martes, 11 febrero 2025
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Perú, Cuba y el oscurantismo

El comunismo ha sido reflotado en virtud de la convergencia intertropical, moscovita y china que ha dejado en nuestro continente sus efectos irreversibles. | Foto cortesía

Latinoamérica se hunde en el pantano comunista, país a país. Cada vez que hay elecciones en alguna de las naciones que conforman nuestro continente, los nervios se alteran frente a los inciertos procesos y a los imponderables y sospechosos resultados. Es que la confianza en las autoridades electorales se esfuma elección tras elección. Porque aquellas no buscan fortalecer la democracia a través de la institución del voto, sino que tienen como objetivo esencial satisfacer las exigencias de los dueños del poder. A quienes responden, incondicionalmente, al formar parte de entramados ideológicos:  cadenas irrompibles que los atan a cogollos y macollas.

El comunismo funciona como una secta mafiosa que se apoya en todo lugar y circunstancia. Una elección es hoy para los camaradas una oportunidad para encontrarse y mostrarse. En especial si hay dólares para financiar ese turismo comicial, al que se han acostumbrado y que ha sustituido la lucha armada para la toma del poder. Perú fue el último destino que congregó a socialcomunistas de todo pelaje, para catapultar a la presidencia a Pedro Castillo.

Colectivos de chulos y paganinis se unieron a los de Sendero Luminoso, a maoístas, estalinistas, castristas, mariateguistas para hacer causa común, y enarbolar la bandera roja de la hoz y el martillo en la tierra de Vargas Llosa. Quién puede dudar que entre los financistas están Xijinpin, Putin, el Foro de Sao Paulo, el Grupo de Puebla, el ALBA y otros, que llegaron con sus chequeras repletas de dólares, para darlo todo por la expansión del comunismo en América Latina. Lo que significa exhumar la tradición ideológica bolchevique de La Comintern, presente en el imaginario comunista, que no ha dejado de “formar” sus cuadros, allí donde pise y respire un camarada.

El comunismo ha sido reflotado en virtud de la convergencia intertropical, moscovita y china que ha dejado en nuestro continente sus efectos irreversibles. Palabreja que caracteriza la jerga de la socióloga-violoncelista Tibisay Lucena Ramírez, experta en electoralismos y otras (in)disciplinas, afines a todo tipo de fraudes asociados al voto.

Como coach de la trampa y el timo electoral, estuvo de cuerpo presente en varias de las etapas del proceso electoral peruano. Si bien no perpetró el triunfo inmediato e “irreversible” de Pedro Castillo, su intervención fue decisiva para sembrar demasiadas dudas en torno a la transparencia de unas elecciones que han sido objeto de cientos de denuncias de diferentes calibres. Que van desde la presión y el chantaje de Sendero Luminoso y del PC entre los peruanos de las zonas rurales y marginales, hasta el voto de un gran número de muertos que sufragaron por Castillo, y muchachos de 12 años que aparecen como responsables de mesas en centros de votación.

Lo cierto es que todavía la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) no ha podido proclamar al ganador de la segunda vuelta. Mientras tanto el caldo se hace vez más morado, como también les gusta a los comunistas españoles de Podemos. Esos que no se pierden un sarao comicial: antes, durante y después de las elecciones. Para lo cual cuentan con su empresa capitalista -Neurona- especializada en todo cuanto se requiere para cantar victoria comunista en América Latina, cueste lo que cueste. Pero de nada les sirvió en Madrid, donde Isabel Díaz Ayuso obtuvo un triunfo clamoroso, y provocó la dimisión como vicepresidente del macho alfalfa, como bien califica Federico Jiménez Losantos a Pablo Iglesias Turrión, quien derrotado cruzó el charco para lamer sus heridas, seguramente, en Perú.

Mientras esperamos lo de Perú con el alma en vilo, se producen las multitudinarias protestas en Cuba: una enorme sorpresa para comunistas y adoradores de Fidel en el planeta y sus adyacencias. Ni en mis mejores sueños había experimentado semejante felicidad. Pero lo vimos y los tiranos no pudieron evitarlo. Eso nos mantiene firmes en la esperanza e irreductibles en nuestras posiciones libertarias y democráticas. Porque debilitado el oscurantismo castrocomunista no podrán evitar que sus colonias en el continente recuperen la luz de la civilidad.

Agridulces

El Koki, el Vampi y el Galvis amenazan con “picar” a los periodistas Román Camacho y Daniel Quintero por informar sobre sus crímenes en la Cota 905. Territorio donde reinan estos delincuentes: dueños de quienes allí habitan y hasta del aire que respiran. Hecho en socialismo, por cierto.