Poco después de las dos de la tarde, la hora pautada para la salida de la caravana de cierre de campaña de la Unidad en Santa Elena de Uairén, municipio Gran Sabana, la lluvia amenazó. Pero sobre las tres, cuando ya los motorizados y conductores se encontraban listos para salir, el cielo se despejó pleno.
La caravana de este jueves 25 de julio arrancó en la vía principal de Kewey II, el sector con mayor cantidad de población de la ciudad, en la sede del Voluntariado Gran Sabana, salió por Kewey I, hacia Cielo Azul, entró al casco central por la avenida Perimetral y cruzó frente a la Capilla San Francisco.
“Los votos no están en Santa Elena, están en las grandes ciudades, les vamos a dar un revolcón”, expresó una dirigente comunitaria chavista al salir de su local, en la Perimetral.
“Y sin pagar, sin gasolina”, dijo un taxista en la calle Zea en alusión a las prebendas que habrían recibido quienes asistieron a la marcha convocada por el oficialismo el 12 de julio pasado en esta frontera donde la gasolina es escasa y cara. La mayoría recurre al combustible brasileño cuyo valor es de 1,8 dólares por litro y se vende del lado venezolano en botellas de refresco.






“Esto es de corazón amigo”, respondió una mujer indígena que caminaba de prisa siguiendo el río. Quienes lideraban a los motorizados llevaban franelas de Vente Venezuela, pero a ellos se sumaban sin rencor militantes de Un Nuevo Tiempo; activistas tradicionales de Copei, Acción Democrática y Podemos, llevando la camiseta y la bandera azul de la Unidad.
Al frente, iban más de 100 metros de motorizados que con el tiempo pasaron a ser 500 metros, el camión del sonido y una cola de al menos 100 carros.
Al cruzar en la calle Ikabarú, la manifestación pasó frente a la sede de la Alcaldía del municipio Gran Sabana y todas las cornetas y pitos sonaron al mismo tiempo. Por curiosidad, los empleados salieron y observaron. Sacaron sus teléfonos y se limitaron a hacer videos.
La multitud giró alrededor del Espacio de Encuentro para la Cultura y las Artes (Parque Ferial), donde se entregaban las bolsas de los Comité Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) a los voceros de los consejos comunales, y continuó por la calle Urdaneta, hasta girar en la Plaza Bolívar, tomar la Zea y empalmar con la Ikabarú para dirigirse a Brisas del Uairén, en la periferia de Santa Elena.
Quienes no podían dejar sus locales o por su edad no conseguían salir de casa, salieron a las esquinas y frentes para animar a los que pasaban con las palmas, bendiciones, ofreciendo sonrisas, una malta, agua.
La muchedumbre andante llegó a Brisas del Uairén y se devolvió frente al Hotel Gran Sabana para volver al casco central, y concentrarse en las afueras de la Casa de Copei, en la calle Roscio.
“El buen tiempo nos acompañó hasta el final”, comentó el chofer de una camioneta.