Nos hemos referido en los últimos artículos al tema del tiempo. No es nuestro aliado. No nos favorece, pero como ha sido dicho es un recurso natural no renovable. Sólo podemos compensar su pérdida redoblando con mayor intensidad las acciones necesarias para alcanzar nuestros propósitos. Así las cosas no tengo dudas de que tanto el régimen como la oposición democrática no están en mejores condiciones que en diciembre del año pasado. Esto significa que Venezuela sigue caminando hacia peor.
La opinión pública nacional e internacional está siendo bombardeada diariamente por lo relativo a la invasión de Vladimir Putin a Ucrania. Es lógico, pero no suficiente para justificar la peligrosa pasividad que se vive en nuestro país. Trato de hacer un llamado al país opositor, alrededor del 80% de la población, para que en medio de las obligaciones de supervivencia de sus personas y familias también se ocupen de accionar para ponerle punto final al nefasto régimen que los mantiene condenados.
Por supuesto que para hacerlo realidad se necesita de un liderazgo decidido, no distraído por factores que desvían la acción de lo fundamental. También de sectores de las fuerzas armadas que comparten el propósito, pero limitadas por las consecuencias de su propia condición. Existen y están dispuestas, pero…!
Un punto de extrema importancia, en mi opinión, es la situación de Colombia. El proceso electoral en desarrollo, próximo a concluir, definirá una nueva realidad con relación a ese país, pero también a nosotros y al resto del continente. Colombia y Venezuela más que dos realidades diferentes son una misma nación agrupada en dos países. Compartimos origen, idioma, religión fundamental, libertadores y paremos de contar. Todo cuanto sucede allá nos afecta directamente y viceversa. Seguimos muy de cerca la campaña del señor Petro. También y con mayor solidaridad los esfuerzos para impedir que el gobierno quede en sus manos. Sería una verdadera tragedia para todos. Conocemos sus antecedentes y las relaciones presentes. Menos mal que la democracia colombiana, la mayoría de los partidos viejos y nuevas organizaciones así como las personalidades que juegan roles protagónicos en este momento, están demostrando suficiente madurez y amor por la patria. Triunfarán.
Entre otras cosas, será un golpe fuerte, casi que definitivo, al narcotráfico y a las diversas expresiones de terrorismo y guerrillas nuevas y restos de las viejas.
Todos los factores dañinos por décadas en Colombia están presentes entre nosotros, pero con la pasiva, quizás por complicidad, actuación de un régimen no apto para combatirlos.
La situación de Perú, ahora de Chile y si quieren agreguen a Bolivia y con características especiales a Argentina, son extremadamente preocupantes. Cerremos filas con la democracia colombiana frente a los peligros y amenazas comunes.