martes, 18 febrero 2025
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Inés María Davalillo: “A los jóvenes no nos van a regalar los espacios porque somos jóvenes, sino por nuestro trabajo y esfuerzo”

Inés María Davalillo es una joven zuliana, psicóloga de profesión, que, de hacer vida política en su tierra natal, pasó a hacerlo en Bolívar, con una tarea en particular: fomentar la participación y el voto joven en este estado. Actualmente se dedica la formación juvenil, como clave para cambiar la manera de hacer política y que no solo se interesa en el poder.

Con apenas 20 años, Inés María Davalillo se graduó de psicóloga en la Universidad Rafael Urdaneta, en Zulia, su estado natal. A sus 26 años conjuga la psicología con la política, trabajo que hizo en su tierra de origen, pero hoy lo hace desde Ciudad Guayana.

Es la única en su familia que está ligada a la política. Sus abuelos tienen una liga de softbol, y un tío que es humorista. ¿Cómo fue que una joven zuliana llegó a hacer vida en Ciudad Guayana y, más aún, vincularse en la política con los descréditos que tiene en la actualidad?

Inés María Davalillo se define como una persona honesta y no niega sus aspiraciones, con inclinaciones a la parte legislativa | Fotos William Urdaneta

Bien, no es su primera vez en la ciudad, ya que su mamá es de Ciudad Bolívar, y al igual que los zulianos, tiene ese regionalismo por su tierra de nacimiento. Inés María, incluso, culminó sus estudios de bachiller en Bolívar.

“Nunca dejé de estar en contacto con mi gente. Venía cada tres meses, pasaba una temporada de dos meses o mes y medio, por eso no es tan extraño que yo haya terminado aquí haciendo política. La política es algo que yo descubrí cuando me gradué de la universidad, me gradué bastante chama, tenía 20 años cuando me gradué de psicólogo y me di cuenta que tenía esa vocación de servicio, no por la política en teoría como la percepción que tenemos nosotros sino esa vocación de servir al otro, encontrar el poder, pero para ponerla al servicio de los ciudadanos”.

No es su primera vez en política, ya que ese trabajo lo empezó en el Zulia. Además de ser actualmente secretaria juvenil en Primero Justicia en Bolívar, también coordina la organización Voto Joven. Y es aquí donde tiene gran parte de su trabajo, formar a jóvenes y fomentar su participación, una gran debilidad que tiene este estado.

“Me encontré que aquí en Bolívar había una deficiencia de los jóvenes, es una realidad que, aunque es general en toda Venezuela, Bolívar en temas de juventud es el más golpeado. Entonces estaba esa necesidad de alguien que pudiera articular la juventud en el partido en el que yo hago vida acá. Tengo ese compromiso con Venezuela y con la organización en la que hago vida, y por eso decidí quedarme para trabajar y aportar, porque creo que debemos estar donde hagamos falta y nos necesitan”.

– ¿Cómo conjugas tu profesión de psicología con la política? 

– No es común, pero no es inusual que esté un psicólogo en la política. Si lo vemos desde la parte clínica, el psicoterapeuta, quizás no tiene tanta relación, pero yo me especialicé en el área organizacional y estoy haciendo una maestría en recursos humanos en el área de organizaciones, en la parte de capacitación y desarrollo del personal; y además he tenido experiencia en el área de psicología social, el tema de masas, comportamientos colectivos. Si lo vemos desde estas dos áreas, no es tan distinta la labor que uno cumple como política.

Pero también estudié psicología por ese impulso de ayudar y acompañar a las personas, y aunque los objetivos quizás terminen siendo distintos, en efecto, el trabajo es el mismo: trabajar por la persona, acompañarla, estar allí. Yo estoy en un partido centro-humanista. Normalmente cuando hablamos de política, hablamos de colectivo, pero Primero Justicia es un partido que pone a la persona como centro y fin de la acción política y habla de la libertad. Como humanos tenemos el valor de la dignidad humana.

– También es cierto que hay una forma de hacer política contaminada e, incluso, el partido en el que estás ha tenido sus desaciertos en la política y eso ha llevado al descrédito y la desconfianza de la gente hacia los actores políticos. 

– No te voy a negar que evidentemente el mundo político, en la concepción que tenemos, está bastante contaminado, sobre todo por el tema del poder, pero yo creo que eso no puede ser una limitante para nosotros para no involucrarnos, porque cómo poder tener políticos honestos, transparentes, con ética, con principios, si las personas que tienen esa ética, principios, valores, no nos involucramos en esos espacios.

A lo mejor no es tan confiable o humilde decir que yo trabajo desde esos principios y valores porque fue la formación que tuve en mi casa, y fue lo que me impulsó a estar dentro de la política, porque creo que debemos hacer la política que sí busque el bien común y no la satisfacción personal de obtener el poder.

Yo me he dedicado en este tiempo, a pesar de que mis cargos han sido de dirección política, fui adjunta, coordinadora juvenil, me he preocupado mucho en el tema de la formación, y que esa secretaría que tenemos esté siempre activa para poder formar a esos jóvenes que vienen sin vicios, que no tienen conocimiento, brindar espacios y una herramienta para cambiar una realidad que nosotros también estamos viviendo.

Los jóvenes que estamos aquí, que decidimos no irnos, tenemos que hacer algo porque no podemos vivir y someternos a la realidad que estamos viviendo. El día que decidamos irnos, bueno, lo aplaudo y creo que muchas veces es un tema de motivación para poder ayudar a las familias porque la realidad que viven es sumamente complicada, pero hay jóvenes que no pueden hacerlo y están aquí, siempre tenemos que hacer algo.

– ¿Cuál ha sido tu experiencia en esa meta de formación juvenil, en especial en la tarea de fomentar el voto joven, ya que ciertamente es una debilidad que se ha visto en los últimos procesos electorales en la entidad? 

– No hablo solo de Bolívar, porque he conocido a jóvenes de muchos estados, y me he dado cuenta que se han fomentado liderazgos que realmente quieren contribuir. ¿Pero cuál es la limitante que vemos ahorita? Soy muy honesta y es que cada vez estamos más imposibilitados de llegar al poder, entonces no podemos tener la realidad o la práctica de esos valores y principios si no empezamos a asumir esos espacios.

Tengo compañeros que son vicepresidentes de concejos municipales en Zulia, concejales en Naguanagua, en La Victoria, en Caracas. A pesar de que muchos de ellos no tienen un alcalde que les promueva las herramientas, los he visto trabajando en las comunidades, escuchando a la gente, en contacto con el ciudadano, y creo que es algo que hace muchísima falta en la política venezolano.

Escucha activa 

Una de las herramientas de psicología que Inés María aplica en la política es la escucha activa.

En su aprendizaje sobre la dinámica en Bolívar, Davalillo observó que no solo el voto joven es una debilidad, sino que todo este sector está bastante golpeado

“Muchas veces los que estamos dentro de la política creemos que tenemos la verdad, el conocimiento, y queremos ir a las comunidades a llevar un mensaje a la gente. Más allá de lo que yo le pueda decir a las comunidades, es que sean oídos, tenemos que llegar a escuchar qué quieren las personas, sus necesidades, qué esperan de nosotros. Solo así vamos a poder acompañarlos y brindarles esa ayuda que ellos necesitan”.

Davalillo explica que su trabajo se ha centrado en motivar a jóvenes para involucrarse en la vida pública, aunque no necesariamente estén en un partido político.

“Estoy coordinando Voto Joven en el estado, que es una organización que no impulsa la participación política de los chamos, sino que estos se inscriban, se interesen, porque no todo el mundo va a militar en un partido, y no todo mundo tiene por qué ser militante, porque podemos contribuir desde diferentes espacios como el arte, las profesiones, en las escuelas, el deporte, pero también que los chamos puedan motivar a la gente”.

A ello agrega que: “La juventud refleja la transparencia, porque la gente entiende que son chamos que no tienen vicios, que no tienen una posición de poder, sino que tienen ganas de tener una realidad distinta. Yo asumí esta coordinación porque creo que el tema de la abstención en Bolívar no es solo del 21 de noviembre, sino general. He tratado de informarme mucho en la dinámica política y participación de este estado, para poder entender cómo es este movimiento y cómo podemos contribuir. El tema de la formación es fundamental, es una herramienta clave para que el trabajo que hagamos pueda tener fruto y un impacto en la sociedad”.

– En las protestas de calle de 2014 y 2017, los jóvenes llevaron la batuta. Se habla de que los dejaron solos en esa lucha, y aunque el lema era que la salida no podía ser Maiquetía, muchos de ellos terminaron por irse del país, no por tirar la toalla, sino porque a muchos la crisis también los arropó. ¿Cómo ves el futuro más próximo de los jóvenes que se mantienen en el país? 

– A mí no me gusta juzgar las decisiones de la gente, y siempre digo: yo estoy aquí porque tengo la posibilidad de estar en Venezuela. Eso es una realidad y uno lo tiene que reconocer. Hay muchos chamos y compañeros que se han visto en la necesidad de dejar la política, aunque tienen ese compromiso, porque necesitan ayudar a sus familias.

Hay muchos chamos que quieren estar aquí, pero su situación económica no se los permitió y tuvieron que buscar oportunidades en otros espacios. Pero otra realidad es que no todos los jóvenes se han ido y no todos los jóvenes se van a ir. Entonces nos toca trabajar y buscar a esos chamos que no tenían interés en el tema político, y mostrarles que tenemos que hacer país y no maletas.

Si estoy aquí, debo asumir el compromiso de trabajar para vivir en las condiciones que yo quiero vivir. Los jóvenes están asumiendo espacios de poder, pero nos toca motivarlos para que se involucren porque son una pieza fundamental.

– ¿Tiene Inés alguna aspiración en particular? 

– Siempre le digo a la gente, sean honestos porque eso no está mal, el que está en política es porque aspira a algo. Ya sea llevar la dirección del partido, ya sea poder trabajar en la administración pública u optar a un cargo de elección popular.

A mí me gusta mucho la parte legislativa, más que la parte ejecutiva, que es una responsabilidad muy grande. Pero uno siempre debe estar abierto para lo que llegue en el camino. Lo que sí es que trabajo con compromiso y dedicación para poder asumir esos espacios.

A los jóvenes no nos van a regalar los espacios porque somos jóvenes, y es una pelea que he tenido a diario. ‘Que tiene que haber una renovación de liderazgos’, ‘me toca a mí porque yo soy joven’. No, no es porque soy joven o porque soy mujer a mí me toca, nadie te va a decir: ‘ay, ya yo no quiero ser, tómalo tú’. Nos toca con trabajo y esfuerzo asumir esos espacios. Cuando tenemos ese trabajo, ese capital político y reconocimiento, entonces vamos a poder cobrar los frutos.

– ¿Cómo te gustaría ver a Guayana, que es donde actualmente estás haciendo vida política? 

– Guayana es una ciudad de ensueño. Recibió a muchas personas, por eso no es tan raro ver a una zuliana por aquí. Me he encargado de conversar con ellos, de qué es lo que quieren, y es eso de recuperar esa ciudad planificada, que era una ilusión de todos los que venían para acá. Además que vuelva a ser una ciudad linda. Esto tiene lo mejor de dos mundos, una ciudad, pero también los paisajes naturales, y es algo que no encuentras en otros espacios. Que esta ciudad vuelva a ser productiva, esa oportunidad de desarrollo que fue en un momento, y esa potencialidad para el turismo

– ¿Sientes un antes y un después con la Inés que llegó a la política? 

– Esto nos da conocimiento, y el conocimiento te deja crecer porque, aunque estamos en el mismo territorio, las realidades son totalmente distintas. El trabajo es distinto al que pude haber hecho en el Zulia. Aquí me tocó aprender cómo es la política en Guayana, cómo son los ciudadanos en Guayana, los intereses, y afianzar el tema de la escucha.