El tanque de la casa de Nelson, habitante de la frontera, está a punto de quedarse vacío. Este 24 de abril pidió un servicio de cisterna para solventar la escasez de agua. Debe pagar 50 mil pesos.
Nelson vive en el barrio Curazao, donde ya cumplieron dos meses sin el vital líquido. En el momento en el que arribó el carro cisterna a su casa no había electricidad, pues estaba transcurriendo el tercer corte del día, el de cuatro horas: de 3:00 pm a 7:00 pm.
A esos dos lóbregos escenarios se suma el de las altas temperaturas. “El calor está insoportable y no se puede mitigar encendiendo un aire acondicionado o ventilador, ni mucho menos con un baño, pues los dos servicios están para el perro”, expresó.
El ciudadano pertenece al circuito de Villa del Rosario, mejor conocido como el de seguridad. Este miércoles, la veintena de barrios que lo conforman experimentó el primer corte de 3:00 am a 6:00 am. El segundo fue de 9:00 am a 12:00 m, mientras el tercero de 3:00 pm a 7:00 pm. “Ya son 10 horas sin luz. De seguro el cuarto corte llega de 11:00 pm a 3:00 am”, lamentó.
Nelson y su núcleo familiar se hacen abanicos de cartón para tratar de sobrellevar las altas temperaturas. Salen al patio a ver si alguna ventisca refresca sus humanidades. “Ni eso hay. No corre viento”, recalcó.
La historia de Nelson se repite en cada hogar de la frontera y se hace fácil de contrastar cuando se mira hacia el vecino departamento, del lado colombiano, y de noche se ve todo iluminado, sin apagones, sin suspensiones del servicio, pese a que El Niño también los ha azotado.
“No aguantamos más”, prosiguió el residente del barrio Curazao, mientras tomaba de su bolsillo los 50 mil pesos para pagar el servicio de agua de pozo.
En el municipio fronterizo Bolívar la mayoría de los barrios tienen entre dos a tres meses sin que salga agua por sus tuberías. Piden a Hidrosuroeste buscar una solución lo antes posible.