A medida que el tiempo avanza nos enteramos de asuntos sumamente graves. Afectan el interés nacional. Condicionan negativamente el presente y el futuro. Pero ni el régimen da explicaciones satisfactorias ni, lo que es tanto o más grave, la llamada oposición democrática las exige con la fuerza y determinación necesarias.
No está clarificado el problema del avión detenido sin resolución definitiva en Argentina. Tampoco las denuncias de Uruguay y Paraguay sobre éste y algunos otros temas parecidos. No sabemos quiénes son los socios de Conviasa o del régimen venezolano en esta materia aérea. Tampoco conocemos la naturaleza de esas relaciones “comerciales” o políticas. Nadie explica lo sucedido en el aeropuerto de Miami recientemente. Tampoco la progresiva caída de pequeños aviones privados en varios estados del país y también de una aeronave militar de guerra con dos tripulantes salvados por sus paracaídas. Pudiéramos emborronar muchas cuartillas con este inventario de todo tipo de accidentes y de acciones concretas en las zonas fronterizas relativas a enfrentamientos extraños del lado venezolano. Solamente podemos imaginarnos que algo muy grave está en pleno desarrollo para lo cual la población no está debidamente preparada.
Como si lo señalado fuera poco crece la incertidumbre con relación al reciente viaje de Maduro Moros con su señora a países muy señalados mundialmente por ser protagónicos en la lucha contra la libertad y la democracia. Unos más y otros menos, pero debemos conocer en profundidad a qué fue Maduro y cuál será la verdadera utilidad del enorme gasto que significó. ¿Qué dimos u ofrecimos y qué darán o prometieron dar?
Lo cierto es que para buena parte del mundo, Venezuela está perdida en este momento. Lejos de nuestro socio y aliado natural en lo político y en lo económico Estados Unidos, con enorme incertidumbre con relación a Colombia después de los resultados electorales, cada día más lejos de la OTAN y de la Unión Europea, pero estrechando relaciones de todo tipo con países distantes y contrarios a sus realidades.
Por otra parte, en Noruega se realiza otro intento para retomar el diálogo y las “negociaciones”. Poca gente sabe cuál es el verdadero propósito de esta nueva iniciativa ni la verdadera situación de un esquema bastante agotado por inútil.
Igualmente desconocemos cuál es la realidad en el interior de las fuerzas armadas nacionales. Hay tantos militares presos como civiles, además de los que están arrestados o detenidos en las instalaciones militares cuya situación real es incierta. Se trata de otro tema no tocado por la llamada oposición. Junto a los civiles, la lucha auténtica por la libertad de todos los presos por razones políticas debería estar ocupando buena parte de la agenda de la oposición política. Pero no pareciera ser así.
Invito a quienes compartan estas apreciaciones, muy personales, a trabajar en la dirección adecuada. La refundación de Venezuela.