La sintonía política entre los expresidentes Néstor Kirchner y Hugo Chávez quedó plasmada en julio de 2004, cuando firmaron un convenio bilateral por el cual Argentina podía comprar combustible venezolano a bajo precio y depositar sus pagos en un fondo común que llamaron fideicomiso bilateral. Los empresarios argentinos exportarían distintos productos que necesitara Venezuela y se les pagaría con el dinero del fideicomiso. En los papeles era un negocio para todos. En la realidad, el acuerdo alcanzó dimensiones multimillonarias y resultó una llave de oro para unos pocos oportunistas.
Empresarios de ambas orillas se hicieron millonarios con la venta de productos con sobreprecios a empresas públicas venezolanas, ante la vista gorda de los funcionarios que facilitaron las herramientas financieras estatales. Esos contratos de compraventa son aún hoy investigados por la justicia argentina, con sospechas de que contribuyeron a desfalcar el patrimonio público en Venezuela, en medio de la emergencia humanitaria compleja que ya empezaba a padecer ese país.
Una alianza periodística integrada por Transparencia Venezuela y el CLIP, con el apoyo de Occrp, Infobae y TalCual tuvo acceso a una filtración anónima de reportes de la Unidad de Información Financiera (UIF) de Argentina. Estos documentos revelan los millonarios movimientos de dinero realizados por empresarios luego de vender productos a Venezuela mediante este fideicomiso bilateral.
Esta investigación periodística detalla por primera vez cuánto dinero ganaron, cómo ocultaron esos activos, en qué bienes invirtieron y, en muchas ocasiones, cómo aprovecharon el sinceramiento fiscal abierto por Argentina en 2016 para blanquear sus fondos sin dar explicaciones sobre su origen.
Los reportes secretos detallan por primera vez cómo los nuevos “bolichicos argentinos” usaron sociedades offshore y otras herramientas financieras para esconder fondos millonarios a través de la compra de distintos bienes, como propiedades desde Buenos Aires hasta Miami, también vehículos de lujo y hasta embarcaciones.
Los reportes secretos, que abarcan operaciones entre 2009 y 2017, revelan casos hasta ahora desconocidos que describen, por ejemplo, la utilización de testaferros y de empresas de papel para quedarse con millonarios adelantos de fondos por negocios que no se terminaron de ejecutar.
Mientras se sellaban estos negocios, la UIF de Argentina alertó sobre decenas de transferencias bancarias desde cuentas vinculadas a los empresarios argentinos hacia sociedades en paraísos fiscales, cuyos beneficiarios finales eran venezolanos. Las autoridades sospechaban que estas transferencias podrían esconder coimas.
Los informes ahora revelados exponen el bloqueo del Gobierno de Venezuela sobre las causas judiciales abiertas en Argentina, que demora el trámite de los expedientes. A pesar de contar con información precisa sobre balances, contratos y hasta cuentas bancarias, los tribunales argentinos prácticamente no han avanzado en los últimos años en acusaciones concretas contra ninguno de los empresarios.
La investigación liderada por Transparencia Venezuela y el Centro Latinoamericano de Investigación Periodística (CLIP), con apoyo del Occrp, Infobae y TalCual, devela ese entramado de corrupción publicando en sucesivas entregas varios casos, además de la descripción de los mecanismos y complejos esquemas para ocultar los fondos sospechados que luego fueron blanqueados, entre el domingo 10 de septiembre y el miércoles 13 del mismo mes.
La serie de publicaciones de la investigación Un fondo sin fondo revela por primera vez que Baldric, S.A., una empresa de fachada creada por un venezolano en Argentina, ganó un contrato a medida por casi ocho millones de dólares para reactivar un frigorífico en Machiques de Perijá que nunca repuntó; le da una segunda vida al ya conocido caso de “la embajada paralela” en Caracas, a través de los opacos movimientos de fondos de Ascensores Servas, S.A.; se completa de manera inédita la ruta del blanqueo de unos hermanos de Tucumán, que multiplicaron sus bienes por sus negocios con el Estado venezolano.
Y, por último, reconstruye la historia de un empresario venezolano, que infló exportaciones de alimentos desde Argentina para obtener divisas preferenciales, según las autoridades de ese país.