“Una victoria conseguida por procedimientos y vías violentas es una victoria efímera, pues necesitará más violencia para mantenerse”. Esa afirmación de M. Gandhi, líder de la independencia de la India y pionero de la no-violencia, nos resulta útil en estos tiempos cuando tenemos un mundo con conflictos bélicos abiertos -como la guerra de Ucrania o la de Siria o la Sudán del Sur, que ya llevan años-, o cuando miramos cómo nos estamos llevando en nuestro país, la falta de herramientas para resolver conflictos por vías pacíficas.
El 2 de octubre se celebra el Día mundial de la no-violencia, en recuerdo del aniversario del nacimiento de M. Gandhi. Esta celebración la estableció la ONU cuando emitió una resolución en su asamblea general de junio del 2007. La propuesta era difundir la no violencia, la cultura de paz, la tolerancia, en un mundo urgido de paz. Recuérdese además que la ONU nació para preservar la paz mundial.
Nos viene muy bien traer a la mesa algunos elementos del legado de Gandhi, pues en Venezuela, en medio de la emergencia humanitaria compleja, con muchos problemas que nos angustian a la mayoría, en medio de estos apagones de electricidad, a cualquier hora y cada vez más largos, o la falta de agua, o con esta inflación, la más alta del mundo que pulveriza cualquier ingreso, es común que los venezolanos nos olvidemos que este país sigue siendo muy violento. Veamos algunos datos.
Hablemos de la tasa violencia que sigue siendo muy alta, 35,3 por cada 100 mil habitantes, según el OVV, la más alta de América Latina para el 2022. Hablamos también de datos como los 160 casos de femicidio consumados que reporta Cepaz desde enero hasta julio de este año, y 93 en grado de frustración. Nos dice Cepaz también que 55 niños quedaron huérfanos y que 10 presenciaron los crímenes contra sus madres. Y hace pocos días, la Redhnna (Red de Defensa de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes), cada día 6 niños sufren de un acto de violencia en su contra.
No olvidemos también la violencia verbal, la gestual, la que se puede ver en las redes sociales, con insultos, descalificaciones… ¿No creen que nos viene bien hablar de la necesidad de la no-violencia como forma de proceder?
Mencionábamos arriba que Gandhi se considera pionero de la no-violencia. Era abogado, luchó a favor de los indios que eran explotados en Sudáfrica y luego en la India luchó contra la discriminación que los ingleses hacían con los indios. Pero siempre de manera no-violenta. No obligaba a nadie a seguir sus métodos de lucha. Nunca insultó, nunca descalificó a los enemigos… Plantones era una de sus formas de protesta, simplemente sentarse junto a otros en las puertas de las fábricas en contra de las que protestaban, por ejemplo, o grandes marchas. Insistía en la coherencia entre lo que se pasaba y lo que se hacía: “Mi vida es mi mensaje”, es frase suya.
Hay gente que cree que la no-violencia es sinónimo de pasividad y es comportamiento de cobardes. Nada más lejos de lo que fue Gandhi. Él actuaba, se expresaba, sólo que sus procedimientos siempre fueron pacíficos. “No camino para la paz, la paz es el camino”.
Aquí en Venezuela, desde el año 2016, existe una organización cuya misión es promover el legado de Gandhi, la no-violencia pues. Lo hace con niños desde la educación inicial, también con adultos, cursos como la comunicación para la convivencia, o los pilares de la convivencia, están entre sus temas. Me refiero al Centro Gandhi. Hay que mencionar que es el único Centro Gandhi del mundo que cuenta con la aprobación de la familia Gandhi, de hecho, para la ceremonia de apertura de dicho centro vino a Venezuela el bisnieto de Gandhi.
Hay otras organizaciones que trabajan a favor de la convivencia pacífica, como la Cátedra de la Paz de la ULA, o Paz Activa que hace investigaciones sobre el tema, existe también desde hace poco la Red de Reconciliación impulsada por la Compañía de Jesús. Desde Fe y Alegría se trabaja en la formación de madres de sectores populares para que promuevan la convivencia pacífica en su familia, en la escuela donde están sus hijos, en su comunidad. Madres Promotoras de Paz, se llama el proyecto.
Les invito pues no sólo a recordar a Gandhi por estos días, sino también a buscar herramientas para resolver los conflictos por vías pacíficas, valorar la paz, recordar también que el comportamiento violento es aprendido, y lo que se aprende se puede desaprender. Y termino con otra frase de Gandhi: “para una persona no violenta, todo el mundo es su familia”, o sea, que todos somos hermanos no sólo los que están en tu casa. Venezuela necesita ciudadanos que se comparen fraternalmente. Las escuelas tenemos que enseñar la no-violencia.