La diputada del Consejo Legislativo del estado Bolívar (CLEB), Zaida Vahlis, continúa su agenda legislativa “desde las comunidades más olvidadas por el gobierno regional”, según dijo, en el marco de su visita y recorrido por la parroquia Agua Salada, en el municipio Angostura del Orinoco.
“Estamos constatando in situ la situación caótica y deplorable que viven los habitantes de la parroquia Agua Salada del municipio Angostura del Orinoco. Además de recorrer, conocer y escuchar a los habitantes del sector, visité varias zonas de la parroquia, donde se notó el deprimente abandono por parte de las autoridades gubernamentales”, dijo la parlamentaria.
Vahlis ratifica su propuesta como parte del conjunto de soluciones, seguir trabajando desde el Consejo Legislativo “para dar respuesta a las comunidades que se mantienen en olvido”, además de garantizar el contacto directo con ellas a través de sus recorridos y “organizar a los ciudadanos desde las bases para dar con una unidad verdadera, sin ataduras, sin cómplices, ni corruptos que quieran entorpecer la unidad. Es por eso que seguiremos trabajando de manera honesta, sincera por y con nuestra gente”, enfatizó.
Es de recordar que recientemente Vahlis renunció a la fracción parlamentaria que integraba en el CLEB con sus homólogos de los partidos de la Unidad Democrática, quienes se unieron a la plataforma Guayana Libre y el partido Unión y Progreso, para formar la facción Más Democracia.
Comunidad
Durante el recorrido de Vahlis, Elia Figuera, habitante del sector 2 de El Perú, hizo un recuento de los problemas que padecen, entre otros la falta y deficiencia de los servicios públicos, mantenimiento a las escuelas y liceos de la comunidad “y exhortamos a ser atendidas y abordar nuestra situación para garantizar el bienestar de todos”.
Además de Elia Figuera, el resto de los residentes que intervinieron coincidieron en señalar la misma situación de los servicios públicos: agua, transporte, gas doméstico, vialidad y mantenimiento urbano.
“Nuestra situación es realmente preocupante, porque además de todos esos problemas, la alta inflación nos está afectando sensiblemente a todos porque repercute en lo más sagrado de las personas, como es la alimentación. Aquí y en toda la ciudad hay hambre pareja, se está comiendo mal, sin las proteínas necesarias mínimas para subsistir y soportar cualquier enfermedad y eso técnicamente es hambre”, dijo un jubilado, al tiempo que se quejó de que “la mísera pensión no da para cubrir los gastos más esenciales”. (Con información de Prensa Zaida Vahlis)