Santa Elena de Uairén.- “Chavistas, disciplinados, revolucionarios todos a la parte de atrás del trío eléctrico, por favor”, indicó uno de los organizadores, sobre las 4:20 de la tarde. Minutos después llegaron Ángel Marcano, gobernador de Bolívar y Manuel de Jesús Vallés, alcalde de Gran Sabana, lo que permitió iniciar la caminata que había sido convocada para las 2:30 de la tarde de este viernes 12 de julio en la Plaza de la Paz de la capital del municipio venezolano más al sureste del país, en la frontera con Brasil.
A la hora de la convocatoria, los camiones de sonido se encendieron y poco a poco fueron llegando los voceros de los consejos comunales de Kewey 1, Brisas del Uairén este y oeste, Andrés Bello, Ezequiel Zamora, Simón Bolívar, Casco Central y Cielo Azul. También asistieron grupos de indígenas pemón, y algunos otros identificados con pancartas como representantes de las comunidades Waiparú y Chiricayén. En cuanto dejó de llover comenzaron a llegar los funcionarios de la Alcaldía y del Concejo Municipal, algunos del Seniat y otros de las áreas salud y educación del estado.
Sobre el camión provisto de la tarima, Sandro Báez, el locutor más popular de la localidad, se encargó de animar el ambiente mientras llegaban el gobernador y el alcalde. Las consignas se alternaban con el calipso. Detrás del entarimado se ubicaron militantes del Partido Verde, del Movimiento Somos Venezuela, del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), de Patria Para Todos (PPT), los adultos mayores del PSUV y los Tupamaros.
Entre los asistentes había variedad de franelas: con el mapa de Venezuela y la expresión Nuestra patria, nuestra casa; con los eslóganes Maduro presidente, Venezuela vence siempre, Busca arriba y vota verde y también las había con un gallo de emplumado multicolor y el lema “Yo voy a mi gallo pinto”, otras con la advertencia Maduro es paz y seguridad y algunas más simples; rojas con las siglas del PSUV en la parte trasera, o marrones con la inscripción Podemos al frente.
Pasadas las 3:00 de la tarde comenzó a lloviznar y el tránsito por la principal de Cielo Azul, que une este y oeste de esta ciudad fronteriza se trancó. Mientras los asistentes a la marcha se concentraban en 50 metros sobre la calzada detrás del carro de sonido en el canal que lleva al centro, el tránsito de carros y motos tomó el canal contrario. En cuanto cesó la garúa, el sol calentó en segundos. Sobre la plataforma de una camioneta había un tanque negro con agua y vasos plásticos para hidratar a la concurrencia. Pero pocos lo procuraban.
Poco antes de las 4:00, el locutor llamó a los motorizados a dirigirse hasta Brisas de Uairén, el sector localizado en la vía hacia la frontera, para escoltar al gobernador hacia el sitio de la concentración. Cerca de las 4:00, el camión guía, el de la tarima pasó el puente, se acercó al cruce de la avenida Perimetral y los funcionarios de Protección Civil, de la Alcaldía y varios de los concejales se apuraron a organizar la partida oficial de la marcha.
“Vamos a ubicarnos todos detrás del trío de sonido, por favor”, dijo el organizador por primera vez, a eso de las 4:10 minutos. Diez minutos después apeló a la disciplina. En cuanto el gobernador y el alcalde llegaron comenzó la caminata. Varios efectivos de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) los acompañaban. “El terremoto rojo”, como lo describió Sandro Báez desde la plataforma a ras del piso, ocupó dos cuadras estrictas.