viernes, 7 febrero 2025
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Imperceptible

Ya salieron a manifestarse algunos en defensa superficial del documento, sin alertar que el mismo necesita una mayor llanura de lenguaje para que lo comprenda la población en su justa dimensión; que por cierto no es simplemente un llamado a votar a todo costo y que condena per se la abstención.

Si estuviéramos en democracia el ejercicio del voto tendría contenido indubitable.

Claramente la obligación moral de participar en forma activa a depositar el voto para elegir a los diferentes candidatos postulados sería realmente un derecho y un deber insoslayable, ya que solo los desidiosos e inciviles se abstendrían. La presencia sería multitudinaria e incontenible. Desde luego que en ese caso el resultado daría gran satisfacción al pueblo y a los contendientes, inclusive a los no favorecidos.

Este no el caso nuestro, pero hay lugar a explicaciones comprensibles para la mayoría del electorado que no es el más dotado intelectual y académicamente. Es facilista la posición de apoyar o criticar el documento y postura declarada por la CEV en su reciente documento.

Aquellos a favor del voto a pesar de todo, como si fuera una religión o la panacea universal que solventará todas nuestras penas actuales y hará desaparecer la desgracia que medio sobrevivimos, estarán altamente felices por haber obtenido la bendición de los curas; porque así lo sentirá gran parte de la población.

Interpretarán los fervorosos que la Iglesia, a través de sus representantes, los incita a simpatizar a cumplir con el deber de votar. Y también será aprovechado por los manipuladores de opinión y politicuchos para su beneficio y abono a su objetivo.

Ya salieron a manifestarse algunos en defensa superficial del documento, sin alertar que el mismo necesita una mayor llanura de lenguaje para que lo comprenda la población en su justa dimensión; que por cierto no es simplemente un llamado a votar a todo costo y que condena per se la abstención.

Hay un par de cosas subjetivas que son discutibles en el documento, pero lo esencial es que aparenta ser una directriz absoluta sin analizar con sencillez los pormenores de su buena intención. En resumen: puede crear confusión en los menos avezados en la lectura de esa clase de protocolos sinuosos.

Sin duda le da un espaldarazo al concepto teórico del sufragio y a su significado ulterior pero no aclara suficientemente que ese acto puede ser inútil en las actuales circunstancias si no va acompañado de una serie de acciones adicionales, repetidas y novedosas de todos los sectores vivos del país que concurran para darle sostén a una votación masiva para salir de esta peste hermana del coronavirus.

Como dicen: el camino al infierno está empedrado de buenas intenciones. Lo que abunda no daña, a veces.

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