martes, 14 enero 2025
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Un delirio

¿Qué harán? ¿Entregan o insisten en arrebatar? El asombro del mundo quedaría sin argumentos si tuvieran la elegancia y la sabiduría emocional de irse por un tiempo, habida cuenta que la democracia les permite volver eventualmente en el futuro.

El régimen siempre ha querido mostrarse y autocalificarse como democrático intrínsecamente y no solo en apariencia. Realmente y por mucho esfuerzo en veinticinco nefastos años no ha logrado convencer internamente. Al exterior lo han mareado durante un largo tiempo por la sencilla razón de presentarse ante ellos como corderos y no como lo que en realidad son. El escenario internacional no daba crédito a los voceros de las alarmas internas del país. No podían imaginar que Venezuela se transformaba apresuradamente en un apéndice cubano donde se reproducía la miseria de la isla caribeña bajo la égida del engaño, las arbitrariedades y las manipulaciones más inescrupulosas engendradas por seres naturalmente malos y dañinos que tienen como norte dejar huella y constancia de ser negativamente diferentes al resto de la humanidad.

Esta gente no logra percibir que tiene por delante una gran oportunidad política de probarse alineados con lo siempre pregonado y nunca respetado, salvo en apariencia. Y es que no tienen herramientas sanas con las cuales puedan alimentar ambiciones diferentes a las que albergan sus almas. Al no estar acostumbrados a nada positivo que los estimule, se les dificulta reconocer con claridad la oportunidad de sorprender a la decencia y a la dignidad con sus actuaciones. Muy pocas posibilidades sino ninguna la prevalencia de actos que puedan reivindicarse ante los ojos de la nación. Tal idea los desprestigia. Si no tuvieran cataratas y avideces inocultables y descontrolables tendrían la capacidad de intuir el momento electoral y aprovecharlo para el futuro de sus pustulados (sic) malogrados eternamente.

El hemisferio occidental y la colectividad particular está pendiente de la reacción del partido responsable de conducir a nuestro país ante la pérdida inmancable del poder como consecuencia de la mayoría que representan los votos opositores para expresar el tiempo vencido que tienen mandando.

La incógnita revolotea al mundo. ¿Qué harán? ¿Entregan o insisten en arrebatar? El asombro del mundo quedaría sin argumentos si tuvieran la elegancia y la sabiduría emocional de irse por un tiempo, habida cuenta que la democracia les permite volver eventualmente en el futuro. Mucho camisón pa’ Petra. La anticipación negativa incluye al sector militar comprometido, de manera que la situación hipotética se debe desdeñar por absurda, ya que no pasa de ser un pensamiento onírico. En contraposición a la narrativa romántica puede suceder la huida del rehén títere ante la inexorable verdad enfrentada por el oficialismo: el repudio palpable de los habitantes de la nación, vecinos y alrededores geográficos. Si lo dejan sus amos y manejadores.

El anterior ejercicio mental está planteado solo con la finalidad probatoria de demostrar el talante del enemigo que debemos superar y eliminar por todo lo perjudicial que ha sido sin ningún remordimiento durante demasiado tiempo; y por su evidente afán de continuar causando dolor sin interrupciones institucionales consideradas por ellos como nimias.

La anterior teatralidad ficticia es producto de un deseo sano de paz y tranquilidad para nuestra república y circundantes.

Soñar en positivo es gratuito.

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