jueves, 16 enero 2025
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Horas históricas

No hay miedo. Existe si, mucha impaciencia; comprensible ante el cuadro de precariedades económicas y un entorno lleno de graves dificultades ocasionado por la premeditación del control social del modelo revolucionario.

OttoJansen

¡Feliz año, Guayana¡ ¡Feliz año, Venezuela! En los días camino al 10 de enero.

“Olvidamos que aun cuando debemos defender con el máximo vigor cada una de las libertades obtenidas, el problema de que se trata no es solamente cuantitativo, sino también cualitativo; que no solo debemos preservar y aumentar las libertades tradicionales, sino que además debemos lograr un nuevo tipo de libertad capaz de permitirnos la realización plena de nuestro yo individual, de tener fe en él y en la vida”. Miedo a la libertad. Erick Fromm. Página 137.

En el conocido texto, escrito en 1941, al abordar lo que nos indica la reflexión, podemos apreciar en el tiempo presente, comienzo del 2025 del siglo XXI, y ubicados en la realidad social venezolana, específicamente, que se cumplen varios trámites que no tienen que ver con la inquietud sobre el miedo a la libertad. Por el contrario, en la población movilizada frente a sus derechos y por sobre la persecución y los riesgos, se empina a dejar constancia de su determinación por ampliar cuantitativa y cualitativamente los espacios de civilidad que se les han constreñido y pretenden definitivamente arrebatársele. Es decir, “… la realización plena de nuestro yo individual…” expresado en el sentimiento colectivo es hoy marca de un sentido de cambio y de luchas por su concreción, que como tantas veces lo hemos repetido por aquí, no tiene la mirada de los grupos de intereses de la sociedad nacional que les parece que la ebullición de masas del sentido democrático o de recuperación del Estado de derecho, no tiene lugar y es parte de los ritos o jugarretas del espectro tradicional de la política y los políticos, hasta el momento conocidos. Las advertencias que hacía el psicólogo social y filósofo humanista alemán, a una sociedad global en el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial, y que en nuestras sociedades latinoamericanas, poca resonancia han podido tener a través de las décadas, no pinta así para el mes de enero en Venezuela; las líneas citadas la empleamos en argumentación contraria, como forma de demostración.

Venezuela se encuentra en el tránsito de una hora histórica en la que define su condición como sociedad moderna y en la que, colectivamente, la aspiración es la libertad y el bienestar. Esta coyuntura tiene ratos forjándose y ya están llegando sus momentos más estelares; entenderlo y asimilarlo es necesario para todos (en esto el mensaje político de María Corina Machado es eficiente y muy acertado) de forma que el aluvión de circunstancias derivadas del curso de los acontecimientos tengan expresiones rotundas y acabadas y para que los pasos del porvenir sean en justicia y en proyección,  las bases del país curado, con profundización de la práctica de los valores que puedan hacer una sociedad armónica en este siglo del conocimiento y de alta velocidad de su tecnología y comunicación.

Significaciones por descubrirse

No hay miedo. Existe si, una gran cautela y mucha impaciencia; comprensible ante el cuadro de precariedades económicas y un entorno lleno de graves dificultades, ocasionado por la indolencia o la premeditación del control social del modelo revolucionario. Tenemos un escenario de irritación social acumulada que, por la naturaleza del caso, obstaculiza la reflexión serena de los tiempos en lo que el juicio y el análisis, son armas de primera línea; instrumentos de brújula en las definiciones que se aproximan. La mente venezolana parece estar enfocada mayormente en repasar historias y épicas conocidas, en visualizar lo que han sido experiencias sociales y políticas foráneas y hasta las propias, de otras etapas. En una cierta angustia de no toparse, otra vez, con el fracaso. Lo más seguro es que nada de lo que repasamos mentalmente ocurra en las realidades nuevas que se pondrán en movimiento con la fecha constitucional del 10 de enero. Incluso, ningún indicador apunta a la posibilidad de revertir la cancelación de un modelo político acabado y sin alma popular, donde se encuentra el chavismo como opción política o de gobierno. Además hay que enfatizar también sobre lo singular e inédito de la determinación colectiva en desarrollo. La verdad es que, en cierto sentido, no tenemos referentes o los hay muy poco para la dirección de este proceso de cambio y en lo que es la encarnación de la dirigencia: todo es novedoso y mucho se construye casi desde cero.

“Del mismo modo que no pueden comprenderse los problemas psicológicos sin conocer su sustrato cultural y social, tampoco pueden estudiarse los fenómenos sociales sin el conocimiento de los mecanismos psicológicos subyacentes”. Miedo a la libertad. Erick Fromm. Página 167. Hay que tener confianza en los próximos pasos y en los hechos que seguirán surgiendo en este tortuoso camino que ya no espanta la razón. Eso dice mucho frente a la cantidad de calamidades y víctimas que dolorosamente hemos visto en ese transitar. Estamos cerca del 10 de enero, sabiendo que ni ha comenzado, ni terminará allí el embalado proceso de recuperación de la vida democrática. La apuesta de la antesala a estos momentos significativos contiene el empuje racional, la mirada clara en el medio del torbellino de emociones que supone arranca las cadenas opresivas de la mitología y la maldad revolucionaria,  y debemos centrarnos, sin poses melosas o elaborados tratados, en el quehacer libertario y democrático.

Los ciudadanos venezolanos somos en estas horas, de manera expresa y consciente, el Sujeto de la Historia.