Más de mil niños, niñas y adolescentes que viven en Santa Elena de Uairén, municipio Gran Sabana del estado Bolívar, estudian en los colegios de Pacaraima, en Brasil.
Desde que iniciaron las clases presenciales, el 9 de febrero, la mayoría de los alumnos no han podido ir a clases porque la frontera está cerrada, y porque el transporte en una Van es cada vez más costoso.
La mayoría de los padres no tenemos cómo pagar eso porque, como todos, estamos experimentando la crisis del país y en la frontera la crisis es particular, es cruda, porque vivimos en una moneda extranjera, porque en este momento no hay turismo y esto dificulta mucho las cosas”
Morelia Morillo, madre de dos alumnas
Padres y representantes del Liceo Cícero Vieira Neto, en Pacaraima, proponen a la Alcaldía de Gran Sabana abrir la frontera o, al menos, habilitar un corredor estudiantil para que los NNA puedan cruzar sin exponerse al paso irregular de las trochas, y los riesgos que eso implica.
Los padres informan que al primer día de clases asistieron pocos niños, y quienes lo hicieron cruzaron por trochas. Aunque en la escuela existe la posibilidad de que quienes no puedan asistir a clases presenciales continúen con la modalidad a distancia, los padres consideran que no es suficiente.
“Hay temas que los niños no pueden abordar solos, algunos padres no pueden dar acompañamiento porque no tienen la preparación, o el tiempo, o no saben el idioma. Sienten que el nivel educativo está bajando por la educación a distancia”, explicó Morelia Morillo, madre de dos alumnas.
Transporte incosteable
Otro problema que aqueja a los niños y sus padres es el alto costo diario que supone el traslado en Van hacia Pacaraima. Son estos vehículos los que hacen el transporte escolar hasta la zona desde que la prefectura de Pacaraima suspendió el servicio gratuito, porque aumentó la matrícula estudiantil y por considerar peligrosa la frontera, a raíz de la represión militar que entre el 22 y 23 de febrero de 2019 dejó un saldo de cuatro muertos y una treintena de heridos, en el marco de la entrada de la ayuda humanitaria a Venezuela.
Al hecho se le llamó la masacre de Kumarakapay, pues ocurrió en esa comunidad indígena, que queda a una hora de Santa Elena de Uairén.
“Las autoridades consideraron que la frontera era insegura. Muchas personas de Puerto Ordaz y San Félix llegaron acá para ofrecer el servicio de transporte escolar”, relató Morillo.
Piden subsidio de combustible para transporte escolar

El precio de traslados en una Van se ha encarecido por la crisis del combustible, la mayoría de los vehículos transita con gasolina brasileña, que cuesta dos dólares por litro. Estos transportes cobran entre 200 y 400 reales, es decir, entre 40 y 80 dólares por traslado.
Por lo que otra propuesta que hacen los padres es controlar las tarifas de transporte a través de un subsidio de combustible para esas unidades.
“La mayoría de los padres no tenemos cómo pagar eso porque, como todos, estamos experimentando la crisis del país y en la frontera la crisis es particular, es cruda, porque vivimos en una moneda extranjera, porque en este momento no hay turismo y esto dificulta mucho las cosas”, resaltó.
El acceso a la educación en Pacaraima es clave para estos niños porque -como en toda Venezuela-, en los colegios de Santa Elena de Uairén escasea personal calificado, comida e infraestructuras en buen estado. Por eso, y otros factores, los padres consideran más factible viajar a diario al otro lado de la frontera.
