El éxito -sin atenuantes- de las primarias le imprimió una velocidad tipo fórmula uno (F1) al referendo consultivo. Toda suspicacia es poca frente a la rapidez con la que lo impusieron. El ministro de la Defensa arrancó con un trote a pleno pulmón. Se le vio sudoroso después de su demostración de fuerza, liderazgo y valentía al andar de madrugada por estas calles. Exponiendo su vida junto a un contingente, conformado por el alto mando, la oficialidad, tropa, francotiradores, y su propio sistema de seguridad -con cubanos, rusos e iraníes- cuidándolo de todo mal. ¿Cuánto se habrá gastado esta patulea en esa crepuscular función circense de poderío militar tercermundista?
Además del ejercicio aeróbico castrense, ya se activó la maquinaria refrendaria, con la rapidísisma redacción de cinco preguntas, de puño y letra del presidente de la AN, psiquiatra que ganó el premio de cuentos de El Nacional. De inmediato los magistrados del TSJ las aprobaron con 20 puntos, lo que le permitió al Amoroso Elvis, desde su CNE, iniciar el proceso, que tiene al 3 de diciembre como fecha en el calendario. Esto lubricó el engranaje electoral, que empezó a funcionar como el más costoso de los relojes suizos.
A pesar de aquella inusitada eficiencia, me temo que pocos venezolanos logran entender cuál es el verdadero propósito de este referendo. Aunque intuyen que se trata de un evento que busca demostrar que la élite dominante tiene mayor capacidad de convocatoria que la Comisión Nacional de Primaria. Pero lo que sí sabemos los nativos, es que lo que más ansía la cúpula es excitar ese sentimentalismo patriotero, que tiene que ver con la defensa de “su” soberanía y los 159.500 kilómetros cuadrados de la zona en reclamación.
Es obvio que quieren reproducir lo que hizo -en su momento de mayor impopularidad- el dictador Leopoldo Galtieri con la guerra de Las Malvinas. La historia dice que todo le salió al revés, porque esta innecesaria conflagración fue factor fundamental para el retorno de la democracia a Argentina. Aquí el régimen impone un referendo, para que los venezolanos se sientan involucrados y comprometidos en un proceso que puede terminar en una confrontación violenta.
Mientras llega el 3 de diciembre, la ambigua retórica de la cúpula busca soliviantar los ánimos de quienes escuchan la cháchara encadenada y se regodean con el mazo del capitán. Pero cabe preguntarse si una macolla que le ha dado la espalda a un pueblo -al que desprecia, humilla, miente, engaña, usa sin escrúpulos, y ha sumido en la más absoluta miseria- tiene la más mínima moral para pedirle que participe en un referendo de su exclusivo interés. Que, dicho sea de paso, será usado con fines inconfesables y altamente peligrosos para la frágil convivencia en nuestro continente.
El único donde no hay una guerra declarada, pero son crecientes los enfrentamientos violentos, a los que sólo le hace falta una chispa para que se incendie la pradera. Desde la ingenuidad de quien subsiste en la periferia, me permito expresar mi preocupación en torno a la imprudencia de estos juegos de preguerra, cuyo tablero está ubicado en el sur donde nacimos. Frente a esta delicada situación, quiero recordar las palabras dirigidas a la ONU por parte de Pedro Cunill Grau (1935-23.3.2023). Organismo que tiene entre sus funciones procurar soluciones, “escogidas entre los medios previstos en la carta de las NU: negociación, investigación, mediación, conciliación, arbitraje, arreglo judicial, recursos o acuerdos regionales y otros” (Venezuela: Opciones Geográficas. p. 44).
Los resultados del referendo consultivo no vinculante, tampoco serán importantes en las delimitaciones en el área geográfica entre el río Esequibo y la línea del Laudo de 1899, que Venezuela declaró nulo e írrito. El recurso de rectificación existe desde junio de 1982 en el acuerdo de Ginebra de 1966. Lo civilizado es no tomar el monte e irse por los caminos verdes para dirimir este problema limítrofe.
Pero lo cierto es que una primera trocha se abrió cuando el siglo XX daba sus últimos suspiros y afinidades ideológicas triangularon complicidades esequibas. Bharrat Jagdeo sustituyó a Janet Jagan en la presidencia de Guyana, el socialismo del siglo XXI asaltó el poder en Venezuela y el valetudinario Castro ya esclavizaba a los cubanos. Justo en 1999, el extinto presidente venezolano impuso un olvido muy conveniente para el Gobierno guyanés, obedeciendo los dictados del sátrapa antillano. Estos episodios de amnesia selectiva no fueron considerados en las 5 preguntas del referendo consultivo, en el que se gastarán millones de dólares para perpetrar otra caprichocracia de la élite dominante.
Agridulces
A la cúpula le gusta ser defendida por abogados extranjeros. No confía ni en Hermann Escarrá. Por eso el letrado inglés, Ben Emmerson, dirigió al equipo enviado por el régimen a la CPI. Entre sus representados están Abu Qatada, líder espiritual de Al Qaeda, Julián Assange y Carlos Puigdemont, entre otros.