinador de la Pastoral Social de la parroquia, aseguró que la iglesia se diferencia de una fundación en sus “acciones del día a día con su comunidad” al compararla con otras instituciones que se enfocan en un problema puntual y momentáneo.
Autosostenibilidad
La parroquia San Buenaventura se sustenta a sí misma a base de cursos, consultas médicas y alquiler de sus espacios para eventos. También se beneficia con las ventas de rifas a la comunidad, concursos y torneos de juegos de mesa o fútbol 7.
El padre Carreño aseveró que “los fondos de la iglesia no vienen de la práctica del diezmo, pero una parte sí es de la ofrenda voluntaria que quiera dar su comunidad”. Además enfatizó el hecho de que el aporte que reciben no es necesariamente económico, esto debido a que su grupo de apostolado, por ejemplo, colabora al vender productos en el sitio para que los fondos vayan al recinto religioso.
Diversas instituciones gubernamentales o privadas y familias ayudan también a subsistir económicamente. Sin embargo, la parroquia no depende de ello.
En cuanto al deporte, la parroquia ofrece su cancha techada y balones a los jóvenes que quieran jugar fútbol sala o el deporte de su preferencia.
“De 40 a 50 chamos vienen diariamente a hacer deporte en la cancha techada, prácticamente los estamos sacando de la calle”, comentó el padre. Por otra parte, Jesús Guerra, asesor jurídico de la parroquia, manifestó su deseo de contratar entrenadores de distintas disciplinas que impartan los deportes a la comunidad.