viernes, 13 diciembre 2024
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A ocho años de la explosión de Amuay, Pdvsa aún tiene una deuda que saldar

El 25 de agosto se cumplió un año más de la tragedia en la refinería de Amuay, desde entonces al menos 19 trabajadores petroleros siguen sufriendo de las secuelas de la explosión. Sin seguro médico aún esperan por atención para seguir el tratamiento.

Félix Bracho, de 45 años, trabajador de la empresa contratista Hafran, señala que otra de las razones que argumentó Pdvsa para no pagarle una indemnización por daños causados a su salud es que para otorgarle la calificación de trabajador discapacitado debía tener 67% de pérdida auditiva y en su caso llegaba a 37%. Sin embargo, acota que sufre de las secuelas que le dejó la lesión.

“Cuando voy a clavar aunque sea un solo clavo me fastidia mucho el oído operado y si agarro un esmeril o un taladro es peor. Hasta la música me molesta. No me quise operar el oído derecho, imagínese cómo estuviera si lo hubiera hecho”, cuenta.

Félix tenía tres meses trabajando en las instalaciones de Pdvsa cuando ocurrió la tragedia de Amuay. Ese 25 de agosto de 2012 le tocaba guardia de 7:00 pm a 7:00 am. Se percató también de la intensa fuga de gas cuando se fue al “patio de culebra” a buscar a otro compañero, y desde allí corrieron.

“La onda expansiva de la explosión nos elevó y al caer al piso teníamos varias quemaduras. Quedamos algo mareados pero no perdimos el conocimiento”. Resulté con una perforación en la membrana del oído izquierdo y con 3% de quemaduras en ambas manos, en la cara y en la pierna. Me operaron en el año 2013 y tengo una prótesis. Pero en 2017 nos dejaron de pagar varios beneficios como el salario (sueldo mínimo) y el bono de alimentación, así como la asistencia médica y las medicinas. Pdvsa nos dio la espalda”, afirmó Félix, quien ahora se encuentra en Colombia.

   
En 2017 los trabajadores dejaron de recibir sus beneficios laborales como el salario, el bono de alimentación y la asistencia médica

Para Iván Freites, secretario general de la Federación Unitaria de Trabajadores Petroleros de Venezuela (Futpv), la explosión de Amuay nunca debió ocurrir, si se hubiese escuchado los alertas que hicieron años antes los propios trabajadores, quienes ya avizoraban algunos problemas operativos en las refinerías venezolanas.

Recuerda lo sucedido en noviembre del 2005, en la planta de alquilación 2 de la refinería Cardón, cuando también ocurrió una explosión de menor proporción que causó cinco muertos, decenas de heridos y un daño a esas plantas que aún no han podido ser recuperadas. Desde entonces los trabajadores empezaron un “periplo por todas las instituciones del país a partir del 2006 denunciando que en el Centro Refinador Paraguaná no se estaban cumpliendo con las normas y protocolos de seguridad que deben ser de estricto cumplimiento en instalaciones de alto riesgo como son las refinerías de petróleo”.

En el 2008 se acercaron a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, a la Organización Internacional del Trabajo, a la Organización de Estados Americanos, Organización de Naciones Unidas y otras instituciones internacionales, pero los papeles fueron engavetados.

Resalta que con unos trabajadores altamente capacitados y calificados a nivel mundial, hoy los trabajadores petroleros se mueren de hambre y no tienen cómo comprarse una medicina y menos darle alimentación y educación a sus familias, lo que constituye “una verdadera tragedia”.

“A mi mente vienen la situación de Atilio, Reinaldo, Juan y tantos otros sobrevivientes de esta explosión, implorando ayuda, de todos ellos el que salió menos afectado quedó sordo, los demás hasta han muerto en sus peregrinaciones exigiendo justicia. Siempre recibo sus llamadas de esperanza y fe que el cambio en Venezuela viene y de allí se les hará justicia a su situación”, afirma Freites.

Pero también hayo otros como Franklin Chuello (problemas auditivos), Humberto Harris (problemas auditivos y lesión musculoesqueletico), Juan Colina (problemas auditivos y fractura de pelvis), Osman Infante (problemas auditivos), Darwin Blanco (problemas auditivos), Jhonny Matheus (problemas auditivos y lesión musculoesqueletico) y Albert Acosta (problemas auditivos), entre otros, que esperan porque Pdvsa cumpla sus compromisos y salde su deuda.