Puede ubicarse la fecha de inicio de la larga avenida, que sube desde inmediaciones al casco central de San Félix en Ciudad Guayana, enlazando 4.500 kilómetros después con la autopista que conduce a la Villa del Yocoima, a mediados de los años 60, con sucesivas intervenciones en las décadas posteriores que ya para mediados de los años 80 mostraban la vialidad que es hoy.
Es un ramal ancho en canales de circulación que va acompañando a sus alrededores una madeja de comunidades que han venido extendiéndose y multiplicando su población (las parroquias Chirica, 11 de Abril y Vista al Sol suman casi el 40% de habitantes de Caroní, según estudio y recopilación, basado en datos del INE, año 2011, por Dirección Extensión Social UCAB Guayana) proporcionando frente al conocido cerro El Gallo, meseta donde se escenificó hace 2002 años la batalla más importante de Guayana en la historia independentista, un mirador natural con vista al horizonte que presenta un Orinoco maravilloso y anteriormente hasta barcos de gran calado.
Ante los ojos, casi indiferentes de los habitantes del municipio Caroní, la avenida Manuel Piar se ha conformado con el tiempo, además del corazón de entramado de rutas hacia barriadas y urbanizaciones de la Ciudad Guayana profunda (con paradas de transbordo o transición desde esos sectores, hacia Puerto Ordaz u otras parroquias), de un importante corredor comercial -que languidece a la sombra de la crisis nacional y regional- y como nervio motor del sentimiento popular; accionar de vivencias directas en las comunidades de las parroquias mencionadas (donde la estructura por sexo y edad, evidencia hasta un 43% en población de 0 a 19 años) de una metrópolis con identidad cambiante ante aquella dinámica que monopolizaron las empresas básicas y el proyecto industrial pesado.
Canal de indicadores
Tres son los episodios que pudieran estar marcando los linderos en los que se encuentra el pensamiento del sector Este de Ciudad Guayana: el popular San Félix, siempre de difícil aprehensión en el discurso social, enfoques y planes institucionales, y más lejano aún en la mira y atención de los dirigentes políticos de ahora. Unos fracasados en las publicitadas misiones socialistas que resultaron fraude y atraso y por el lado de la calificada oposición, estos “congelados” en sus cálculos particulares y cuando más, atrapados en la visión de la Guayana industrial hoy desaparecida del organismo cotidiano de esta “otra” ciudad.
Primer episodio: 31 de julio de 2015. Saqueos y disturbios, con víctima mortal, a raíz de problemática del transporte público que se inició en la vialidad referida, trasladándose posteriormente hasta el mercado de San Félix.
Segundo: 11 de abril 2017, celebración bicentenario de batalla de Chirica. Los asistentes con gran mayoría de simpatizantes supuestos del PSUV, reclaman al entonces presidente de la Republica, Nicolás Maduro, con huevos contra este y abucheos por la situación de desabastecimiento y crisis que ya hacía estragos en los más humildes.
Tercero: 21 de julio 2019, siete personas fueron asesinadas por pistoleros en parada de El Mirador. Se presume guerra de bandas antisociales que involucró víctimas inocentes.
Si bien el control social y político de la revolución bolivariana ha hecho gala de la habilidad para amarrar a la disidencia y apaciguar mediante represión, manipulación y argucias la inquietud e irritación de la gente, por lo menos el primer episodio fue sintomático de una realidad social que no admitía media tintas y que sin embargo el “olfato político” opositor, pretendidamente alternativo de la ciudad y de la región, no funcionó para encausar con propuestas o tareas las motivaciones y razones evidenciadas. El segundo evento fue claro sobre el rechazo a la principal figura del poder, por sobre riesgos y posibles repercusiones. Los partidos enrolados en protestas tipo guarimbas y en su relación “civilizada” con el ejecutivo regional, nunca buscaron razones, ni explicaciones que fueran sustento de interpretar el sentimiento de luchas que desde el alma de Ciudad Guayana se desprendía en la avenida Manuel Piar. El último acontecimiento, pasado solo una semana, ya sencillamente es la comprobación de que todo huele mal. La descomposición mayor en la que la criminalidad organizada va copando territorios de la ciudad, desde hace años denunciada en las vivencias de la población que padece condiciones de permanente zozobra por acción del hampa. Esta funciona con presencia desde el transporte público, “custodia” de cuadras enteras y con apropiación de territorios donde los cuerpos de seguridad no tienen entrada.
Con un buen número de años sin gestión local trascendente; sin proyectos e inversiones con capacidad de impulsar transformaciones en la calidad de vida. Con pocas obras, muchas inconclusas, lo que es razón recurrente del reclamo vecinal (deficiencias en servicio eléctrico, sin gas doméstico y sin servicio de agua potable). Son resultados de la gestión revolucionaria en el municipio y en las parroquias de San Félix, y son esas mismas autoridades locales y de mandos altos de estado Bolívar -en afirmación del rumor comunal- las que tienen alianzas con quienes usando rifles de tipo militar disparan contra patrullas, emboscan funcionarios distraídos, y ahora sin ocultamientos asesinan a la población en las paradas de la avenida Manuel Piar los días domingos. Es así hasta que no se compruebe lo contrario, acotan.
“Dibujar el horizonte”
La frase la tomo del vicerrector de la UCAB Guayana, Arturo Peraza, s.j. Indica el padre un elemento determinante en la ciudad, que a efectos de los diversos sectores, pueden cobrar cada uno su cuota particular, cuanto más si del populoso San Félix se trata. En un marco de acumulada desesperanza, hundimiento del sector económico por desmantelamiento de las industrias y los efectos de la hiperinflación en el comercio regular, con la profundización de la pobreza extrema en índices alarmantes y sin perspectivas de programas para enfrentar la compleja problemática de crecimiento urbano. Frente a esto, la “valiente” denuncia, a la que acude algún factor político, además de insuficiente es a todas luces inútil. Puede agradecerse alguna advertencia a tiempo, pero esa práctica, reiterada y única, no enlaza conexiones con las mayorías que claman soluciones inmediatas (no aquellas grises y mediocres para los pobres, como se ha dicho de la gestión revolucionaria). Enfilar la energía ciudadana en el dibujo del discurso propositivo que devuelva credibilidad de lo posible es imprescindible. El mensaje que aliente a los sectores populares sobre la factibilidad de proyectos económicos y sociales en Ciudad Guayana y San Félix, de manera particular. Discurso comprometido con el respeto, los valores democráticos y la justicia como reza la Constitución venezolana vigente.
La irascibilidad por los momentos parece situarse con mayor vigor en la avenida Manuel Piar, pero innegablemente continuará si persiste la indiferencia y la ceguera de lo que allí es termómetro. Hasta que llegue el cambio, sin fabulas socialistas, ni promesas vacías.
Trocitos…
– El alcalde de Ciudad Guayana intenta encontrar aliados en antiguos socios de la Gobernación del estado Bolívar, que en Caroní andan en tareas de “blanquear” sus otroras vínculos. Es la manera de hacerse relevante, además de practicar con la difusión de fake news sobre una ciudad de fantasía La realidad es su incapacidad y la falta de noción del municipio.