“Seguro te llevamos una torta mamá”, le dijo el hijo mayor a su madre, y seguro que así será en muchas casas venezolanas. A pesar de la situación, la mayoría de los hijos hará un esfuerzo para dar algo a su madre. Los que están afuera, es probable que manden alguna remesa o algún regalo. Pero resulta que las madres venezolanas, en general, necesitan algo más que una torta o almuerzo en su día.
Comencemos por decir que las madres siempre han tenido jornada larga en la casa y en los últimos años, dobles o triples jornadas. Las clases a distancia, por casi 2 años, las obligaron a ser una especie de “maestras en el hogar”, sin mucha preparación la mayoría, pero además por la situación económica, la altísima inflación y los bajísimos salarios, todo eso ha obligado a muchas madres a trabajar fuera de su casa también para tener más recursos. Recordemos, además, que el trabajo en el hogar está muy mal repartido y no se reconoce normalmente, se ve como “natural o normal” que la mamá limpie, acomode, cocine… no se remunera ni se agradece. Así que sería una buena idea que la familia repartiera esas tareas hogareñas entre todos los miembros de manera permanente. Y sería una buena idea también, aprovechar el Día de la Madre para que hijos y parejas reconozcan explícitamente ese trabajo hogareño.
Pienso en las educadoras activas: deben atender 30 o 40 chicos en la escuela, llegar cansadas a la casa a cocinar, ocuparse de las tareas escolares de los propios, si es que todavía están en esas edades.
Agreguemos, que por la diáspora venezolana cerca de 6 millones están fuera del país, muchas se han quedado solas, y unas cuantas abuelas y tías se han tenido que hacer cargo de “niños dejados atrás”, lo cual supone otras preocupaciones, atenciones y ocupaciones.
Añada usted que el problema de los servicios, o muy deficientes o a veces desaparecidos por horas y hasta días, como el agua en muchos sectores o la falta de electricidad por largas horas, si bien afecta a toda la familia, normalmente, el resto espera que ella resuelva.
Hay otros elementos que deben ser tomados en cuenta, como por ejemplo, según Encovi -esa encuesta de condiciones de vida que la UCAB hace desde hace varios años-, las mujeres venezolanas en promedio ganan 17% menos que los hombres. No me pregunten la justificación de esa desigualdad. A pesar de lo que dice la CRBV, y cito textualmente el artículo 88, poco conocido: “El Estado garantizará la igualdad y la equidad de hombres y mujeres en el ejercicio del derecho al trabajo. El Estado reconocerá el trabajo en el hogar como actividad económica que crea valor agregado y produce riqueza y bienestar social. Las amas de casa tienen derecho a la seguridad social de conformidad con la ley”. ¿Conocían ustedes este artículo?
Agreguemos que la madre, en general, está muy desprotegida. No hay políticas públicas para protegerla, a pesar de lo que contempla el artículo 75 de la CRBV: “El Estado protegerá a la familia como asociación natural de la sociedad y como el espacio fundamental para el desarrollo integral de las personas”. Y añade algo muy interesante: “Las relaciones familiares se basan en la igualdad de deberes y derechos, la solidaridad, el esfuerzo común, comprensión mutua y el respeto recíproco entre sus integrantes. El Estado garantizará protección a la madre, al padre o quienes ejerzan la jefatura de la familia”. ¿Cómo les parece?
Por todo lo anterior, propongo que tanto las familias, las escuelas y los medios de comunicación, hagamos un plan para darle a las madres algo más que una torta o un almuerzo un día al año: exijamos al Estado esa protección que contempla la CRBV, se elaboren políticas públicas para proteger a las madres y abuelas. También recordar repartir las tareas de la casa.
Y no olvidemos que “madre hay más de una”. Reconocer en este día a esas madrinas, comadres, madres adoptivas que se preocupan y ocupan de hijos de otros, como las maestras, vecinas generosas y buenas que están pendientes de esos “niños dejados atrás” necesitados de cariño. No olvidemos tampoco la importancia de escuchar a tanta madre sola, angustiada por múltiples preocupaciones. ¿Ven que hay que darles algo más que tortas?