El exgobernador del estado Miranda, Henrique Capriles, manifestó su preocupación por el deceso de los médicos en Venezuela producto de la lucha contra la COVID-19, por lo que manifestó la necesidad de que se empiecen a realizar las jornadas de vacunación en el país “sin prejuicios” ni “politiquerías”.
Reiteró además su propuesta de conformar una Junta Nacional de Vacunación en donde se incluyan a todos los sectores y se evidencien pasos concretos respecto a cuál es el plan a seguir para llevar a cabo la inmunización de la población.
Por su parte, Juan Guaidó, reconocido por un grupo de países de la comunidad internacional como presidente interino de Venezuela, criticó a la administración de Nicolás Maduro por no haber suministrado la vacuna Sputnik V a la población al haber dicho el 10 de enero que se tenían 10 millones de estos fármacos “pero no aparecen por ningún lado”.
Los exhortos de Capriles y Guaidó se dieron a conocer luego del más reciente balance que ofrece de manera extraoficial la ONG Médicos Unidos por Venezuela, que indicó en su reporte del 26 de enero al 6 de febrero el fallecimiento de tres médicos cirujanos “con criterios para COVID-19” para llegar a 334 personas del gremio de la salud.
Por otro lado, Maduro ratificó el 1 de febrero que la vacunación masiva en Venezuela contra la COVID-19 comenzará a partir del mes de abril, ya que según científicos venezolanos y su propia proyección, se determinó que no habría capacidad para abastecer las necesidades mundiales del fármaco contra la COVID-19 “y lo que iba a suceder era el acaparamiento de las vacunas” porque “10 países acaparan el 95% de las vacunas del mundo”.
En ese sentido, detalló que durante este mes de febrero se comenzará a hacer de forma creciente -vacunando a grupos de personas que no identificó- para luego en el cuarto mes de 2021 hacerlo de forma masiva. Esto se hará luego de cinco meses después que se hizo público el desarrollo exitoso de una vacuna para inmunizar a la población.
La administración de Maduro contabiliza hasta el 7 de febrero unos 130.116 casos de COVID-19 y un total de 1.233 fallecidos desde que se inició la pandemia en el país a mediados de marzo de 2020.
La diplomacia de la vacuna
La carrera por encontrar una vacuna contra la COVID-19 ha trascendido el interés médico para incluir también un enfoque geopolítico, en el que las farmacéuticas privadas occidentales pugnan con potentes institutos públicos como los de Rusia y China, que han logrado tejer nuevas alianzas y mercados más allá de sus socios tradicionales.
A día de hoy, apenas un 1 por ciento de la población mundial está vacunada, si bien este porcentaje oculta claras diferencias por países, ya que mientras que en Israel y en Emiratos Árabes Unidos ya han recibido alguna dosis más de una tercera parte de sus habitantes, en la inmensa mayoría de África el dato sigue siendo cero.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene registradas más de 200 vacunas en desarrollo en todo el mundo, de las cuales más de 60 están ya en la fase de ensayos clínicos, lo que evidencia la lucha de empresas o institutos públicos por seguir en la carrera, aunque en la mayor parte de los casos se trate de un recorrido de fondo.
La fuerza de Moscú y Pekín podría ampliarse con una nueva alianza, ya que fuentes citadas por la agencia Bloomberg han avanzado que el Fondo de Inversión Directa de Rusia, socio del programa de Sputnik V, está ya en conversaciones con la firma china CanSino Biologics para probar un régimen combinado de vacunas que respondería a las nuevas variantes de coronavirus detectadas en las últimas semanas.
El director de Análisis y Desarrollo del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), Rafael Vilasanjuan, opina que “las vacunas se han convertido así en un arma más de la batalla geopolítica, con Moscú y Pekín lanzándose a “ocupar el vacío” que ha dejado Estados Unidos con acuerdos bilaterales que complementan en países de ingresos medios la labor de la plataforma Covax, impulsada por la OMS”.
En este sentido, en un reciente artículo publicado por el Real Instituto Elcano, señala que las medidas proteccionistas norteamericanas han limitado la venta a países europeos como Ucrania o al norte de África, lo que por ejemplo ha afectado a “socios tan estratégicos en el mundo árabe” como es Marruecos, donde China ha sabido ocupar el mercado vacante.
“La urgencia por la vacuna es la misma en Europa que en África o en el resto del mundo, y eso es lo que ha provocado esta otra carrera comercial, para asegurar que estos países no se queden a la cola”, señala, reconociendo que las dudas sobre la capacidad de producción de las grandes farmacéuticas no hacen sino avivar nuevas relaciones.