martes, 18 febrero 2025
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En el Acuerdo de Barbados está la esperanza de los familiares de pasar estas navidades con los policías metropolitanos

El 17 de octubre, María Bolívar sintió que la esperanza afloraba. La firma del acuerdo ponía sobre el tapete la liberación de los presos políticos y su sobrino Erasmo Bolívar es uno de ellos.

Los policías metropolitanos condenados por los sucesos de puente Llaguno que aún están presos sumarán 21 navidades tras las rejas. Rovaín, Bolívar y Molina fueron condenados a 30 años de cárcel, la pena máxima en Venezuela, que la jueza Marjorie Calderón les dictó porque, según ella, son corresponsables en la muerte de 2 de las 19 personas que ese día cayeron heridas por las balas en una marcha que aspiraba llegar a Miraflores.

Calderón los sentenció por los delitos de homicidio calificado frustrado en grado de complicidad correspectiva, lesiones personales graves y leves en grado de complicidad correspectiva. A ninguno se le asignó delito de lesa humanidad, pero fueron condenados a 30 años de cárcel.

A los policías metropolitanos no les han otorgado las medidas alternativas al cumplimiento de la pena que contempla el Código Orgánico Procesal Penal, las cuales están vencidas desde el 2011.

Los tres funcionarios son beneficiarios de los derechos procesales contenidos en el Código Orgánico Procesal Penal. El destacamento de trabajo permite al recluso salir a trabajar y regresar al centro de reclusión cada noche. Puede recibir este beneficio cuando tenga la mitad de la pena cumplida. Bolívar, Molina y Rovaín, ahora presos en el CP Fénix, tienen derecho a recibirlo, pues están apresados desde abril de 2003.

En el régimen abierto se envía al recluso a un centro de tratamiento comunitario, donde trabaja y pernocta de lunes a jueves. Viernes, sábado y domingo duerme en su casa. Se otorga a partir de los dos tercios de la pena impuesta.

La libertad condicional establece medidas de presentación periódicas ante el tribunal y de ella se goza a partir de las tres cuartas partes de la pena. El confinamiento permite al recluso vivir a 120 kilómetros del lugar donde ocurrieron los hechos. En la última reforma del COPP se eliminó el confinamiento, pero los policías metropolitanos fueron juzgados con el código anterior, por lo tanto preservan sus derechos.

Los policías metropolitanos, además, están amparados por la Ley de Redención Judicial de la pena que conmuta un día en prisión por cada dos días estudiados o trabajados. El tiempo así redimido se les contará también para la suspensión condicional de la pena y para las fórmulas de cumplimiento de esta.

La condena la cumplen actualmente Rovaín, Molina y Bolívar en el Centro Penitenciario de Occidente, mejor conocido como cárcel Fénix, donde están recluidos junto a presos comunes. Además, por estar sus residencias en el estado Miranda y en La Guaira, cada vez son menos las visitas que pueden recibir, por la distancia del centro de reclusión, ubicada en el estado Lara.

La esperanza de sus familiares, como María Bolívar, es que tras el acuerdo de Barbados, Héctor Rovaín, Luis Molina y Erasmo Bolívar puedan retornar a sus hogares.

Por eso piden a Gerardo Blyde y a los opositores que participaron en esas discusiones, que no los dejen por fuera. “Ellos son los primeros presos políticos de este gobierno y la gente los va olvidando, cada día aparecen más personas en esas condiciones, pero yo suplico que los dejen en libertad. Después de 20 años tras las rejas merecen pasar estas navidades en sus casas”.