viernes, 19 abril 2024
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Ingenieros agrónomos comprometidos a sembrar esa nueva Venezuela

Es la hora de reflexionar, y asumir sin vacilaciones, con compromiso y madurez, la tarea de liderar la fundación de esa nueva Venezuela agroexportadora que tanto hemos soñado.

@WernerGutierrez

En Venezuela, la opinión pública quedo gratamente sorprendida el pasado viernes cuando la etiqueta #ElAgroNoPara, impulsada desde Fedeagro, se posicionó por más de dos horas en el primer lugar de las tendencias del Twitter. En total fueron cerca de diez horas que se mantuvo entre los primeros diez lugares que esta red social asigna a los temas de más interés por parte de sus usuarios.

Desde hace dos décadas hemos dedicado importantes esfuerzos a reivindicar la necesidad de asignar un rol estratégico al sector agroalimentario nacional como única vía sostenible para alimentar con garantías a la población, y asegurar la generación de riqueza en nuestra ruralidad. Finalmente, la sociedad venezolana ha entendido hoy, que “si el campo no produce, la ciudad no come”.

Este 7 de mayo se celebró en Venezuela el Día Nacional del Ingeniero Agrónomo, en honor a la creación de la Sociedad Venezolana de Ingenieros Agrónomos (SVIA) fundada en Caracas el 7 de mayo de 1944. En este momento de definiciones, de cambios que vive el país se nos abre un escenario por demás propicio para repensarnos como profesionales.

Es la hora de reflexionar y asumir sin vacilaciones, con compromiso y madurez la tarea de liderar la fundación de esa nueva Venezuela agroexportadora que tanto hemos soñado y pincelado, que ya ha comenzado a germinar. Los ingenieros agrónomos tenemos la obligación histórica de acompañar desde nuestros espacios y competencias profesionales este inicio de cambio de tendencia en la percepción positiva de la figura del agricultor y ganadero por parte de la opinión pública.

Invito a mis colegas a continuar fomentando que se hable más de agricultura y ganadería. He insistido en la necesidad de cambiar el ideario agrícola del venezolano, sembrando en su conciencia y corazón por siempre, que la verdadera riqueza de nuestra nación está en sus campos agrícolas y en la valiosa gente que insiste en mantenerse apegada a la noble misión de producir alimentos.

Para ello, una de las claves es mantener contacto directo con la sociedad civil. Los ingenieros agrónomos debemos como profesionales y ciudadanos responsables, arrebatar los espacios públicos de ser necesario para, a través de nuestra voz y pluma, proclamar las infinitas fortalezas de que dispone Venezuela en cerca de 50.0 millones de hectáreas con potencial agrícola vegetal, animal, forestal y acuícola, no sólo para cubrir las necesidades alimenticias de nuestra población, sino para satisfacer los más exquisitos paladares en el mundo entero.

Creo indispensable acercarnos al sector político que se encuentra diseñando ese nuevo país, del cual muy pronto tendremos la posibilidad de asumir la conducción en su refundación. A quienes les corresponda tomar las decisiones políticas hay que acercarlos al sector, que pisen su terruño, estén en contacto con los agricultores y ganaderos, agroindustriales y con nosotros, los profesionales del agro.

Es indispensable garantizar que se imponga el criterio científico por encima del ideológico, o de mezquinos interés políticos y económicos, a la hora de definir el nuevo modelo agrícola venezolano, en el cual debe quedar claramente establecido el empleo de la innovación tecnológica en los medios de producción como única vía para alcanzar la sostenibilidad desde la semilla hasta la cosecha, en el proceso de transformación, y durante la comercialización de los alimentos.

Debemos rechazar que se repitan los errores de los últimos 60 años, en los cuales presenciamos el lamentable paisaje de gremios profesionales secuestrados por la vieja forma de hacer política. Debe borrar para siempre esa época cuando, desde el seno de los partidos políticos y en acuerdos de pequeños grupos, se repartían, sin importar las competencias y los méritos profesionales, la conducción de las organizaciones profesionales y gremiales que nos agrupan.

En el caso particular de la SVIA, es urgente someterla a un proceso de democratización, para retomar el sendero de la alternabilidad en quienes la conducen, a través de elecciones libres, democráticas y transparentes para darle legitimidad a sus decisiones, impidiendo que cualquier persona, bajo el amparo de organizaciones políticas, se subrogue el derecho de hablar en representación de los miles de ingenieros agrónomos dispuestos a aportar su talento, experiencia y conocimiento en el diseño de esa nueva Venezuela agrícola.

Solo con innovación y empleo de modernas y eficientes tecnologías, podremos garantizar el llegar a producir alimentos sanos, seguros, asequibles y con calidad de exportación. Los ingenieros agrónomos tenemos por delante el enorme reto de apostarlo todo para que Venezuela logre alcanzar una producción agrícola sostenible en el mediano plazo en el plano social, económico y medioambiental, asegurando la rentabilidad y la competitividad de agricultores, ganaderos, agroindustria, cadenas de comercialización y exportadores del sector, y lo más importante, la correcta alimentación y nutrición de nuestra sociedad.

Hoy con mayor convicción y fuerza, como ingeniero agrónomo, le ratifico a mí país que estoy comprometido en sembrar esa nueva Venezuela. Les prometo que llegará muy pronto el día que los alimentos consumidos en los hogares venezolanos serán cosechados por manos de productores venezolanos, en tierras venezolanas, asesorados y acompañados por profesionales venezolanos. Ese hermoso día levantaremos nuestra bandera para gritar con orgullo que hemos alcanzado la verdadera seguridad y soberanía agroalimentaria. Sí se puede.