La noche del 22 de diciembre un estruendo en medio de la lluvia alertó a los habitantes de la calle 7 del sector Los Alacranes, en la urbanización Francisco Avendaño de San Félix, a centímetros de una gran cárcava que se extiende hasta los sectores Pinto Salinas y El Rinconcito.

El estruendo fue por una vivienda que cedió en medio de la cárcava que, con cada lluvia, sigue tomando terreno. Esta es la tercera casa de al menos seis en riesgo crítico que se derrumba en los últimos tres meses.
Al lugar acudieron funcionarios de Protección Civil e Inviobras con la promesa de que para enero del 2022 habrá una solución. Sin embargo, a la fecha ninguna autoridad regional o municipal ha informado sobre un plan concreto para la reparación de esta y las más de 60 cárcavas que hay en Ciudad Guayana, varias de ellas activas.
En la cárcava de Los Alacranes ya se habían desalojado más de 20 casas en 2002, precisamente por el peligro que implicaba, recuerda Wilmer López, habitante de la zona.
Cuenta que esas viviendas se cayeron y posteriormente se hicieron los trabajos de embaulamiento para su reparación. A las familias las reubicaron en un terreno en el mismo sector, pero al quedar ese espacio baldío, pronto volvieron las construcciones ilegales y las consecuencias, mientras los gobernantes carecen de propuestas concretas y tampoco dieron solución en los últimos 10 años.
“Esa cárcava es un peligro también para los que vivimos en los edificios y casas cercanas, porque sigue cediendo, toma la calle y va arrasando con todo si no hacen algo”, dijo una vecina a Correo del Caroní.
Esta cárcava también la usan “chatarreros”, quienes han cargado hasta con las planchas que quedaron del embaulamiento.
Sin respuesta en Isla Dorada
Desde 2016, los vecinos de la urbanización Isla Dorada -en la avenida Atlántico de Puerto Ordaz- han hecho gestiones ante diferentes instituciones para llamar la atención por una cárcava que ya se asomó a dicha arteria vial, socavando incluso parte de la acera peatonal.

Gustavo Ramírez, presidente de la junta de condominio de Isla Dorada, comentó que en enero llevarán a la Alcaldía de Caroní una carta con la firma de todos los inquilinos y no descartan acciones de protesta para llamar la atención y tener respuesta oportuna.
“Son 320 casas las que se ven afectadas directamente, pero ese desagüe viene desde los conjuntos residenciales que están más atrás, como El Tiamo, Isla Bonita. El agua de lluvias cae ahí directamente. A la larga ellos también se verán afectados”, advirtió.
Ramírez teme que, además del peligro que corren las viviendas aledañas al borde de la cárcava, ocurra un accidente en la avenida.
“Si eso sigue socavando, va a abrir un hueco en la avenida y puede caer un carro allí porque en esa avenida corren bastante. Hicimos una pancarta, pero no la pudimos poner. La idea era alertar a los conductores para que sepan que eso está allí”, agregó.
Peligro en Campo A3
Una de las cárcavas de más reciente data es la del Campo A3 de Ferrominera, en la vía Venezuela, bajando por el Iutirla. Se formó apenas a mediados de este año con las fuertes lluvias y la rotura de una tubería de 16 pulgadas, y ahora una de 66 pulgadas que quedó al descubierto.

Lo que antes era una cárcava que prácticamente pasaba desapercibida, ahora se acerca a la avenida, una arteria principal de dicha urbanización, cuyas calles fueron cerradas en su mayoría por la inseguridad.
En el especial Desidia y negligencia gubernamental hunde a Ciudad Guayana en más de 60 cárcavas, el ingeniero Simón Yegres destacó que en 2015 un estudio de Protección Civil en conjunto con Bomberos Municipales de Caroní determinó que había 64 cárcavas en Ciudad Guayana, de las cuales cinco estaban activas y las otras se mantenían más o menos estables. Estimó que a la fecha hay unas cuatro o cinco cárcavas más.
En 2013 la Alcaldía de Caroní creó la Unidad de Control de Cárcavas, adscrita a la Coordinación de Desarrollo Urbano. Esta determinó que las que presentaban mayor grado de riesgo y de mayor urgencia para su intervención eran la de la carrera Churum Merú (única reparada), Los Alacranes, Virgen del Valle, El Porvenir, Cañón del Diablo y Villa Bahía.
El Consejo Legislativo del estado Bolívar aprobó una serie de créditos adicionales entre 2013 y 2014 para las cárcavas de La Victoria y Cañón del Diablo, y de esta última apenas se reparó la mitad del embaulamiento.