El Banco Mundial ha concluido que resulta inalcanzable erradicar la pobreza en los seis años que nos separan del 2030. Que es el primer objetivo de los 17 de la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible, aprobada por 193 Estados, miembros de Organización de Naciones Unidas. Para el primer año de la tercera década de este siglo decretaron “el fin de la pobreza, el hambre cero, salud y bienestar, educación de calidad, igualdad de género, agua limpia y saneamiento, energía asequible y no contaminante, trabajo decente y crecimiento económico, industria innovación e infraestructura, reducción de las desigualdades, ciudades y comunidades sostenibles, producción y consumo responsables, acción por el clima, vida submarina, vida de ecosistemas terrestres, paz, justicia e instituciones sólidas y alianzas para lograr los objetivos”.
El inicio del siglo XXI fue el momento elegido para dar a conocer los objetivos de Desarrollo del Milenio. Los países integrantes de la ONU y otros organismos internacionales, suscribieron el documento de rigor. Su objetivo fundamental fue la promesa de acabar con la pobreza extrema. En 2015 se habrían materializado 8 objetivos y alcanzado 28 metas, entre las que aparecen: reducir también las tasas de mortalidad infantil, luchar contra la epidemia de enfermedades como el VIH/SIDA y fomentar una alianza mundial para el desarrollo.
Los Objetivos del Milenio -dirigidos a los países en desarrollo y particularmente a los más pobres- se centraron en la llamada Agenda Social, que incluye temas interconectados de desarrollo sostenible como el crecimiento económico, la inclusión social y la protección del medio ambiente.
A finales de 2024, ni siquiera en los países ricos, se han cumplido los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Algunas estadísticas del Banco Mundial apuntan que un 15% de las metas de la ODS “van por buen camino”, el 48% lo hacen moderadamente y un 37% se ha estancado o está en claro retroceso. Otros datos aportados por el BM son todavía más desalentadores, pues unos 700 millones de habitantes de este planeta sólo cuentan con menos de dos dólares al día para sobrevivir. Esto significa que están por debajo de la línea de la extrema pobreza, y la mayoría se concentra en partes del África Subsahariana, zonas frágiles afectadas por conflictos y áreas rurales.
Los países con bajos ingresos fueron los más afectados, porque “no se puede reducir la pobreza y la desigualdad, sin abordar los desafíos mundiales como el crecimiento económico, la fragilidad y los conflictos y el cambio climático”, tal como lo aconseja el BM. Para los estudiosos está muy claro que la pobreza es multidimensional, y que los países deben asumir sus responsabilidades en la búsqueda del bienestar integral de las personas. Lo que incluye “acceso equitativo a la salud, a la educación, a la infraestructura y a los servicios básico, entre ellos los digitales”.
El crecimiento de la economía resulta fundamental para crear empleo y puestos de trabajo de calidad, y también es obligatorio garantizar la protección de los sectores más vulnerables. Está demostrado que el empleo es la forma más segura para reducir la pobreza y la desigualdad.
Al revisar los ODS y los ODM apreciamos que se trata de un listado que recoge las mejores intenciones y propósitos de los países que se congregan en la ONU. Pero visto lo visto, resulta obvio que las buenas intenciones no son suficientes para enfrentar los grandes y muy graves problemas que afectan a la humanidad. La ONU fue creada después de la II guerra mundial para “mantener” la paz. Algo que también parece inalcanzable. Entre otras cosas, porque la ONU en un ente colonizado por la izquierda con todo lo que ello significa, y al que es menester exigirle una responsable imparcialidad.
Si la ONU ha fracasado en su mediación para evitar las guerras que asolan, arrasan y exterminan cantidades de vidas humanas, cómo van a erradicar la pobreza o a prometer “hambre cero”. Pobreza y hambre van de la mano. De tal manera, que al “erradicar” la primera la segunda disminuye. Venezuela -otrora un rico país petrolero- es el ejemplo más palmario de cómo una nación puede ir -con enorme rapidez- de un cierto bienestar a deslizarse por el tobogán de la pobreza hasta caer en la indigencia más atroz. Tengo para mí que a los zurdos, que son mayoría en la ONU, les cuesta aceptar que el grueso de los venezolanos sobrevive en pobreza y con miedo, que 9 millones deambulan por el planeta en búsqueda de mejores condiciones de vida, y que aquí muchos se van dormir con el estómago pegado del espinazo. ¡Pobreza y hambre a millón es lo que abunda con los ODS y los ODM decretados por la ONU!
Agridulces
El papa Francisco pidió que los gastos militares se conviertan en inversiones para combatir el hambre. Que se lo pida directamente a Kim Young-un, que fábrica armas como loco mientras los pobladores de Corea del Norte subsisten en la más absoluta miseria y la más feroz represión.