viernes, 29 marzo 2024
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Hay que avanzar en los derechos de la mujer  

Hay que dar a conocer también la ley que defiende a la mujer contra todo tipo de violencia. Tanto con adolescentes y jóvenes como con adultos. Eso ayuda, conocerla, pero hay que insistir en el fortalecimiento de las instituciones.

@luisaconpaz

“Las niñas son lloronas… las mujeres son débiles… la mujer es para su casa… las mujeres se buscan los golpes…”. ¿Cuántas veces usted no ha escuchado expresiones como estas, que de tanto oírlas terminamos por creérnosla, tanto los hombres como las mujeres?

El 8 de marzo se celebró el Día internacional de la mujer. Es buena oportunidad para detenernos en cuál es la situación de los derechos de las niñas y las mujeres en general en nuestro país.

Comencemos diciendo que, dada la emergencia humanitaria compleja, la pandemia, la inflación que devora cualquier ingreso y los malos y a veces inexistentes servicios públicos, hay ciertos derechos que se quedan en segundo plano, siempre ocupados de las urgencias. Eso puede pasar con el tema de los derechos de la mujer.

En mi opinión, esta situación de emergencia generalizada es el primer obstáculo para avanzar en la defensa de los DD HH de la mujer. Y agregue el tema de que en Venezuela no existe una cultura de derechos humanos. La vulneración de los DD HH en el país es masiva, por decirlo de alguna manera.

Los DD HH no discriminan, son de todos y todas, así que habría que empezar por ahí, aunque fuera conocer los DD HH contemplados en la CRBV, y en el caso de las madres y de las educadoras, es indispensable conocer la Lopnna, pues de los derechos de los NNA son responsables la familia, la sociedad – escuela incluida- y el Estado, que se supone que es el último garante de los DD HH. Hay que insistir en que todos esos derechos son de todos los ciudadanos y de todos los NNA. Conocer es el primer paso para poder saber que los están violando.

Hay que dar a conocer también la ley que defiende a la mujer contra todo tipo de violencia. Tanto con adolescentes y jóvenes como con adultos. Eso ayuda, conocerla, pero hay que insistir en el fortalecimiento de las instituciones que se supone deben defender a la mujer. Son muy débiles en Venezuela y además con personal mal entrenado que a veces no solo no ayuda, sino que incluso criminaliza: “Abusaron de usted porque mire cómo se viste. Usted se lo buscó”, y expresiones así. Pero conocerla es indispensable. Así pudieran saber, por ejemplo, que, según esa ley, en todos los municipios debería haber una casa de refugio para mujeres maltratadas, no para que vivan ahí, pero sí para que se puedan proteger por unos días cuando se sienten amenazadas. Recuerden que la mayoría de los casos de violencia contra la mujer viene de sus parejas o exparejas. ¿Saben cuántas hay? Hasta que yo supe, 4 en todo el país. ¿Usted conoce alguna?

Otro elemento es en el país hay mucha impunidad en lo que se refiere a los que agreden a las mujeres, incluso cuando hay femicidios -que por cierto se han incrementado- y la impunidad desmoraliza a las víctimas y empodera al victimario.

No es que no se haya avanzado nada; de hecho, hay que ver como positivo la cantidad de organizaciones que están trabajando en la defensa de la mujer, así como ayudas que ofrecen por teléfono para emergencias. También hay redes, todavía pequeñas, pero que antes, hasta hace unos 10 años, no existían. Pero hay que dar a conocer más esas alternativas de defensa, de formación. También creo que hay que sistematizar buenas prácticas, pues lo bueno entusiasma, se contagia.

No quiero terminar estas líneas sin recordar que, para lograr la convivencia sana, la igualdad de género, hay que educar a los niños y a los hombres. No se trata de educar para la confrontación sino de educar para la convivencia humana. Trabajo por delante tenemos, pero se va avanzado.

Finalizo con un par de estrofas para las mujeres: Una cosa yo les digo/ a mis hermanas mujeres/ no son débiles ni menos/ son unos grandes seres// Yo digo, niña, mamá/ tienes derechos humanos/ hay que crear grandes redes/ y todos darse la mano.