miércoles, 4 diciembre 2024
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Uruguayos de izquierda

Cada uno que se haga cargo de lo suyo. Seguramente que ese ha sido el intento de Sanguinetti. El veterano y experiente político busco ubicar a los cuadros en la cancha.

Julio María Sanguinetti, dos veces presidente de Uruguay (1985-90,1995-00) fue preciso: la próxima presidencia se va a disputar entre quienes consideramos que lo de Venezuela es una dictadura y quienes consideran que no lo es.

El veterano político, con 83 años, ha vuelto al ruedo en un esfuerzo por revitalizar al Partido Colorado, el que a lo largo de la historia gobernó al Uruguay por más de un siglo. Será candidato en las elecciones internas de junio próximo y si es nominado peleará por la presidencia en las elecciones del último domingo de octubre de este año, con una segunda vuelta prevista para el último domingo de noviembre si ningún partido obtiene la mayoría.

Cuando el expresidente habla de los que dicen que lo de Venezuela no es una dictadura, se refiere al oficialismo, al Frente Amplio (FA). Del otro lado está toda la oposición.

Efectivamente el gobierno izquierdista uruguayo presidido por Tabaré Vázquez ha apoyado en todo momento e instancias al régimen chavista y a Nicolás Maduro. Es más, pergeño la última opción de diálogo para dar más tiempo a Maduro y boicoteó declaraciones de denuncia y condena por los presos políticos. Todo el Frente Amplio (coalición de partidos de izquierda que gobierna el país desde hace 14 años) está en esa línea. Los matices son menores. La central de trabajadores (PIT-CNT) que responde al gobierno y maneja el Parido Comunista, le brinda un respaldo continuo e incondicional a Maduro, incluso criticando a los sindicatos venezolanos que enfrentan y son reprimidos por los militares y los grupos de choque paramilitares del chavismo.

Lo del Gobierno uruguayo y el FA sorprende mucho; a todo el mundo y por supuesto a los propios venezolanos que fueron de los mejores amigos que tuvieron los uruguayos durante la dictadura militar. Se ha denunciado públicamente y es versión corrida que ello se debe a que están condicionados por negocios que han realizado con el chavismo familiares y dirigentes y muy allegados a las más altas figuras del frenteamplismo, como Vázquez y José Mujica.

Hay cosas que llaman la atención, por ejemplo que dos de las figuras que más desnudan a la dictadura de Maduro, sean dos uruguayos, de izquierda y del Frente Amplio: se trata de Luis Almagro, secretario general de la OEA y Edison Lanza, relator para la libertad de expresión de la Comisión de DD HH de la OEA.

Almagro, quien despertó de su letargo a la mustia OEA, ha desenmascarado y condenado sin medias vueltas a la dictadura venezolana. Eso es notorio. El caso es que Almagro fue un poderoso ministro de Relaciones Exteriores durante el gobierno de José Mujica y además fue electo senador por el FA para este periodo. Era un hombre fuerte en el FA. La Cancillería de Almagro tuvo un marcado tinte izquierdista e incluso fue durante su gestión que se arregló que Venezuela ingresara al Mercosur por la ventana. José Mujica le dio todo su apoyo para que fuera elegido en la OEA. El FA lo festejó.

Lo de Lanza es más técnico, pero es reconocida su impecable gestión al frente de la Relatoría. En su función, precisamente, ha denunciado los ataques a la libertad de expresión en Venezuela y Nicaragua. Periodista, dirigente gremial, abogado (defensor de periodistas y casos en que ha estado en juego la libertad de prensa), docente, respetado y reconocido experto en la materia, Lanza era en Uruguay un conocido militante del FA. También su candidatura contó con el aval de Mujica.

¿Dónde está la izquierda en Uruguay? Junto a Almagro y Lanza o con la dirigencia del FA. ¿Cómo identificar a un uruguayo de izquierda?

A Almagro lo echaron de oficio del FA. Y el secretario de la OEA los acusó de apoyar dictaduras, “ustedes (los dirigentes del FA) -les enrostró- están parados en la defensa de la dictadura venezolana y de sus violaciones de derechos humanos -torturas, asesinatos, presos políticos-”.

Cada uno que se haga cargo de lo suyo. Seguramente que ese ha sido el intento de Sanguinetti. El veterano y experiente político busco ubicar a los cuadros en la cancha.

En concreto, dejar de lado los viejos maniqueísmo de la autoproclamada izquierda o progresistas de que solo los buenos, los honestos, las feministas, los lindos y los alegres están de su lado y que en el otro se amontonan la derecha, la reacción, los fascistas, los financiados por el imperialismo, esto es, todo lo feo.

Los uruguayos, sin dudas, manejarán muchos elementos más para decidir su voto, pero no está nada mal que se sepa para qué lado patean unos y para cuál los otros.

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