El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) consumó la instauración del gobierno de facto de Nicolás Maduro, tras ser juramentado este jueves, avalando los resultados del cuestionado proceso del 20 de mayo, el cual no contó con plenas garantías para ser consideradas unas elecciones libres y transparentes.
Mientras que en días previos se pronunciaron la Unión Europea y el Grupo de Lima, este último con un comunicado que lo instó a transferir provisionalmente el poder a la Asamblea Nacional hasta unas nuevas elecciones con garantías, la Organización de Estados Americanos (OEA) aprobó este jueves -paralelamente a la usurpación del poder por parte de Maduro- una resolución con 19 votos a favor, en la que se declara su ilegitimidad.
Paraguay, por su parte, rompió relaciones diplomáticas con Venezuela. Su presidente, Mario Abdo Benítez, anunció que cerrará la Embajada paraguaya en Caracas y se retirará al personal diplomático.
Solo cinco presidentes asistieron a la cuestionada juramentación de Nicolás Maduro ante el TSJ: Evo Morales (Bolivia); Daniel Ortega (Nicaragua), Salvador Sánchez Ceren (El Salvador), Miguel Díaz-Canel (Cuba) y Anatoli Bibílov (Osetia del Sur), un país que pocas naciones reconocen como Estado independiente. Por otros países asistieron vicepresidentes, primeros ministros y embajadores.
A propósito de la asistencia del presidente de Nicaragua, el Programa Venezolano de Educación Acción en Derechos Humanos (Provea) repudió su presencia en Venezuela, al recordar que “tiene deudas con la justicia y los derechos humanos, debido a los asesinatos perpetrados contra el pueblo de Nicaragua y las masivas detenciones arbitrarias contra activistas y luchadores sociales de ese país”.
Simulación de legitimidad
De acuerdo con la Constitución, el presidente electo debe juramentarse el 10 de enero ante la Asamblea Nacional. El presidente del TSJ, Maikel Moreno, recordó que el artículo 231 de la Carta Magna prevé que si por alguna causa sobrevenida, no puede hacerlo ante el Parlamento, lo hará ante el Tribunal Supremo.
“El 20 de mayo, el pueblo de Venezuela fiel a su tradición republicana hizo uso del voto para definir su destino, priorizando el sufragio para preservar la democracia (…) en el marco de un proceso libre y soberano, Maduro fue reelecto para el período 2019-2025 con 67,84% de los votos favorables”, dijo Moreno para avalar a Maduro como presidente electo.
Alegó que bajo la sentencia de desacato que la Sala Constitucional emitió contra la AN, “resulta evidente que las circunstancias auto-incapacitan (sic) a la Asamblea Nacional para ejercer las funciones que le son encomendadas, lo que representa un motivo para que se produzcan los efectos de la segunda alternativa”, en alusión a la juramentación ante el TSJ.
Tras culminar los actos protocolares, Maduro ofreció un discurso repetitivo sin asumir errores y reiterando la idea de un proceso revolucionario. “Al tomar este juramento he iniciado formalmente el período 2019-2025. Yo quiero un nuevo comienzo de la revolución bolivariana”, expresó.
Señaló que los anuncios económicos que tenía previstos para este viernes fueron pospuestos para el próximo lunes cuando asistirá a la ilegítima Asamblea Nacional Constituyente.
Asimismo, insistió en su denuncia de intervencionismo por el comunicado del Grupo de Lima, en el que solo México se abstuvo de firmar. “Tenemos que tomar nuevas iniciativas de diálogo, conversación. A nadie le conviene la escalada de intervencionismo que hay en este momento. No nos podemos quedar en un comunicado. Tenemos que empezar a actuar”.
En varios estados del país y fuera de Venezuela, se realizaron manifestaciones en rechazo a la toma de posesión de Maduro.