Desde el lunes en Mundo Sonrisas, Ciudad Guayana, comenzó a aplicarse la vacuna Sinopharm a los adultos mayores. La medida obedece a la escasez de vacunas Sputnik V en el país, y ante la falta de garantías de abastecimiento para la segunda dosis de la vacuna.
Las personas mayores de 59 años también pueden acudir al CTE Cachamay a vacunarse contra la COVID-19 a partir de esta semana.
Me dejaron con el habla en la boca, el informe no lo leyeron, ni pendiente,
¿qué quieren que haga, que me humille para que vacunen a mi mamá?
Estoy mostrando un informe que está firmado y sellado por el Seguro Social…”
“¡Segunda dosis, segunda dosis, por aquí anoto para la segunda dosis de Sputnik!”, grita la funcionaria encargada, con lápiz y papel en la mano mientras recorre la cola de adultos mayores que se extiende por cuadra y media.
La mujer informó que las vacunas rusas se acabaron, por lo que los adultos mayores que acudan al recinto por segundas dosis deben anotarse en una lista. En teoría, una vez en el listado a los ancianos se les avisará vía mensaje de texto cuando llegue nuevamente un lote de segundas dosis de Sputnik V, explicó la funcionaria que solicitó el resguardo de su identidad.
Por otro lado, en Mundo Sonrisas solo pueden vacunarse las personas de la tercera edad. Las personas menores de 60 años deben vacunarse en el CTE Cachamay aunque el mensaje de texto de la convocatoria indique la otra locación, pues esto se debe a un error de sistema.
¿Qué pasa con la vacuna rusa?
La Sputnik V está escasa en Venezuela. El Gobierno nacional ejecutó un plan de vacunación sin calcular las dosis completas de la vacuna. En el país solo se han aplicado 1.430.000 vacunas, de los 10 millones de dosis que en 2020 Nicolás Maduro prometió que llegarían al país.
Desde junio de este año, la segunda dosis de esta vacuna dejó de llegar y hasta el momento las autoridades sanitarias no han dado explicación al respecto.

La única certeza es que el plazo para recibir la vacuna rusa es de hasta 90 días, que para muchos se cumplen a mediados de agosto y septiembre. Es importante que las personas reciban el esquema completo de vacunación para alcanzar el máximo de inmunización posible, dicen los expertos.
La semana pasada, Médicos Unidos por Venezuela exigió al Gobierno nacional que dé respuestas a la población sobre la escasez de estas vacunas. “Una sola dosis no basta para lograr la protección”, manifestó el gremio.
La escasez de segundas dosis de Sputnik V también está ocurriendo en otros países de Latinoamérica como Bolivia y Argentina, aunque Rusia aseguró que cumpliría con su compromiso.
Los retrasos en la producción de vacunas ocurren a nivel mundial por la demanda masiva en medio de la pandemia. La Organización Mundial de la Salud (OMS) informó este miércoles que a mediados de septiembre llegarán a Venezuela vacunas chinas Sinovac y Sinopharm a través del mecanismo Covax.
“Me duele todo, pero no importa, yo lo que quiero es que me vacunen”
Aparte de la incertidumbre por la falta de la vacuna Sputnik V, los adultos mayores deben padecer calor, lluvia y malos tratos durante proceso de vacunación. Aunque cuando inició la vacunación para personas de la tercera edad el proceso era rápido y con merienda incluida, rápidamente las condiciones de logística empeoraron para los ancianos.
En Caroní, los recintos autorizados para vacunar están a rebosar de personas esperando. En la mayoría de los casos no hay trato preferencial para ciudadanos con movilidad reducida o diferentes patologías.
Estando en Mundo Sonrisas muchos adultos mayores regresaron a sus hogares porque no se sentían con fuerza suficiente para esperar su turno en la fila para vacunarse. Otros ancianos se atrevieron a hacer la cola en muletas, en sillas de ruedas, e incluso sostenidos por dos familiares más jóvenes.
“Señora, aquí todos están esperando en la cola, y todos tienen patologías diferentes”, le gritó el militar a Ylze Velázquez. La mujer tenía el informe médico de su madre entre las manos, pero el funcionario no la dejó terminar de hablar.
Su madre tiene 72 años, pérdida de visión en un ojo, hernias en la columna e iba casi al final de la fila.

“Me dejaron con el habla en la boca, el informe no lo leyeron, ni pendiente, ¿qué quieren que haga, que me humille para que vacunen a mi mamá? Estoy mostrando un informe que está firmado y sellado por el Seguro Social…”, expresó.
Aunque los militares que custodian la fila permiten que un familiar más joven haga la cola por su adulto mayor, los ancianos obligatoriamente deben permanecer en el sitio sentados o de pie por más de cuatro horas.
A su lado, sentada en una silla verde que trajo de su casa, Yolanda Torrenegra apoya lo que dice. La anciana es la número 480 de la fila, así que optó por resguardarse debajo de un árbol de mango hasta que la fila avanzara. La mujer llegó al recinto caminando con su hijo desde Colinas de Unare (30 minutos de trayecto).
A Lesvia Salazar, de 63 años, el guardia nacional también la dejó con el informe médico en la mano y las palabras a medio camino. Tiene la vesícula inflamada y una hernia que no le permite estar mucho tiempo en pie sin que le duela. Aunque lo solicitó, no la dejaron entrar al menos para usar las sillas del recinto mientras esperaba su turno.

En el CTE Cachamay jóvenes y ancianos hacen la cola por igual, a menos que la persona tenga alguna discapacidad o movilidad reducida. “No hay suficiente personal sanitario para atender especialmente a los adultos mayores”, dice el militar encargado de mantener el orden en la fila.
Cada cierto tiempo, el militar hace un recorrido por la larga fila que supera el elevado del estadio, y se trae consigo a 15 o 20 adultos mayores: los que tengan menos fuerza para aguantar la faena.
Luego les pide sentarse en los bancos dispuestos al inicio de la fila, a que esperen su señal para dejarlos ingresar a la planta baja del estadio.
A muchos adultos mayores se les convocó al Hospital Dr. Raúl Leoni, en Guaiparo, donde les comunicaron que debían asistir al CTE Cachamay.
El desorden, la improvisación y desinformación continúan marcando la pauta del proceso de vacunación contra la COVID-19 en el municipio Caroní.
Durante la faena, adultos mayores con comorbilidades son expuestos a condiciones infrahumanas porque no hay un plan concreto que los beneficie.
“A mí me duele todo, pero no importa, yo lo que quiero es que me vacunen”, expresó Carmen Rosa Lucero, de 74 años.
¿Qué se sabe hasta ahora de la vacunación contra la COVID-19 en Caroní?
Los adultos mayores pueden vacunarse en el CTE Cachamay desde esta semana.
Se acabaron las dosis de Sputnik V, por lo que incluso en Mundo Sonrisas, a los adultos mayores se les aplicará la vacuna Sinopharm hasta nuevo aviso.
Los adultos mayores que esperan la segunda dosis de la Sputnik V deben acudir a Mundo Sonrisas el día que les toque para anotarse en un listado. Luego les llegará un mensaje de texto cuando las dosis lleguen.
Las personas menores de 60 años deben vacunarse en el CTE Cachamay, aunque el mensaje de texto con la convocatoria diga Mundo Sonrisas. Los responsables de la jornada explicaron que es un error de sistema.