viernes, 11 julio 2025
Search
Close this search box.
Search
Close this search box.

La estrategia de Yago

El régimen somete y tuerce voluntades a través de la corrupción, la extorsión y las amenazas, todas ellas muy predecibles. Sin embargo, también ha usado la carta de intrigas como clasismo, racismo y todo tipo de debilidades. La estrategia de Yago, el personaje de la obra Otelo, da luces sobre las tensiones y soledades del poder.

Hemos visto ante nuestros ojos cómo algunos políticos y personajes se han volteado casi ciento ochenta grados para apoyar al régimen, y no hay que ser adivina para saber por qué. Extorsión, corrupción, flaquezas y amenazas están en el menú de muchos de esos giros sorprendentes. Para muestra los últimos acontecimientos protagonizados por el frágil gobierno del primer ministro de España, Pedro Sánchez, y su relación con el régimen venezolano. La precaria estabilidad de la coalición de Sánchez, compartida con Pablo Iglesias, le ha costado y le seguirá costando la efectividad y la imagen de su gobierno.

Pero hay casos de casos. Sin descartar el poder expedito de las corruptelas, hay otras estrategias para someter y subyugar. Lograr que alguien se haga un hara-kiri y destruya lo que ha labrado durante toda su vida, sólo para apoyar al régimen dictatorial, a eso hay que verle la cara. Se trata de gente que pierde más de lo que gana, aun recibiendo dinero, y eso inquieta. Es venenoso asociarse con un gobierno altamente desprestigiado, con esta cleptocracia que ahora rige el país.

Con escenarios así vale recordar la estrategia de Yago, el personaje antagonista de Otelo de la obra de Shakespeare “Otelo: el Moro de Venecia”. Yago supone que el mayor temor de Otelo es el de perder a Desdémona, su esposa, y es justamente ese miedo el que utiliza para intrigar y destruirlo. Otelo confió en Yago por una sola razón: era el interlocutor de sus inseguridades. La estrategia de Yago fue distorsionar la realidad del matrimonio de Otelo con Desdémona, sólo para atormentarlo de celos, al punto de que este termina asesinando a su esposa. De su propia mano, Otelo perdió un amor que en la realidad era absolutamente suyo. El solitario poderoso fue víctima de las maquinaciones de Yago.

Otelo es una obra que muestra cómo la intriga funciona para destronar poderes y destruir trayectorias. No hace falta extorsionar ni amenazar ni “engrasar” las manos, nada de eso, porque su poder reside en otra parte.

Otelo es una obra que en los últimos siglos ha sido interpretada desde el racismo; sin embargo, esa óptica ha sido debatida y hasta considerada simplista. Otelo era un general muy celebrado como militar y protector de la ciudad de Venecia y, de acuerdo con algunos críticos, él era víctima de la soledad y las desconfianzas propias de un hombre que está en la cúspide del poder y la fama. Por otra parte, las acciones de Yago son movidas por la maldad como un objeto en sí mismo, en vista de que él no gana nada con destruir a Otelo. Las tensiones de esa y otras obras del dramaturgo nos adentran a la dimensión personal de las luchas por el poder político. Da luces sobre esos casos raros.

Estoy esperando el fin de este régimen para saber de varios sucesos oscuros y nunca aclarados; para explicar algunos apoyos incondicionales al chavismo. La historia continúa mientras los telones se van levantando. Falta poco.

¡Más noticias!