@OttoJansen
“Después del fracasado intento de la compañía nacional ‘Petrolia’ y del tormentoso proceso de la explotación del asfalto, fue en 1909, cuando el Gobierno venezolano otorgó el primer contrato sobre hidrocarburos a una compañía extranjera. En diciembre de 1909 suscribió el ejecutivo con John Allen Tregelles quien actuaba en representación de The Venezuela Develoment Company Ltd., un contrato para la exploración y explotación de la enorme área de territorio cubierta por los estados Táchira, Trujillo, Mérida, Zulia, Lara, Falcón, Carabobo, Yaracuy, Anzoátegui, Sucre, Monagas, Nueva Esparta, y Delta del Orinoco. Se hacía excepción de las siguientes porciones territoriales: la península de Paria, el municipio Pedernales e islas adyacentes del territorio Delta Amacuro, y el distrito Benítez, del estado Sucre. Bajo las más liberales condiciones para el concesionario fue suscrito ese contrato. Se fijaban como impuesto un bolívar por hectárea de terreno ocupado, 5% de royalty, oregalía sobre elproductoexplotado y 50% de los derechos de importación pagados para entonces por el ‘kerosene’, en cuanto a productos refinados. Se fijaba en 30 años el plazo de duración del contrato y se comprometía el concesionario a hacer un depósito en el Banco de Venezuela de 120 mil bolívares en bonos de la deuda pública nacional, como garantías de los precarios compromisos por aquel adquiridos. Esta primera compañía buscadora de ‘petróleos ligeros’ no tuvo éxito”. Venezuela, política y petróleo, Capitulo I. Castro y Gómez: Despotismo, Asfalto y petróleo. Página 17. Rómulo Betancourt.
El ampliamente reconocido y valorado texto del expresidente venezolano que puso en perspectiva, en detalles, la Venezuela de su tiempo y la vinculación directa de su proceso económico a través del petróleo en la vida del país; con la política y las decisiones del poder, amén de los intríngulis de personajes de la época. Ahora a casi 70 años de la publicación de ese libro, con las revueltas que dan los ciclos históricos (nunca idénticos a los que les han precedido) en este 2025, pudiéramos encontrar parentescos en episodios de nefastas circunstancias (con otros nombres y otros quehaceres políticos más exquisitos o técnicos, pero igual), con el petróleo y la estructura económica venezolana, viniendo de otro modelo dictatorial con el chavismo, su revolución bolivariana y el socialismo del siglo XXI. Todo esos cuentos de las sanciones que no son tales, los desfalcos escandalosos que no pudieron ocultar y la industria vuelta trizas y obsoleta. Pero como la historia sigue escribiéndose, a las líneas de Don Rómulo que supo entender la medula del área de donde habrían de partir la institucionalidad, proyectos y obras, se ha plantea una propuesta del presidente electo Edmundo González y María Corina Machado, en la conferencia más importante de la industria energética en el mundo, CERAWeek 2025, celebrada en Houston, USA. Ante la devastación hecha a Venezuela por el régimen revolucionario en todos los órdenes, este plan petrolero tiene en consideración al modelo rentista fracasado y hace énfasis en la privatización y en las reglas claras. Es decir, la rueda del molino para enrumbar de nuevo a Venezuela a la modernidad (trastocada hace 26 años) parte, otra vez, de recrear la visión en el área energética.
Contra el despotismo
Cinco puntos resumen de la propuesta petrolera González-Machado: Privatización total de la industria con un Estado regulador y eficiente. Apertura a la inversión privada (empresas pequeñas, medianas y grandes). Protección a la inversión (marco legal estable). Modelo fiscal competitivo. Aprovechar potencial productivo (con inversión privada). Subrayando María Corina “con las mayores reservas de hidrocarburos del mundo, bajos costos de producción y una ubicación privilegiada en el corazón del hemisferio occidental, Venezuela representa una oportunidad incomparable”. Imperativo a las líneas programáticas es de obligación el empaque de la democracia. No hay caminos al futuro con un modelo político totalitario.
En medio de un panorama cuyos sectores de la sociedad nacional se encuentran en una especie de engrudo para el ensayo de las ideas, con una vacilación vergonzosa para el coraje moral ante la destrucción de la producción y los valores, el trabajo, salarios y dinámica económica en su conjunto. Con un envilecido cuadro político partidista y las expresiones de miembros de la elite venezolana que deberían hacer suyo (y no lo hacen a exprofeso) la convicción por la libertad, expresada y mantenida por la mayoría de la población. En escenarios de cálculos e inhibiciones, con una dictadura que arrecia la persecución y los mecanismos legales para mantener la farsa, la brújula se expresa con lucidez en la propuesta petrolera 2025, reinterpretando a la nación, sus disyuntivas políticas e institucionales y al factor histórico de la economía que ha guiado nuestro destino.
Por supuesto existe un ajuste completo a la mirada del papel del Estado que tanto daño nos ha hecho, aun cuando la cultura petrolera trajo beneficios como sociedad de avanzada. Ajuste en correspondencia con los tiempos actuales de revisión, en que derrotar la vocación de control estatal está firmemente asociada, en el mundo civilizado, con el avance de la democracia y el goce de la libertad y la justicia. Esto es prueba fehaciente para los venezolanos, luego de experimentar (en lo que seguimos) la pesadilla revolucionaria y sus mitologías “populares” que, lamentablemente, continúan siendo espejismos atractivos en otras sociedades que desoyen el horror de experiencias concretas.
La propuesta CERAWeek 2025, de Edmundo y María Corina, habla muy bien de la visión en la reconstrucción venezolana. A ella habría que sumar la constitución de un movimiento social y político capacitado para hacer las raíces de una sociedad sana y próspera en todos los rincones del país, evitando los frenazos de la inercia de otros ciclos de la república. Entiendo que también ahí se avanza.