La legítima Asamblea Nacional de Venezuela, bajo control de la mayoría opositora, rechazó la mediación del expresidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero como en un diálogo para superar la crisis, porque considera que está parcializado a favor del dictador Nicolás Maduro.
La resolución aprobada este martes declara que no es admisible la mediación política de Zapatero, quien “ha demostrado en reiteradas oportunidades su incondicional parcialidad a favor de los intereses autocráticos” del Gobierno venezolano.
La bancada opositora tuvo problemas para aprobar la moción, debido a la división dentro de la cámara, a la que no asiste la fracción del oficialismo bolivariano.
Un total de 53 de 100 diputados asistentes aprobó la moción impulsada por la fracción 16 de Julio, que durante tres semanas pidió apoyo para declarar a Zapatero persona no grata.
Este pedido provocó una división de la bancada opositora. La fracción del partido Primero Justicia (PJ), del diputado Julio Borges, dijo que la Asamblea no es un ente competente para emitir una declaración de ese tipo.
En la sesión, los proponentes cambiaron la definición y plantearon una especie de sanción moral contra Zapatero.
La diputada Delsa Solórzano del partido Un Nuevo Tiempo, apoyó la declaración, pero señaló que lo que ocurre en la Asamblea Nacional por el tema de Zapatero es una vergüenza.
“Que un hombre como Zapatero, que no representa los intereses de la dignidad de Venezuela nos divida, es penoso. Zapatero no merece eso. Ya ese señor nos ha hecho bastante daño”, afirmó en su cuenta de Twitter.
El acuerdo fue propuesto luego de que surgieran rumores de que Zapatero estaba impulsando una nueva ronda de conversaciones entre el Gobierno y la oposición.
Dirigentes opositores rechazan nuevas conversaciones, después del fracaso del diálogo de comienzos de año en República Dominicana.
En esas conversaciones no hubo acuerdo para fijar la fecha de unas elecciones presidenciales confiables. Los comicios fueron realizados el 20 de mayo, sin la participación de la oposición, que denunció como un proceso fraudulento la reelección de Maduro.
El diputado Borges, quien encabezó la misión opositora, no regresó del país desde esas conversaciones, afirmando que recibió amenazas. Luego fue acusado por Maduro de ser el autor intelectual del supuesto atentado que denunció en su contra el 4 de agosto con drones cargados de explosivos.