En esta oportunidad escribo con un día de atraso con relación a lo acostumbrado. Estuve en Maracaibo la semana pasada. Quise estar presente en los actos relativos a monseñor Roberto Lükert León. Confieso que junto al dolor de su partida definitiva de este mundo se profundizó en mí el enorme orgullo de haber sido su amigo desde la juventud y él haber sido protagonista esencial en los momentos más importantes de la vida, personal como con relación a la familia formada junto a mi esposa María Eugenia, Cuchy. Inolvidable el entierro, la presencia del clero de Coro y del Zulia, los canticos y oraciones así como las palabras de monseñor Mariano Parra y la gente importante de ambos estados con el sabor del luto popular en todos los estratos.
Estando allá falleció otro amigo y compañero. Luis Guillermo el Perro Bravo. Compañero de partido y excelente profesor. Fue decano de la Facultad de Medicina de la Universidad del Zulia. Otro rencuentro, de naturaleza distinta, pero también parte del intenso haber que hemos vivido en tierra zuliana.
Múltiples reuniones con quienes tienen importantes responsabilidades en la campaña electoral de Edmundo González Urrutia y en el fortalecimiento del liderazgo creciente de María Corina Machado. El Zulia será factor de mucha importancia con relación a la elección presidencial del próximo mes y, por supuesto, de lo que pueda presentarse antes o después de esa fecha.
A eso también quiero referirme. Nuestra esperanza crece diariamente. Nadie duda sobre el muy mayoritario respaldo que tiene Edmundo ni del cada día mayor rechazo hacia Nicolás Maduro. El pueblo no lo quiere como presidente, pero también rechaza al régimen que supuestamente dirige. Es decir, se agotó aquello del socialismo del siglo XX1.
Pero con toda sinceridad debo afirmar que comparto la gran preocupación existente en el ciudadano común: los tipos no entregarán el poder por las buenas. Son capaces de cualquier cosa para retenerlo. Es constante el avance de la represión, el acoso y la violencia de variada calidad en contra de cuanto se les opone y no hay claridad con relación hasta dónde podrían llegar. Por eso y mucho más queremos decir que la verdadera oposición democrática está lista y preparada para combatir en todos los escenarios.
Llamamos a votar. Nadie debe quedarse en su casa ese día. Todos a permanecer en su correspondiente centro de votación, atentos a las instrucciones de los encargados de coordinar las acciones. Vamos todos a votar, vamos a ganar y vamos cobrar el triunfo. No podrán impedirlo. El cambio real y profundo que Venezuela necesita será una realidad.
Ya veremos lo que pueda suceder en los seis meses anteriores a la toma de posesión de quien resulte electo. Repito, estamos preparados tanto la sociedad civil como la familia militar.